Luego, si se fijan, acaban arrancando esa hilacha de su
pantalón. Pero no suele ser lo habitual,
porque, engalanadas en su negra envoltura, se encuentran demasiado atareadas
espiando a sus semejantes, o juzgando sus vestimentas mientras tejen bisbiseos
con el propósito inequívoco de descubrir los objetivos de sus jóvenes sonrisas.
Cuestionando en cada puntada las compañías de las muchachas, las comadres alimentan rumores tan afanosas
que, para cuando se quieren dar cuenta, ya no les queda ningún objetivo que
censurar. Únicamente les resta entonces maldecirse a sí mismas y colgar, de ese
hilo imaginario, los últimos retazos de su memoria.
Mi contribución semanal al REC
País de silla en la puerta y mecedora en la ventana, je je, que sería de nosotros sin esos momentos.
ResponderEliminarBuen retrato Filias.
Abrazos.
Es que las vi así, juntitas, cuchicheando mientras tejían y destejían... sentadas en los poyetes de las casas de los pueblos, y claro, no me pude resistir.
Eliminar¡gracias por el comentario, Miguel!
Buen último intento de la temporada ReC, Izaskun, con una perspectiva diferente pero en la línea de la ganadora semanal.
ResponderEliminar¡Seguiremos intentándolo la temporada que viene, Loren! ¿verdad?
EliminarUn abrazote
Imprescindible seguir conservando esa fotografia, mientras haya comadres remedando y cotilleando aun habrá esperanza ;)
ResponderEliminarBesos y buen finde
A que también forma parte de tu memoria una imagen parecida?
EliminarBesotes rurales
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