La juguetería errante de Edmund Crispin

miércoles, 5 de junio de 2013



Cuando el poeta Richard Cadogan decide pasar unos días de vacaciones en Oxford tras una discusión con el avaro de su editor, poco puede imaginar que lo primero que encontrará al llegar a la ciudad, en plena noche, será el cadáver de una mujer tendido en el suelo de una juguetería. Y menos aún que, cuando consigue regresar al lugar de los hechos con la policía, la juguetería habrá desaparecido y, en su lugar, lo que encontrarán será una tienda de ultramarinos en la que, naturalmente, tampoco hay cadáver. Cadogan decide entonces unir fuerzas con Gervase Fen, profesor de literatura inglesa y detective aficionado, el personaje más excéntrico de la ciudad, para resolver un misterio cuyas respuestas se les escapan. Así, el dúo libresco tendrá que enfrentarse a un testamento de lo más inusual, un asesinato imposible, pistas en forma de absurdo poema, y persecuciones alocadas por la ciudad a bordo del automóvil de Fen, Lily Christine III.




Vaya por delante que la Editorial Impedimenta me tiene ganada previamente. Las ediciones son preciosas, y las portadas también están cuidadas al detalle. En este caso, además, nos facilitan una serie de referencias y notas salpicando la narración que vienen muy bien para el buen entendimiento y desarrollo de la novela. También veo un acierto el mapa con el que da inicio la novela, para poder hacernos una idea de los lugares por donde va a transcurrir el argumento.


Edmund Crispin (1921 – 1978), es el pseudónimo de Bruce Montgomery, escritor y músico. Licenciado en Lenguas Modernas, escribió la serie policíaca de Gervase Gen. En un total de nueve novelas dio vida a este personaje que actúa como detective aficionado. Sus obras tienen tintes fantásticos y ha sido considerado como uno de los últimos grandes exponentes del genero policiaco clásico. Trabajó para The Sunday Times y reseñó novelas de crimen y ciencia ficción. Murió en 1978 después de una vida llena de flirteos con el alcohol, de un ataque al corazón.





Dicho esto, os adelanto que esta es una novela policial clásica inglesa, en la que podreis encontrar personajes excéntricos, curiosos y llamativos así como persecuciones hilarantes y referencias culturales clásicas realmente interesantes.


Se trata de la tercera entrega de la saga que el autor Edmund Crispin escribió para su personaje Gervase Fen, un profesor del San Cristóbal de Oxford (ciudad, en la que, por otra parte, ya nos avisan que es posible casi cualquier cosa) con grandes dotes investigadoras.


A diferencia de otros personajes como pueden ser Holmes o Poirot, Fen no usa el método deductivo, sino que se basa en intuiciones, por lo que a veces es un poco complicado asistir al progreso de la resolución del caso.



Pese a que es un caso con múltiples elementos poco asentados en la cotidianeidad, me ha gustado mucho. Sobre todo el grueso del caso, que se trata de una trama bastante elaborada y original. En realidad tiene mucho de fantástica y su estilo desenfadado y literario al tiempo es muy interesante. Un punto a destacar son las ambientaciones de sus escenarios, tan agradables que animan a visitar los lugares de los que nos habla y por supuesto el estilo del autor. Un característico “british way”, culto y humorístico al tiempo, así que si os gusta este recurso literario, disfrutareis a más no poder con esta entretenida novela.




1 comentario :

  1. Yo fue una de las que disfrutó muchísimo con esta novela. Lo "British" ya sabes que me pirra. Ya tengo en casa la siguiente y me tarda "hincarle el diente", jeje.
    Besines,

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