Conociendo a...Luis A. Santamaria.

martes, 31 de enero de 2017



Creé este espacio con la premisa de conocer a aquellos escritores que por uno u otro motivo son fuentes de inspiración. Hoy, quiero presentaros a Luis A. Santamaría, autor de la Saga Ambar y un escritor cercano. Tanto, que mima a sus lectores y les hace partícipes incluso del proceso de escritura de su novela compartiendo con ellos en primicia el prólogo de su próximo libro.

Desde el comienzo, Luis ha sido un escritor simpático y comprometido. Siempre ha estado al quite en cuanto a las dudas o sugerencias que la lectura de su libro ha podido suscitar, y creo que eso es de agradecer en un mundo en el que parece que hay tanta figura endiosada (aunque reconozco que en mi caso he tenido suerte y de momento no he encontrado ningún autor así).

Por eso, por sus consejos y su buen hacer en el blog desde el que igual reseña los libros que más le han impactado y como te cuenta un montón de detalles referentes al proceso de escritura, creo que merece un gran lugar en este pequeño espacio.





1. ¿Cómo se te ocurrió la idea para El Secreto de Oli? ¿Qué te inspiró?
El resultado final de la historia de Oli está basado en una sucesión de ideas que fueron cambiando de forma con el tiempo. Al principio quería contar la historia optimista de un matrimonio roto cuya llama revive a través de emocionantes capítulos. El pequeño Oli apareció después. En aquella época estaba leyendo la novela de ‘El niño del pijama de rayas’ y también vi películas protagonizadas por niños, como ‘Tan fuerte, tan cerca’ (la cual recomiendo, por cierto). Supongo que todo ello me motivó para escribir las relaciones de pareja desde el punto de vista de un niño de diez años. Lo veía como un reto muy bonito y original. Todo lo del tumor, el Yayo y la trama en flashback del trío compuesto por Alfonso, Verónica y Charly, vino después.

2. Como autor, ¿Qué parte disfrutaste más de la novela y con cuál sufriste lo indecible?
Sin lugar a dudas, lo mejor de todo el proceso fue escribir el desenlace, concretamente la introspección que la doctora Mora experimenta en su casa (los que hayan leído la novela sabrán de qué hablo, no quiero spoilear nada). Fueron escenas donde todos los cabos sueltos de la novela debían encajar, las preguntas debían ser respondidas de manera sorprendente. Y todo ello, con un estilo fluido y convincente. Fueron de las mejores sesiones de escritura de mi vida, recuerdo que estaba sudando al terminar, ¡pero muy satisfecho!

En cuanto a sufrir, siempre lo paso mal con las correcciones. Soy muy perfeccionista, y puedo llegar a obsesionarme con un texto, repasarlo mil y una veces. Y aun así, siempre queda algún error ortográfico del que te das cuenta una vez has enviado la novela a imprimir. Es uno de los grandes males de los autores independientes.


3. En el secreto de Oli hay retazos que me recuerdan a las conversaciones previas a la obra de Joel Dicker La verdad sobre el caso Harry Quebert, ¿Qué autores o libros te han influido más como escritor?


Me llama mucho la atención que menciones la novela de Dicker, ya que casualmente es una de las novelas en que me fijé para escribir la saga ‘Ámbar’. No tanto en la historia, pero sí en el estilo de escritura, el ritmo, estructura, etc.

Respondiendo a la pregunta, si tuviera que mencionar dos autores de quienes siempre intento aprender, serían John Verdon, con su saga de David Gurney, y Stieg Larsson y su Millenium. Me apasiona su punto de vista sobre la novela negra.


4. El manejo de la tensión e intriga en El Secreto de Oli es uno de los elementos que más me ha gustado de tu novela. ¿Es complicado mantener un ritmo regular?¿Utilizas una escaleta de suspense para planearlo?

