A contrapié....

jueves, 30 de abril de 2015

Llevo un mes de abril a contracorriente, lleno de proyectos y falto de tiempo. Espero que el mes que viene me de un poquito de cancha y pueda visitar vuestros blogs con un poco de tranquilidad y sosiego. 

Para que esto se haga realidad, me he liado la manta a la cabeza y he conjurado un hechizo mágico. Por eso mayo va a empezar de una manera muy muy especial. Compartiré este sábado con las chicas del Club de Lectura Teide 2010, y el día promete ser maravilloso. 

¿Dónde? Os dejo una pista




¿A que es apetecible?
Prometo contar en breve la que seguro será una maravillosa experiencia en una compañía inigualable.

¡Feliz fin de semana!

El método de Andrew Stanton (Las claves de una gran historia)

lunes, 27 de abril de 2015







Quizás el nombre no os sugiera nada, pero si os digo que es el creador de la película de dibujos animados Nemo, puede que os suene un poquito más, ¿verdad? Hace un tiempo, A. Stanton dio una charla acerca de cuáles eran las claves de una gran historia, y aunque él se refería al campo cinematográfico, pienso que también sus ideas son aplicables a otras disciplinas como la escritura.

  • No pierdas de vista el objetivo: Es el puntal de la historia, donde debemos dirigirnos. ¿Para qué cuentas esta historia? ¿Porqué cuentas esta historia? Piensa en el objetivo y si puedes, ve más allá. Siéntelo de alguna forma, así podrás contar tu historia con una veracidad que sería difícil trasladar de otro modo. Si una narración no tiene objetivo, se queda en una mera estampa porque no hay un núcleo sobre el que sustentar el argumento.
  • La importancia del protagonista. Construye un personaje que al lector le resulte interesante y preséntalo cuanto antes. Cúbrelo de detalles realistas para que no sea plano, para que al lector le importe y no le sea indiferente. No importa que la historia que protagonice sea previsible —hasta cierto punto—, siempre que el personaje haya calado en el lector.
  • Asegura al lector que la historia será relevante. Comienza tu historia con una escena especial que augure una historia en la que convenzas al lector de que merece la pena seguir leyendo. Piensa la manera de intrigar, de sorprender a quien se asome a tu texto, y hazlo a conciencia porque en esos primeros párrafos te la juegas.
  • El lector es un ser activo. Ten en cuenta que no sólo imagina el escenario y los personajes que tú has creado, sino que también debe implicarse en la historia y trabajar en ella incluso sin darse cuenta. Hazlo posible dejándole pistas que deba unir para elaborar algo relevante en la historia. No es necesario que sea complicado, simplemente es una motivación para que se enganche a tu narración.
  • Se original. No tanto a la hora de argumentar una historia, sino a la hora de contarlo. En el mercado hay miles de libros, miles de películas, miles de canciones de amor. Pregúntate porqué si todas hablan de lo mismo, por previsible que sea el desenlace, unas funcionan y otras no. Exacto. Es la forma de presentarlo, tu punto de vista será siempre diferente, original, porque es el tuyo.
  • Dota a tus personajes de alma. Son seres de ficción, estamos de acuerdo, pero los personajes deben tener calado, profundidad, porque si no es así se quedan en la estructura, en un arquetipo inverosímil para el lector. Y si el lector no siente empatía (ojo, que no simpatía) por un personaje, ¿qué motivación le va a impulsar para continuar leyendo? Tu personaje debe tener un objetivo, un deseo que le guíe, algo que le obligue a actuar.
  • Ofrece intriga. Tan importante como unos buenos personajes o la forma de presentar tu narración es que esta le resulte interesante al lector de alguna manera. Que le haga continuar leyendo. Buscamos que nuestra historia capte al lector/espectador/oyente y le suceda aquello de “un capítulo más y lo dejo” para darse cuenta después de que ha estado tan absorbido por la lectura que no se ha dado cuenta de que son ya las dos de la mañana. ¿Cómo lo conseguiremos? Con esta ecuación: INTRIGA = ANTICIPACION + INCERTIDUMBRE.
  • Conmueve. Es lo importante. Si el lector/ espectador/ oyente, se implica, se conmueve, tienes la partida ganada. Si. Lo sé. No es fácil. Intenta conmover desde el ángulo que mejor domines o desde el que mejor se corresponda con tu historia; desde el asombro, desde la fascinación, desde las emociones siempre. Esa es la clave.
  • Se tu mismo. No intentes disfrazarte de otro autor, no cuentes las cosas como lo hacen los demás. Cuenta tu verdad. Dale a la historia el color con el que tú la ves y vuelca en ella todo lo que eres. Busca tu propia voz y cuando la encuentres, dale alas.
  •  La Gestalt a tu favor. La corriente de Psicología nominada Gestalt defiende que nuestra mente es incapaz de dejar un hueco sin rellenar. Establece que necesitamos acabar las frases, rellenar la información que falta. Es inevitable para el ser humano. ¡Aprovechémoslo! Muestra pero deja algún hilo suelto, algún campo sin rellenar. Sugiere; usa la elipsis y verás los resultados.



