jueves, 8 de noviembre de 2012

Por favor cuida de mamá de Kyung-Sook Shin


Cuando Park So-nyo desaparece en la estación de metro de Seúl, toda su familia comienza a buscarla. En el momento en que ella no sube al metro tras su marido, al desaparecer de la vida de todos ellos es cuando se dan cuenta del significado que tiene en sus vidas. Cada uno de los miembros de su hogar evoca su relación, y descubren con sorpresa y arrepentimiento que poco reparaban en ella. Se dan cuenta de que mamá se ha dedicado en cuerpo y alma a cada uno de ellos de manera altruista, generosa, incluso renunciando a su propio bienestar. Averiguan de manera fortuita que una madre, es además (aunque a veces se nos olvide) una persona con sus gustos y aficiones. La condición de ser mamá es una pequeña porción de un complicado poliedro facetado. Y no siempre somos conscientes de ello.

Kyung-Sook Shin, nacida en 1963 en la provincia de Jeolla, y perteneciente a una familia humilde, se mudó a Seúl a la edad de 16 años para recibir una formación más completa en el Instituto de Arte. En 1985 publicó su primera novela, pero no fue hasta 1993 cuando recibió la atención del público tras ganar el premio Hankuk Ilbo. La obra que presentó a este certamen se considera un punto de inflexión en la literatura coreana que hasta entonces se había centrado en temas políticos. Shin alcanzó gran reconocimiento y mostró el camino a seguir para explorar y ahondar en nuestras emociones.

La novela, escrita de manera intimista y delicada, se estructura en varios capítulos que corresponden a las voces de los hijos, el marido y la de la propia madre.
Chi-ho, la hija mayor, escritora, es la primera en evocar la relación que mantenía con su madre. Admite con pesar no conocerla demasiado Reconoce ahora, con el paso del tiempo la abnegación, el sacrificio y la ternura que siempre derrochó su madre.
También Hyong- Chol, el hijo mayor, el favorito y ojo derecho de Park So.nyo recuerda todas aquellas veces que se prometió tratarla mejor, cuidarla, y tenerla más presente, pero que finalmente no cumplió.
Yun es la hija menor, la que ha cumplido con los requisitos sociales que cabría esperar de ella (se ha casado y tiene tres hijos), pero precisamente por ello no ha tenido tiempo para disfrutrar con su madre tanto como quisiera y compartir con ella su maternidad.
También su marido da cuenta de la vida que han pasado juntos, de cuánto le echa de menos, de lo poco que la conoce en realidad y de las veces que le ha hecho sufrir, de lo egoista que ha sido a través de los años.
En el último capítulo, es la propia Park quien nos habla y nos revela su carácter noble y tierno. Vemos a través de sus ojos a toda su familia. Nos cuenta la vergüenza que siente por su analfabetismo y el enorme amor que siente por sus hijos. También nos descubre algunas facetas propias que les son desconocidas a sus seres más cercanos. Es, sin duda, el personaje más completo aunque físicamente no esté en la narración.
En lo que coinciden todos los personajes es en el profundo sentimiento de arrepentimiento y culpabilidad. De un lado los hijos, por no haber alcanzado las metas soñadas por su madre para ellos y por no haber pasado más tiempo con ella. Por otra parte, el marido, por haber sido tan egoista e incluso de la propia Park So-nyo, por haber puesto las expectativas tan altas a sus hijos y por haberles cargado de responsabilidades en algunas ocasiones.

El libro está escrito de manera sincera y expresiva y su lectura es fluída y agradable. Desde la sensibilidad exquisita de la autora, descubrimos un relato sobre nuestros errores con cierta crítica a esta sociedad en la que, debido a la vorágine diaria que somos incapaces de parar, dejamos de lado a nuestros mayores. Es necesario que surja alguna contrariedad para que reparemos en que no hemos correspondido ni en una mísera parte a las atenciones y cariño del que hemos disfrutado de manera tan egoista.

En suma, una novelita conmovedora, que habla de aquello que está bajo la piel Un elogio a la figura de la Madre, casi una oda a esta imagen que tan desapercibida pasa y sin embargo sentimos tan necesaria.
Únicamente me hubiera gustado alguna nota aclaratoria más acerca de las costumbres, actitudes, y simbología de la que hace gala Kyung-Sook Shin (por ejemplo cuando nos revela que en oriente la tala de un árbol se asocia a la muerte de un familiar, o conocer algo más de los “ritos ancestrales” e incluso de qué están hecho el Kimchi...).


Con este libro tan especial doy por terminado el reto 2012 de Meribelgica. Así que ahora sólo resta esperar a ver que se le ocurre para el año que viene a esta chica de mente inquieta que nos incita a abordar la lectura desde otro punto de vista. Mientras tanto.. ¡a leer!

Imagen de la autora: timeout.com.hk


4 comentarios:

  1. Lo tengo anotado entre mis pendientes desde que lei la reseña que hizo creo que Goizeder, me llama mucho la atención
    besos

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  2. Yo también lo tengo anotado entre mis pendientes, y espero poder leerlo pronto.
    Besines,

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    1. Me encantará leer tu reseña. Estoy convencida de que lo vas a disfrutar.
      Besos

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