Para mí, mantener la intriga lo es todo. No sirve de nada utilizar el mejor lenguaje del mundo ni caracterizar a unos personajes de ensueño, si después el lector va a abandonar la novela porque la trama es un aburrimiento. Para mí no es complicado, porque lo veo como el objetivo en sí mismo. Siempre que planifico un capítulo, pienso: “¿cómo puedo dejar al lector con ganas de más?”

En cuanto a la escaleta, efectivamente utilizo una con cada novela, la cual divido en capítulos y escenas. Me aseguro muy bien de que el suspense se mantiene durante toda la trama, de principio a fin. Además, es muy útil para no dejarse ningún cabo suelto por el camino.


5. Ya sabes que el Yayo me ha atrapado al igual que Oli, ¿qué es lo más importante para ti al crear un personaje?¿Te basas en personas reales que tienes en tu entorno?

Me baso en un poco de muchas cosas. Lo primero que hago es pensar en la clase de personaje que requiere la trama, y en qué características darle para que resulte atrayente para el lector. Después, cuando llega la hora de asignarle rasgos físicos, muletillas o una voz en concreto, sí que busco apoyo. Soy muy observador y me gusta anotar todo lo que me llama la atención, no solo en la vida real, también en películas o libros.

Por cierto, también es el Yayo mi personaje preferido. ¿Se nota?


6. ¿Cómo concilias tu vida laboral con el oficio de escritor? ¿Tienes un horario establecido para escribir o unas palabras mínimas al día?

El día tiene unas horas finitas y muchas de ellas tengo que emplearlas, no solamente a mi trabajo, sino también a mi familia, que es lo mejor de mi vida. Eso hace que no todos los días pueda permitirme el lujo de escribir. Por otro lado, tengo la suerte de ser un apasionado del oficio del escritor, así que para mí no supone ningún sacrificio llegar a casa de trabajar y ponerme a escribir. Si así fuera, dejaría de hacerlo.

No me marco objetivos diarios ni palabras mínimas que debo escribir, simplemente voy paso a paso, capítulo a capítulo, avanzando poco a poco.


7. Además de escritor, también gestionas tu blog Espejos de Papel, que sigo con mucho interés. Una de las entradas que más me sorprendió fue la del listado de música para escribir. ¿Eres un escritor auditivo?

Absolutamente. No es simplemente que la música me ayude a aislarme para escribir, va mucho más allá. La música me inspira de tal manera que puedo llegar a visualizar toda una escena con 5 minutos de melodía. Digamos que es la chispa que enciende el mecanismo de mi imaginación. Soy mucho más imaginativo con buena música en mis oídos.

Hay muchas bandas sonoras excepcionales para escribir, y en mi blog menciono algunas de mis preferidas (lo que me recuerda que debería escribir algún artículo nuevo sobre el tema).


8. Me encanta el concepto de escritor GIVER que planteas y defiendes en tu blog. Para aquellos que no lo conozcan, ¿puedes explicarlo?
Es un término que aprendí en una excepcional charla motivacional de Antonio Moar (tiene algunos videos en internet que recomiendo ver a todo el mundo, sea o no escritor). Un GIVER no es otra cosa que un experto en networking. Alguien que se preocupa por leer, compartir y comentar el buen trabajo de otros de manera gratuita. Se trata de colaborar con los demás sin esperar nada a cambio, porque la realidad es que, si lo haces bien y de corazón, al final siempre obtendrás recompensas. Soy de los que piensa que los escritores independientes, blogueros, traductores y diseñadores debemos ayudarnos mutuamente para hacer más visible nuestro trabajo.

Tú misma, Izaskun, estás siendo una GIVER al publicar esta entrevista desinteresadamente, y yo también, al invertir mi tiempo en responderte. ¿Acaso no salimos ambos ganando? En mis años de experiencia, he avanzado mucho más siendo generoso que mirando mi propio ombligo.