¿Qué os han parecido los consejos? ¿Creéis que son aplicables a la tarea del escritor? ¿Os parecen útiles? Como siempre, los comentarios a vuestra disposición.

Mr. Mercedes de Stephen King.

viernes, 24 de abril de 2015

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Título: Mr. Mercedes
Autor: Stephen King
Editorial: Plaza y Janés
Año edición: 2014
 
Durante años los sectores más críticos han venido tachando a Stephen King de ser un “escritorcillo de segunda”. Quizás porque carga con el sambenito de los bestsellers y se le relaciona con obras poco literarias, de tramas salpicadas de carambolas y cargadas de casualidades, y de algunos personajes casi estereotipados le pasa como a los programas del corazón. Se supone que nadie los ve. Ningún “cultureta” los lee. Se dice que su lectura es de un porcentaje mínimo del universo lector. ¡Mentira cochina! Es uno de los autores que más ventas obtiene a lo largo y ancho del mundo. ¿Porqué? Indudablemente sabe del oficio. Derrocha ritmo e intriga bien dosificada, tiene una narración ágil y un estilo propio que no defrauda a su público. Sabe traspasar las emociones más básicas del ser humano desde el papel a la piel del lector; conoce cómo hacerle vibrar y cómo angustiarlo. Y eso, pese a quien pese, gusta. Mucho. 

Pero además, hay que reconocer (amén de su prolífica obra) su interés en tocar géneros que se distancian del terror y de lo sobrenatural; su zona de confort. Dentro de un límite, por supuesto (no veo a King escribiendo novela rosa por ejemplo). En este caso, se ha atrevido con un género nuevo para él. La novela policíaca. Y lo hace bien. A su manera, desde luego, pero queda claro que tampoco este será un género que se le resista. Enfocado hacia los personajes y la lucha entre protagonista y antagonista, el libro nos muestra las inconfundibles características del escritor. No faltan los atribulados personajes con desequilibrios psicológicos, las situaciones estremecedoras y las sensaciones de angustia. Y a pesar de que conocemos desde el inicio la identidad del asesino, eso no supone ningún obstáculo para disfrutar de la historia

Sin embargo, no todo me ha parecido maravilloso. Hay dos cosas que no me han terminado de convencer. La primera es que este libro es la primera parte de una trilogía (una más…), y aunque es auto - conclusivo, que forme parte de otra saga más, no me hace demasiada gracia. Por otra parte, reconozco que en algunos casos, el narrador omnisciente, está de más con sus frases agoreras que chirrían por adelantarse demasiado a las situaciones, pero es un escollo perdonable puesto que los demás elementos juegan a favor de una historia llena de suspense y que incide en el lector con su ritmo vertiginoso. 

Como viene siendo habitual en el género policiaco, la historia comienza con un prólogo impactante en el que se nos presenta el hecho desencadenante. En 2009, durante la Feria Anual de Empleo, un asesino arremete con su coche, un Mercedes SL 500, contra la multitud apostada de madrugada en la entrada del Centro Cívico, que permanece a las puertas del edificio a la espera de una oportunidad laboral. Mueren ocho personas (incluyendo un bebé) y resultan heridas otras muchas sin que nadie pueda hacer nada por evitarlo. Tampoco la policía logra atrapar al que calificarán como “El Asesino del Mercedes”, por lo que es un caso pendiente en los archivos, y una sombra en el excelente currículo del retirado inspector Hodges. Por eso, cuando éste recibe una carta cuyo remitente dice ser el responsable de la matanza, a pesar de estar retirado, no puede evitar implicarse. Quiere resolver el caso, y además, eso representa la motivación que necesita para retirarse de una vida sedentaria y de la espiral insalubre en la que se encuentra. 

