Una tarde en el Molino de Villava con David Foster Wallace.

jueves, 29 de septiembre de 2016



Hoy traigo algo diferente. No se trata de la reseña de un libro, sino la de un ensayo. Uno de David Foster Wallace que he tenido la gran suerte de poder leeer y elaborar gracias a la compañía de un grupo estupendo.

El pasado día 17 de septiembre acudí a la convocatoria de Deborahlibros en el Molino de Villava. Allí, en un enclave precioso (aunque nos acompañó la lluvia y los ensayos generales del grupo de música que tocaría posteriormente), desgranamos y disfrutamos de la estupenda prosa de David Foster Wallace.

Este escritor había sido hasta la fecha un autor cuyo nombre me imponía bastante respeto por dos motivos: porque su estatus “endiosado” me producía el mismo espíritu crítico que los best-sellers (en ese sentido estaba equivocada) y porque, según tenía entendido, era un autor difícil de entender, con una prosa no apta para todos los públicos (esto si que es cierto, pero en este ensayo, afortunadamente, escribe con claridad meridiana).

Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer ha sido mi primer acercamiento a Foster Wallace, y debo reconocer que ha sido mucho más positivo de lo que esperaba. Y también sorprendente. El texto corresponde a un artículo que la revista Harper´s encomendó en 1995 al escritor para que reflejara sus impresiones acerca de un crucero de lujo por aguas del Caribe.

La cosa tiene su miga, porque Foster posee como punto de partida un equipaje propio de agorafobia y misantropía que desde luego no casa con la situación ideal para disfrutar de siete días en alta mar con la compañía de 1375 almas más. Tuvieron que pagarle mucho. Pero a Harper´s no le importó soltar los dólares, porque sabían que este escritor políticamente incorrecto haría correr ríos de tinta con su particular visión acerca de los cruceros de lujo. No se equivocaron.

Wallace hace en esta narración un compendio extraño pero poderoso de periodismo, y análisis personal mucho más literario de lo que cabría esperar en el género que le habían encomendado. Pero es que en Wallace, transpira literatura por todos los poros de su piel. El texto está plagado de símiles fascinantes (a veces inquietantes, como cuando relaciona la experiencia con los campos de concentración), y unas imágenes evocadoras y originales. No está exento de humor, aunque es un humor con el sello personal del autor; lleno de ironía y con algunos matices bastante oscuros.
Pero el mayor logro de esta lectura es, a mi modo de ver su espíritu crítico. Me ha sorprendido su capacidad para desmontar y poner en tela de juicio los sagrados conceptos de identidad de la sociedad americana. Incide en el quimérico juicio sobre qué es la felicidad, en su repulsa del turista americano abovinado (no te puedes perder su descripción, es de lo mejorcito que he leído últimamente), y se recrea en un ácido analisis de la sociedad consumista.
El viaje le sirve como excusa para ahondar en lo que subyace en su mente; aquello que le obsesiona y lo hace minucioso (a veces hasta el extremo) y brillante. Porque el viaje, a Wallace le parece una excusa para dilatar el momento de enfrentarse cara a cara con la propia finitud. Y sus emociones fluctúan entre la negación ante la muerte y la aceptación de la misma como una salvación de la angustia existencial.

“Se parece más querer morirse a fin de evitar la sensación insoportable de darse cuenta de que uno es pequeño, débil, egoista y de que sin ninguna duda posible, se va a morir. Es quererse tirar por la borda.”

Sus artificios literarios dan para una tarde entera de charla. No solo las notas al pie (que utiliza como un recurso más) sino también el enfoque creativo que imprime a su forma de escribir.

Si hablásemos de fotografía, diríamos que mientras los clásicos prefieren mantenerse en su zona de confort, y a diferencia de algunos otros que se han atrevido con (por ejemplo) el macro, Wallace va más allá. Es fascinante. Sorprende con sus enfoques peculiares, con su capacidad para retratar los claroscuros como nadie lo ha hecho con anterioridad, con su capacidad para profundizar en la realidad escondida tras los ojos de los retratados…Un animal creativo engendrado para remover y agitar conciencias

Lo recomiendo sin duda, pero con una pequeña advertencia. El artículo convertido en libro es corto, pero denso. Hay que leerlo con calma para poder degustar todo lo que ofrece que no es poco. 