9. Cierras la saga Ámbar en breve con la última novela, ¿Puedes contarnos algo de ella?

Va por muy buen camino, me tiene obsesionado. Lo poco que puedo contar por el momento es que, al igual que el resto de la saga, será una novela multiprotagonista. Con varias tramas, todas ellas de suspense, que culminarán todo lo sucedido en los dos primeros volúmenes. Como adelanto en primicia, añadiré que Oli volverá a tener un papel protagonista.

Estoy muy ilusionado con cómo está quedando. Creo que los lectores van a quedar muy sorprendidos con cómo va a finalizar la trilogía.


10. Por último, al ser un escritor independiente, me gustaría conocer qué importancia concedes al contacto con tus lectores en las redes sociales. ¿Tienes alguna favorita donde pueden encontrarte?

No concibo el crecimiento de un escritor independiente sin una presencia importante en las redes sociales. Hay que tener en cuenta que nosotros no tenemos una editorial que nos consiga firmas, nos promocione, etc., así que tenemos que buscarnos los lectores nosotros mismos, uno a uno. Es un trabajo duro y a veces poco satisfactorio, pero tiene la recompensa de establecer vínculos más fuertes con el lector. Por ejemplo, a mí me permite firmar y dedicar novelas personalizadas y enviarlas directamente a la casa de los lectores, o recibir opiniones directamente de ellos… Es otra filosofía.

Mi red social favorita es Twitter, porque me permite estar al tanto de casi todo lo que me interesa en poco tiempo. También estoy presente en Facebook y en Instagram. Además, mantengo a diario mi blog, espejosdepapel, y mi lista de correo, que me permite enviar contenido exclusivo a los lectores más fieles y curiosos. Por supuesto, invito a todo el mundo a pasarse por todos estos sitios, que no son otra cosa que mis casas virtuales.




BIOGRAFÍA BREVE:


Luis Alberto Santamaría nació en Getxo (España) en 1985, donde pasó su juventud. Siempre ha mantenido un fuerte vínculo emocional con las historias de ficción, pero en 2008, año de su mudanza a Madrid por motivos laborales, descubrió su pasión por la escritura.

En el año 2012 publicó ‘Reflejos en el Espejo’, su primera novela que él mismo se encargó de editar y distribuir. Dos años después publicaría ‘El Secreto de Oli’, primer volumen de una serie de suspense titulada ‘Ámbar’.

‘El Aleteo de la Mariposa’, segundo volumen de la serie, es el fruto de más de dos años de trabajo. Actualmente se encuentra trabajando en su próxima novela, que será la tercera y última parte de Ámbar.

La serie Ámbar tiene la peculiaridad de estar constituida por historias diferentes con algunos personajes comunes como nexo de unión.

En total, ha vendido más de 3.000 copias en todo el mundo.

El diario de Edith de Patricia Highsmith

jueves, 26 de enero de 2017



Últimamente me he aficionado a los las novelas criminales de ritmo trepidante, cuyo argumento suele estar plagado de brillantes diálogos y el cierre de un capítulo implica un cliffhanger que te devora por dentro si no sigues leyendo. Ese estilo de libros en los que hoy en día se consideran page-turner, vaya. Una adicción en toda regla, como las palmeritas de hojaldre. 😏

Pero.

Hete aquí que acabo de terminar una novela con más cadencia que ritmo, sin un argumento explosivo ni un empleo dinámico de la acción. No comienza con un asesinato espectacular y tampoco está ambientada en nuestros días, sino en los años cincuenta - setenta en Pensylvania. Además no ajusta el argumento con una presión extra de “cuenta atrás” para la protagonista. Por otra parte, sus capítulos no terminan con algo inesperado o una gran revelación

Y sin embargo, es en toda su extensión adictivo. ¿Por qué?
Además de lo evidente, (Patricia Highsmith, la creadora de Mr. Ripley es una de las grandes y reconocidas escritoras del género negro norteamericano), el éxito de un libro como este se debe al extraordinario estudio de la psique de su protagonista con la que, sospecho por lo que he leído, la autora comparte algo más que un gusto exquisito por los cócteles.