Hay dos cosas que me encandilan de este escritor, y son la construcción psicológica de sus personajes y el dominio de la tensión en la gran mayoría de sus obras (hay que ser objetivos, también ha escrito algunos ladrillos…). En este Mr. Mercedes, el personaje que destaca por encima de los demás, es, a mi modo de ver, el asesino. Brady. Su desequilibrada personalidad me ha recordado al estudio psicológico que también inspiró a Alfred Hitchcok la figura de Norman Bates, el escalofriante carnicero Ed Gein (si queréis leer acerca de este angelito pinchad aquí). 

Por último y como curiosidad os diré que he disfrutado muchísimo con algunos guiños que nos deja King a lo largo del libro, y que hacen referencia tanto a series televisivas (el asesino vive casualmente en Elm Street) como a otras obras anteriores del escritor (surge la figura de Pennywise, el payaso de It). Una lectura que recomiendo porque aunque no haya nutrido mi alma literaria, me ha entretenido y me ha hecho pasar un buen rato. 

¿Os animáis?
Feliz día.
Firma













Microrec: ¡Esas intenciones!

martes, 21 de abril de 2015



Enemiga mía.

La intención de seguir siendo solo amigos hace tiempo que quedó en eso, en pura intención. Sus labios entreabiertos y el movimiento regular de la ligera blusa, le hicieron imaginar un millar de ternuras a su lado, pero evitó sucumbir a sus emociones. Recordó con resentimiento que en el pasado le ofreció su corazón varias veces y ella, con una sonrisa condescendiente y sin ningún miramiento, lo había pisoteado. Ayer volvió de nuevo. Rota y desvalida. Y él, una vez más, la acogió solícito, como un buen amigo. Sin que ella supiera que las llamadas por las que continuamente la abandonaban, eran suyas.





Propósito de enmienda


La intención de seguir siendo solo amigos era un propósito muy prometedor para el año nuevo. Como dejar de fumar o bajar esos malditos kilos de más. Pero el proyecto se esfumó después de las campanadas, mientras compartía un bombón trufado y un cigarrillo entre las enredadas volutas de humo que envolvían sus cuerpos. Tan solo un segundo antes de terminar el primer cuarto de hora del nuevo año.



¿Y si...?

La intención de seguir siendo solo amigos se le había pasado alguna vez por la cabeza, pero lo había desechado por ridículo. En el supuesto caso de que ambos resolvieran sus diferencias, el mundo sería un lugar muy aburrido y en realidad, no sabía durante cuánto tiempo sería capaz de respetar las reglas del juego. Por otra parte, su naturaleza quedaría en entredicho y además, no concebía porqué debía poner fin a un pasatiempo tan divertido. ¿Por miedo a las consecuencias? Sonrió audaz. ¿Qué podría ocurrir? Él ya vivía en un lugar ardiente y empedrado de buenas intenciones.

Mis despojillos para esta semana.

La teoría del embudo al revés o cómo pasar de reactivo a proactivo.

lunes, 20 de abril de 2015



La teoría del embudo al revés.

No, no me imagineis con un embudo en la cabeza, ni tampoco penseis me he vuelto zen de repente. Es más sencillo que todo eso. Este es mi terror particular; la teoría del embudo al revés. Pasad y acomodaos, que os lo explico.

Imaginad que tratais de trasvasar agua de una garrafa a una botella. Necesitamos un embudo ¿cierto?, y su colocación lógica es la que todos conocemos. La parte superior del embudo será la más ancha, mientras que la parte inferior se introduce en el cuello de la botella facilitando de este modo el paso del agua. Bueno, pues trasladémos este sencillo asunto a mi pesadilla en términos literarios: el embudo al revés. Es decir, que el cono está situado justo al revés, con lo que, aunque mi garrafa de agua esté llena (mi mente completa de ideas), a la botella (blog, cuaderno, ordenador...) no llega ni por asomo una mínima parte del líquido elemento. La mayor parte se derrama, se pierde por el camino y además deja todo perdido. Un horror, vaya. Tener más frentes abiertos de los que soy capaz de enfrentar me bloquea, y lejos de cundir más, la consecuencia es que tengo miles de textos sin terminar sobre la mesa. ¿Os ha pasado alguna vez?