Te vas a reír con los pasajes de la boviscopofobia, con las capacidades cuasi sobrenaturales de Petra, y con la anédota de Petersen. Vas a querer vivir en el baño del crucero cuando leas su descripción, te vas a odiar cuando te identifiques y te reconozcas en el cliente caprichoso y malcriado en el “momento revelación” y muy probablemente sientas angustia. El mismo temor existencial que sufría Wallace y que antes de suicidarse, le llevó a destapar verdades como puños que cloroformizados en nuestro día a día no queremos o no podemos ver. Pero están ahí. Justo debajo de nuestra nariz.

Te gustará si:

* Te gustan las lecturas con miga.

* Buscas autores con conciencia crítica.

*Quieres conocer a un escritor apasionado, obsesivo y brillante.

¿Conocías a Foster Wallace? Te espero en los comentarios.
Feliz día.

Test de indicios psicópatas. ¿Tienes una mente criminal?¿Y tu personaje?

jueves, 15 de septiembre de 2016





Que levante la mano quién como autor no desea un personaje psicópata tan memorable como Hannibal Lecter. ¿Nadie? Ya me lo imaginaba.



Una de las cosas más difíciles con las que un escritor debe lidiar es la credibilidad en cuanto a sus personajes. Debes dotar a tus figuras principales de un amplio arco dramático y una profundidad psicológica notable. Pero ¿cómo? En muchas ocasiones simplemente con la empatía podemos ponernos en la piel de nuestros personajes, e incluso el método Stanislavsky  puede ayudarnos para poder describir qué sienten o cómo se comportan.


Claro, que contamos con la premisa básica de que nuestro protagonista es “normal”. Pero, ¿Y cuando hablamos de personajes con desórdenes mentales importantes (psicópatas, sociópatas…)?¿ Cómo podemos asegurarnos que la personalidad de nuestro protagonista está reflejando realmente un modelo de comportamiento patológico?



Según las afirmaciones del DSM - 5 ( Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría), hay una serie de indicadores de alteraciones de la personalidad que pueden identificar una personalidad de este tipo:
  • · No demuestran empatía o sentimientos de remordimiento o culpa.
  • · Son fácilmente irritables y sufren ataques de ira persistentes.
  • · Viven al margen de normas y convenciones sociales.
  • · Tienen dificultades para cumplir objetivos a largo plazo.
  • · Son irresponsables y desobedientes.
  • · Los psicópatas poseen una inteligencia notable y saben mimetizarse en la sociedad.
  • · No se sienten responsables de sus acciones.
  • · Son manipuladores, controladores y mentirosos.
  • · Generalmente poseen alguna característica “de gancho”: son seductores, locuaces…
  • · Son propensos a participar en actividades de riesgos sin medir las consecuencias.


Gracias a estas pequeñas pautas tenemos a nuestro killer mucho más definido, ¿verdad? Sin embargo, podemos ir un poquito más allá. ¿Qué tal si tu personaje se enfrenta a las 40 preguntas del test del Dr. Robert Hare?


Este psicólogo desarrolló un sistema que permite establecer un diagnóstico de desórdenes mentales relacionados con el carácter psicópata. Mediante una batería de cuarenta preguntas sencillas en las que únicamente debes contestar verdadero o falso, se establece un resultado comparativo que permite conocer si los marcadores definen esa personalidad dentro de los parámetros de la normalidad o no.
Y ¿cómo sabemos cuál es el corte para definir una tendencia psicópata? El número mágico es 25. Ese es el umbral de la normalidad. Por debajo de esa cifra se encuentran (en principio) las personalidades consideradas normales. Ahora puedes realizar el test y descubrir si tu personaje es lo bastante desequilibrado para tu historia. Puedes hacer el test justo aquí Pincha y hazlo, yo te espero.

¿Qué tal? ¿Cuál es la cifra que ha conseguido tu personaje? ¿Es suficiente para la historia o debes crear un comportamiento psicológico más complejo y retorcido? Puedes contármelo todo en los comentarios, me encantará conocer tus opiniones.

Pero si aún quieres más y te gustaría obtener más información real para crear unas pautas creíbles para tu retorcido amigo, te recomiendo “Dentro del Monstruo” de Robert K. Ressler, un recorrido por algunos casos de psicópatas reales. Yo lo estoy leyendo y me parece un libro muy interesante. Seguro que no te dejará indiferente.