Y es que la novela es un recorrido extraordinario por la debacle de la mente. Un camino tortuoso que va desde la cordura inicial de Edith hasta el desequilibrio último pasando por diferentes estadíos que la Highsmith describe con total naturalidad y acierto en un retrato psicológico profundo.

Edith, la protagonista de la novela, es un ama de casa que va perdiendo su cota de realidad deliberadamente en favor de una existencia ficcionada más acorde con sus deseos. Pasa de ser una mujer y madre acorde con los arquetipos de los cincuenta a ser alguien que nunca hubiera querido ser. Una mujer divorciada, con excesivas cargas familiares y poco acostumbrada a encararse frente a lo que ella cree injusto.

Por eso —al igual que la escritora hizo en su vida real—escribe en su diario detalles inventados, ensoñaciones de una existencia irreal pero anhelada con la que puede sentirse protegida frente a la que ella siente como una amenazadora realidad. Va creando un caparazón a su alrededor aderezado con algunos temas obsesivos —Vietnam—, que ponen de relieve cierto paralelismo con su vida (aunque ella no sea consciente).

Es inquietante asistir como testigo al desmoronamiento de la protagonista (esas risas irracionales y la deriva vital son escalofriantes), a la aceptación y participación en acciones y hechos que en ningún caso hubiera aprobado de ser otro su destino. Y esta es la gran conquista de Patricia Highsmith, el pellizco y la incomodidad que subyacen tras leer a sus personajes. La ambigua carga moral con la que los construye y los lanza contra el lector, al que parece preguntar ¿Qué harías tú si…?¿Cómo obrarías tú en su lugar?

Una novela para leer con calma, en suma. Y para pensar. Mucho.

Te gustará si:

  •  Amas los personajes con un estudio psicológico profundo.
  • Eres ferviente admirador de Mr. Ripley
  • Lo tuyo son las novelas que “pellizcan” la ética.



¿Y tú, conocías a la autora?¿Qué opinión te merece? Te espero en los comentarios.

Feliz día

Hitchcock y César Pérez Gellida: parecidos razonables

martes, 24 de enero de 2017



Te preguntarás qué tienen en común un cineasta inglés con un escritor de novela negra vallisoletano. En seguida te lo cuento. Hace un tiempo hablé de cierto parecido razonable . Y hoy también lo hago; te traigo de la mano a dos genios— Alfred Hitchcock y César Pérez Gellida— junto con un parecido que va más allá de esa frente despejada que lucen ambos, y que se refiere al empleo de efectos innovadores alejados de los cánones clásicos.

O al menos los establecidos hasta el momento. Esa apuesta es la que les ha otorgado el éxito que poseen. Los efectos de cámara o el escaso uso de diálogos en Hitchcock y la introducción de las letras completas de canciones indies en el caso de César no son unos recursos populares, pero ambos apostaron fuerte por sus obras y arriesgaron explorando terrenos impensables hasta el momento. Sin embargo no solo comparten ese amor por su disciplina, sino que coinciden en varios aspectos (algunos la mar de curiosos).


