Ya llega el momento de ir pensando un poquito en las vacaciones. E inevitablemente mi cabeza huye a Roma en julio. Me encantó el viaje, y casi sufro el síndrome de Stendhal, pero después de esperar años para ver a Moisés, todo mereció la pena. Una de las cosas que más llamó mi atención fue la Fontana Di Trevi. Es sorprendente, aparece de la nada, entre calles, y te deja con la boca abierta. ¡Qué maravilla! Tengo que volver...
Hola, Filias. Exactamente eso fue lo que me pasó a mí. ¡De repente estaba allí! También yo tengo que volver; si no se tuercen las cosas en mayo me iré a Italia, aunque al sur, (No quiero darte envidia; solo ideas ;) )
Hola, Filias. Exactamente eso fue lo que me pasó a mí. ¡De repente estaba allí! También yo tengo que volver; si no se tuercen las cosas en mayo me iré a Italia, aunque al sur, (No quiero darte envidia; solo ideas ;) )
ResponderEliminar¡Qué maravilla! Espero que nos cuentes el viaje, así también lo podremos disfrutar desde aquí. ;)
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