Y por si quieres profundizar más en este tema, en unos días comenzaré una serie de hojas de trabajo o WorkSheets, para escritores. La primera de estas hojas tendrá como objetivo facilitarte el esbozo inicial de tu personaje más siniestro. ¿Qué te parece?


Por cierto, me muero de curiosidad por saber una cosa más...¿Has caído en la tentación y  has hecho el test tú mismo? Confieso que yo sí lo he hecho y mi resultado ha sido de 5. ¿Y a tí cómo te ha ido? Te espero en los comentarios

Feliz semana.


¿Qué te ha parecido el artículo? ¿Te ha resultado útil? Si es así te agradezco que lo compartas, me haces un gran favor.

El secreto de Oli de Luis A. Santamaria

viernes, 2 de septiembre de 2016



Hay libros que te estremecen desde el comienzo. Porque no esperas descubrir entre sus páginas lo que finalmente encuentras. A veces porque te identificas con un personaje o con una situación concreta. Incluso con una fecha significativa. ¿Te ha pasado alguna vez? A mí, hasta el día que comencé la lectura de El Secreto de Oli, no. Al menos no más allá de alguna coincidencia puntual e insignificante. Pero en las primeras páginas de la novela ese 12 de Octubre me abofeteó de pleno. Y los sucesos de ese día preciso también. Por eso quizá esta reseña sea más subjetiva de lo habitual. La empatía. Es lo que tiene.

Como anuncia el título de la novela, la historia discurre bajo el prisma de un secreto y la acción se desarrolla en Ámbar, un lugar imaginario que aúna características de un pueblecito costero de la cornisa cantábrica con alguna peculiaridad de la costa canaria.

La novela se centra en la historia de una familia y en la especial relación entre dos de sus miembros, quienes atesoran un secreto vital que cambiará la existencia de todos ellos. Y esa es la pregunta principal que flota en suspenso durante la lectura del libro. ¿Qué harías tú si tuvieras una información crucial para la vida de uno de tus seres queridos? ¿La ocultarías?¿Revelarías el asunto pese a todo? ¿Intentarías modificar algo para mejorar la vida de los afectados por esa información? Muchos interrogantes.

Pero no son los únicos que van a surgir durante la lectura de esta novela porque el autor construye una historia efectiva con un buen uso de los cliffhangers al final de los capítulos y una buena dosis de intriga. De hecho, con esta novela he redescubierto que la intriga o el suspense no son requisitos exclusivos de los thrillers o los page-turner que tan de moda están últimamente, sino que bien utilizados, son un excelente recurso para cualquier estilo de historia.

Otro punto interesante son los dos hilos temporales de la novela. Por una parte el argumento transcurre en la actualidad de la mano de una tercera persona narrativa y por otro lado, hay una línea que discurre en los años ochenta retratada con detalles que te harán sonreír si tú también perteneces a aquella generación que creció a la sombra de ET y los Goonies.

Escrita con una narrativa sencilla y natural, El secreto de Oli no solo deja un pequeño poso de nostalgia por las épocas pasadas sino que demuestra su mayor acierto con los personajes ( a pesar de que en mi opinión, algunos necesitarían un arco dramático más profundo). Reconozco y valoro mucho la labor minuciosa que ha tenido que desarrollar Luis para dotar al anciano y al niño de un carácter tan especial sin caer en sensiblerías ni en tópicos deslucidos. Es inevitable encariñarse con Oli, empatizar con Sara o caer rendida a los pies del Doctor Salas; un anciano malhumorado con un corazón de oro.

El estilo es directo y está salpicado de frases que me han gustado tanto como esta:

“No obtuvo respuesta y la puerta, desprovista de juicio moral como cualquier objeto desalmado, se mantuvo inmóvil”.

Así que si quieres disfrutar de una novela jalonada de amor en sus diferentes versiones (familiar, de pareja, obsesivo…) que refleja la vida y sus a veces crueles circunstancias, este es tu libro.


Te gustará si:


P. D: ¡Y un extra! Puedes visitar el blog del autor aquí. Es un escritor cercano y amable que comparte artículos de escritura muy interesantes. Yo que tú, lo tendría en cuenta.