  • Los cameos. Tanto el cineasta como el escritor hacen alguna aparición aparentemente involuntaria dentro de su propia obra. Las que hacía Hitchcock —que comenzaron como una especie broma—, son muy conocidas y pasaron a ser una característica tan distintiva y esperada del director, que tuvo que modificar su “juego” con el espectador y aparecer en los primeros minutos de la cinta para no crear más expectación por encontrarle a él en la película que por el propio film. De igual forma, en la Trilogía de Versos, Canciones y Trocitos de Carne, César aparece de manera casual (pero no te diré dónde…¿te animas a descubrirlo?).
  • Larga vida al audiovisual. Conceden gran importancia a los elementos audiovisuales dentro de su obra. Hitchcock decía que no podía leer ficción sin visualizar cada escena y así “El resultado se convierte en una serie de imágenes en lugar de un libro”, y César Pérez parece haber bebido de esta fuente, pues compone pasajes en sus libros que son por entero cinematográficos.
  • El sonido es importante. Ambos le otorgan una gran significación. César incluye en su obra letras íntegras de canciones que sirven como elemento informativo ya que nos introduce con ellas en la psique del personaje de una forma original y llena de significado. De igual modo, Hitchcock fue pionero en el uso del sonido y música como elemento informativo en sus películas (quién no recuerda la escena de la ducha de Psicosis y su angustioso sonido).
  • La culpabilidad. Desde los tiempos de Dostoievsky y su Crimen y Castigo, la indagación profunda en la psicología del personaje y en concreto en el sentimiento de culpa es una baza óptima para crear empatía con los personajes. En el caso de Alfred y César, se utiliza como pilar básico de la construcción de sus personajes haciendo suya la conocida máxima “el público debe sufrir tanto como sea posible”. ¿Por qué? Porque el respetable busca finales felices pero solo le interesan en tanto los personajes tengan que padecer y sacrificar hasta lo más valioso para lograrlo. Por eso los protagonistas del cineasta siempre tienen ese sentimiento presente y también por la misma razón Ramiro Sancho, el inspector de Homicidios de César Pérez Gellida carga con un componente de culpabilidad significativo.
  • En contra de los Whodonit. Parece que a Hitchcock le daban alergia las historias al uso en las que el misterio se va descubriendo tras millones de preguntas. Por eso sus películas son —en ese sentido— sencillas (procuraba mantener una incógnita única) y no le importaba que el espectador descubriera antes que los personajes información reveladora respecto a los crímenes. Así también se conduce César con su trilogía. El lector conoce muy pronto quién es el asesino (aunque los giros argumentales del escritor preparen alguna sorpresa inesperada) y las preguntas que nos hacemos al leer los libros son diferentes a las que se formulan en un “quién lo hizo” (si conseguirán atraparlo a tiempo o las motivaciones que le han llevado a actuar de esa forma…).
  • Reconstrucción de la línea argumental. (aportación de nefalote)
  • En las películas del cineasta (psicosis, vértigo, la ventana indiscreta) la historia parece concluida en el conflicto planteado inicialmente, sin embargo se reconstruye con más con conflictos surgidos al momento.
    En César vemos el mismo recurso en algunas de sus novelas. Nos parece encontrar el escollo a desarrollar en las puertas del libro, sin embargo parecen trocarse y encontrar otros en el continuo de la lectura que enriquecen las historias y despliegan un nuevo comienzo para los protagonistas generando una reconstrucción de la línea argumental.
Ahora ya sabes qué tienen en común estas dos figuras del cine y la literatura, pero ¿se te ocurre alguna otra característica en común entre ambos?  Si es así, te espero en los comentarios.

Feliz día.

Reto 5 lineas Enero: Fotografía

jueves, 19 de enero de 2017



Comienza el reto 5 líneas del 2017  de Adella Brac con las palabras Herencia, accidente y verdad para el mes de Enero. Es curioso. Me ha sorprendido mucho la elección de estas tres palabras porque son los términos exactos que podrían resumir en tres pinceladas mi lectura actual*, de la que habrá reseña en breve.

Sin embargo, pese a tener muy cerca una historia que cuadraba a la perfección con las palabras señaladas, le he dado un pequeño giro a las ideas que iban surgiendo y he intentado mantener cierta distancia con la novela. De ahí el micro. Espero que te guste.

Descubrió la verdad por accidente cuando en la misma habitación confluyeron el tedio y una horquilla. No necesitó más para abrir el candado y descubrir en unas fotografías antiguas que el lóbulo doble de su oreja, ese que había creído una broma genética de algún antepasado, no lo era en absoluto. Que en realidad era la herencia del joven desconocido que abrazaba a una versión más joven y sonriente de su madre.

* “Todo esto te daré” de Dolores Redondo.