Del focusing o mindfullness.


Pero, algo habrá que se pueda hacer ¿no? ¡Efectivamente, no hay que desesperarse! Desde mi experiencia os puedo contar que he investigado un poquito y estoy poniendo a prueba la solución en mis propias carnes con bastante buen resultado, debo decir. La solución a este asunto es el focusing o mindfullness. Lo que viene siendo en mi interpretación personal y sencilla (estas disciplinas son mucho más profundas) el “céntrate mi chica” de toda la vida.



De la reactividad a la proactividad.

Estos métodos sirven en primer lugar, para examinarse y descubrir si estamos en un momento reactivo (a estas alturas de la película y si te reconoces en lo que llevamos hablado, va a ser que si), reaccionando por pulsiones y siendo influidos por las circunstancias. ¿Y esto con qué fin? Para darnos cuenta y salir del bucle introduciendo algunos cambios proactivos (asumiendo el control y generando acciones creativas para mejorar la situación). De esta manera, con un poquito de sinceridad y perspectiva, podemos poner en marcha algunos cambios que nos ayudarán a salir del atolladero.



Pasito a pasito.



En algún otro momento ya os he comentado mi pequeña obsesión por las listas. En esta ocasión es inevitable; también las haremos. Toma una libreta y un bolígrafo. Dedicaremos ahora unos minutos a recoger en unos apuntes las circunstancias que nos rodean.


  • Anota cual es la situación y reconoce tus fortalezas y debilidades. En mi caso, todo se resume en no llegar a realizar muchas de las actividades que me propongo, dando como consecuencia una acumulación cada vez mayor de tareas,nervios y estrés por no poder hacer frente a todo. Una fortaleza podría ser la fuerza de voluntad, y la debilidad está clara: mi forma de ser inquieta y la necesidad que tengo de encauzar mi creatividad (igual puedo estar pintando camisetas que haciendo bricolaje o escribiendo). Mi debilidad es que esta situación se va a repetir contínuamente.
  • Apunta todas las tareas que tengas pendientes. Da igual cuales sean. Enlístalas una detrás de otra conforme vengan a tu cabeza, las ordenaremos después. 
  •  Organizalas por una categoría. Puede que decidas ordenarlas por el tiempo que llevan esperando a ser atendidas, por la urgencia que reviste su finalización o bien por la simpatía que les tengas. Tú decides. En mi caso, he organizado todos los textos pendientes por el tiempo que llevan esperando a que los termine. De esta forma, iré atendiendo y terminando los antiguos primero, y los más recientes al final. 
  • Pasa a la acción: ve terminando una a una todas tus tareas. No comiences una nueva hasta que no hayas terminado en la que estás enfocada. No os voy a engañar. Esta parte es la más complicada, porque hay millones de estímulos alrededor, cientos de propuestas que surgen y que te deslumbran con su atractiva indumentaria. Es complicado mantenerse orientada y poder realizarlo día a día. No importa, mantente ahí. Continúa. Se un junco; flexible pero firme. “Uno dos y tres, cuatro cinco y seis, yo me calmaré todos lo veréis”. Inspira profundamente y recoge en tu cuaderno todas las ideas que te surjan respecto a las iniciativas que NO vas a realizar hasta que no hayas terminado con la tarea que te has propuesto. Posteriormente te sorprenderán los resultados, porque estos bosquejos que has anotado te servirán de guia para llevar a término fácilmente la actividad a realizar. La cuestión es dividir en parcelas las tareas y llevar a término tareas que se han quedado enquistadas (yo sigo escribiendo microrrelatos por ejemplo, pero guardo una parte importante de mi tiempo para terminar los textos más largos que son los que se me han quedado pendientes durante meses).
  • Persevera. Se positiva y mantente firme. No es fácil al principio, pero poco a poco, cuando veas que la lista de los “to do” va bajando y te sientas satisfecha con el trabajo realizado, eso mismo te dará alas para continuar y descubrirás que es mucho más sencillo cumplir con este apartado.
¿Y vosotros, también sois víctimas de la teoría del embudo al revés? ¿Cuál es vuestro método para enfrentaros a esta situación?


