Cuando Park So-nyo desaparece en la estación de metro de Seúl,
toda su familia comienza a buscarla. En el momento en que ella no sube al metro
tras su marido, al desaparecer de la vida de todos ellos es cuando se dan
cuenta del significado que tiene en sus vidas. Cada uno de los miembros de su
hogar evoca su relación, y descubren con sorpresa y arrepentimiento que poco
reparaban en ella. Se dan cuenta de que mamá se ha dedicado en cuerpo y alma a
cada uno de ellos de manera altruista, generosa, incluso renunciando a su
propio bienestar. Averiguan de manera fortuita que una madre, es además (aunque
a veces se nos olvide) una persona con sus gustos y aficiones. La condición de
ser mamá es una pequeña porción de un complicado poliedro facetado. Y no
siempre somos conscientes de ello.
Kyung-Sook Shin, nacida en 1963 en la provincia de Jeolla, y perteneciente a una familia humilde, se mudó a Seúl a la edad de 16 años para recibir una formación más completa en el Instituto de Arte. En 1985 publicó su primera novela, pero no fue hasta 1993 cuando recibió la atención del público tras ganar el premio Hankuk Ilbo. La obra que presentó a este certamen se considera un punto de inflexión en la literatura coreana que hasta entonces se había centrado en temas políticos. Shin alcanzó gran reconocimiento y mostró el camino a seguir para explorar y ahondar en nuestras emociones.
La novela, escrita de manera intimista y delicada, se estructura
en varios capítulos que corresponden a las voces de los hijos, el marido y la
de la propia madre.
Chi-ho, la hija mayor, escritora, es la primera en evocar
la relación que mantenía con su madre. Admite con pesar no conocerla demasiado
Reconoce ahora, con el paso del tiempo la abnegación, el sacrificio y la
ternura que siempre derrochó su madre.
También Hyong- Chol, el hijo mayor, el favorito y ojo
derecho de Park So.nyo recuerda todas aquellas veces que se prometió tratarla
mejor, cuidarla, y tenerla más presente, pero que finalmente no cumplió.
Yun es
la hija menor, la que ha cumplido con los requisitos sociales que cabría
esperar de ella (se ha casado y tiene tres hijos), pero precisamente por ello
no ha tenido tiempo para disfrutrar con su madre tanto como quisiera y
compartir con ella su maternidad.
También su marido da cuenta de la
vida que han pasado juntos, de cuánto le echa de menos, de lo poco que la
conoce en realidad y de las veces que le ha hecho sufrir, de lo egoista que ha
sido a través de los años.
En el último capítulo, es la propia
Park quien nos habla y nos revela su carácter noble y tierno. Vemos a través de
sus ojos a toda su familia. Nos cuenta la vergüenza que siente por su
analfabetismo y el enorme amor que siente por sus hijos. También nos descubre
algunas facetas propias que les son desconocidas a sus seres más cercanos. Es,
sin duda, el personaje más completo aunque físicamente no esté en la narración.
En lo que coinciden todos los personajes
es en el profundo sentimiento de arrepentimiento y culpabilidad. De un
lado los hijos, por no haber alcanzado las metas soñadas por su madre para
ellos y por no haber pasado más tiempo con ella. Por otra parte, el marido, por
haber sido tan egoista e incluso de la propia Park So-nyo, por haber puesto las
expectativas tan altas a sus hijos y por haberles cargado de responsabilidades
en algunas ocasiones.
El libro está escrito de manera sincera
y expresiva y su lectura es fluída y agradable. Desde la sensibilidad
exquisita de la autora, descubrimos un relato sobre nuestros errores con cierta
crítica a esta sociedad en la que, debido a la vorágine diaria que somos
incapaces de parar, dejamos de lado a nuestros mayores. Es
necesario que surja alguna contrariedad para que reparemos en que no hemos
correspondido ni en una mísera parte a las atenciones y cariño del que hemos
disfrutado de manera tan egoista.
En suma, una novelita conmovedora,
que habla de aquello que está bajo la piel Un elogio a la figura de la
Madre, casi una oda a esta imagen que tan desapercibida pasa y sin embargo
sentimos tan necesaria.
Únicamente me hubiera gustado alguna nota
aclaratoria más acerca de las costumbres, actitudes, y simbología de la que
hace gala Kyung-Sook Shin (por ejemplo cuando nos revela que en oriente la tala
de un árbol se asocia a la muerte de un familiar, o conocer algo más de los
“ritos ancestrales” e incluso de qué están hecho el Kimchi...).
Con este libro tan especial doy por
terminado el reto 2012 de Meribelgica. Así que ahora sólo resta esperar a ver
que se le ocurre para el año que viene a esta chica de mente inquieta que nos
incita a abordar la lectura desde otro punto de vista. Mientras tanto.. ¡a leer!
Imagen de la autora: timeout.com.hk
Lo tengo anotado entre mis pendientes desde que lei la reseña que hizo creo que Goizeder, me llama mucho la atención
ResponderEliminarbesos
Animate, seguro que no te decepcionará.
EliminarYo también lo tengo anotado entre mis pendientes, y espero poder leerlo pronto.
ResponderEliminarBesines,
Me encantará leer tu reseña. Estoy convencida de que lo vas a disfrutar.
EliminarBesos