Una soledad demasiado ruidosa de Bohumil Hrabal

jueves, 16 de abril de 2015




Titulo: Una soledad demasiado ruidosa

Autor: Bohumil Hrabal

Editorial: Destino

Año edición: 2001






Hanta trabaja desde hace treinta y cinco años triturando papel en un oscuro sótano de Praga. En su soledad, prepara los paquetes de papel prensado con mimo, como si fueran obras de arte e introduce en cada uno de ellos un pequeño tesoro libro abierto o una reproducción de un cuadro; un pequeño detalle que embellece su trabajo y lo eleva convirtiendo un empleo destructivo en una suerte de arte. Hanta rezuma amor por los libros; los protege y los cuida. Cuando acaba su jornada, llena su cartera y los lleva a su casa, donde rellena todos los rincones de su hogar con literatura. No es fácil su vida solitaria; por eso, bebe grandes jarras de cerveza a diario, para ayudarle a encadenar las horas y el paso de los días, para hacerle el tiempo más llevadero y la realidad más entendible. Sus días transcurren tranquilos y felices en compañía de Lao-Tse, Kant e incluso Jesucristo, quienes conversan con él y le exponen sus ideas. Pero llegará un día en que sus firmes cimientos se tambalearán con la llegada de una nueva era donde una forma novedosa de trabajar y una moderna maquinaria lo apartarán del camino ideado, descatalogándolo y precipitándolo hacia un desenlace estremecedor.

Pero no quisiera que os llevarais una imagen equivocada de esta novela, porque no todo en este breve libro es literatura, pues Hanta también nos cuenta la parte más mundana de su existencia; sus encuentros con el profesor, con la gitanilla (en un pasaje lleno de ternura) y su relación con Maruja, que nos hará sonreir y reflexionar casi a partes iguales.

Bohumil Hrabal llegó a decir de este libro que había vivido solo para escribirlo, y no es de extrañar puesto que en la construcción de Hanta volcó pasajes autobiográficos (él también trabajó prensando papel por ejemplo) que dotan al personaje de corporeidad y credibilidad. Con una prosa precisa, profunda y poética, el autor trabaja una historia de peso, con cierto tinte social y muy reflexiva. Convence desde el primer párrafo, donde un narrador en primera persona nos deleita con la fuerza de un estilo nostálgico y sensible.

Lleno de frases que invitan a la reflexión, no es este un libro para tomarlo a la ligera ni una lectura para todos los públicos a pesar de su brevedad y lo sencillo de su lenguaje. Pero si os gusta la literatura, leedlo poco a poco, degustadlo, porque merece la pena. Juzgad vosotros mismos:

“Los libros me han enseñado y de ellos he aprendido que el cielo no es humano en absoluto y que un hombre que piensa tampoco lo es, no porque no quiera sin porque va contra el sentido común”.

“Soy culto a pesar de mí mismo y ya no sé qué ideas son mías, surgidas propiamente de mí, y cuales he adquirido leyendo...”

“Todo lo que he visto en este mundo está animado simultáneamente por un movimiento de vaivén, todo avanza y retrocede”.

Microrec: Vamos de nalgas.

martes, 14 de abril de 2015




Por una onza de chocolate

Procuraba no perder sujetándole las nalgas y así poder disfrutar, según lo convenido, de una onza de chocolate extra. Pero aguantar a pulso las orondas carnes de Jorge mientras este se encaramaba con torpeza al murete, resultaba una gesta casi heroica. Todavía no alcanzaba a comprender qué hacían allí cada miércoles, apostados tras la pared de la huerta esperando a que llegase Tomás “El cojo”, pero confiaba en poder descifrar pronto aquel súbito interés de sus hermanos por ocultarse tras el muro de piedra y curiosear lo que sucedía justo enfrente, cuando sonaba un rítmico golpeteo en la habitación de la cocinera.



Churro, media manga, manga entera.

Procuraba no perder sujetándole las nalgas con firmeza, pero después de varias embestidas, golpes y un feo rasponazo en la rodilla, se convenció de que por mucho que apreciasen a Rogelio y quisieran celebrar su tardío casamiento, ya no tenían edad para jugar al Burro.

Las apuestas semanales al REC