Pamplona Negra III: Radiografía del crimen

lunes, 16 de enero de 2017





Esta semana tengo la agenda más apretada que los tornillos de un submarino, pero no hay dolor. Estoy feliz. No me importa ir dando bandazos del trabajo al Baluarte casi sin resuello porque como es bien sabido, “sarna con gusto no pica”. Y es que, por si alguien no se ha enterado aún (ya me extraña porque lo he aireado con fundamento en redes durante varias semanas), del martes al sábado se celebra la tercera edición de la Pamplona Negra cuyo título es “Radiografía del Crimen”. Así que voy a estar muy atareada porque pretendo acudir a cuantos actos me sea posible.

Hace un par de años decir las palabras Pamplona Negra causaba desconcierto y extrañeza en mi círculo más cercano. Sin embargo, hete aquí que ahora, aquel desconocido festival de novela negra se ha ganado a pulso un lugar propio en la agenda cultural pamplonica —y en el panorama general también— debido a su calidad.

Aquí el cartel del 2017


Dicen los que conocen el asunto en pleno que este es uno de los festivales mejor organizados y más destacados a pesar de su juventud. Y no me extraña, porque el buen hacer de Carlos Bassas, el comisario del evento, se nota en cada disparo del festival que crece y se afianza con cada edición. Y es que este año además de los indispensables “El Crimen a Escena”, el Taller Literario, el ciclo de Cine Negro Español y la cita del “Café con…”, Pamplona Negra llega cargada con eventos gastronómicos, una exhibición canina, una interesante obra de teatro, talleres infantiles y juveniles de investigación policial y un concierto final de música de cine negro.

También habrá este 2017 un encuentro entre lectores y ponentes de la talla de Dolores Redondo, Felix Modroño, Juan Laborda, Carlos Erice, Ignacio del Valle, Rafa Melero, Maria José Moreno, Ricardo Piñero y Reyes Calderón, Rosa Ribas y Víctor del Árbol.

Además, como en cada edición, profesionales del sector hablarán del entorno de la novela negra. Así, por las diferentes salas del auditorio transitarán detectives privados, expertos del análisis psicológico de la conducta criminal, escritores que tratarán de la construcción de los personajes en la novela negra, científicos que explicarán el importante papel de la ciencia en la resolución de delitos e incluso un fiscal que desgranará el siempre complicado papel del jurado. Y por si esto fuera poco, además se ha convocado el primer desafío de Escape Room Negro. Un cartel para todos los públicos que pone los dientes largos, ¿verdad?

Mañana, para abrir boca, el chupinazo negro comienza con el Taller Literario de Carlos Zanón (Premio Hammet 2015) que promete y mucho, así que allá voy, dispuesta a aprender y a captar la esencia del noir.

Y si te interesa el tema pero no puedes acudir, tranquila. Prometo contarte lo que vea, oiga, olfatee, acaricie y deguste con todo lujo de detalles. Palabra.




Imagen vía: club de creativos.

Almas Robadas de Emelie Schepp

jueves, 12 de enero de 2017



Con esta portada tan sugerente— que a mí me recuerda a la película de terror The Ring—, la lectura de Almas Robadas prometía unas horas de inquietud y casi de miedo. Bien. Parecía un thriller que apuntaba ser interesante a pesar de mis reticencias con los topónimos suecos. Además, las recomendaciones literarias (sobre las que siempre paso de puntillas para evitar spoilers) eran bastante positivas, por lo que mis expectativas partían de una base bastante alta.

Pero esa obsesión personal por llegar a las lecturas en modo tabula rasa, sin demasiadas ideas preconcebidas me la ha jugado una vez más. Debido a esta “genialidad” mía, he tenido algún que otro encontronazo con algunas novelas en el pasado, y como soy de tropezar dos veces (al menos) con la misma piedra, pues he vuelto a hacerlo.

Para que a ti no te pase lo mismo, te aviso desde ahora: esta novela es la primera de una TRILOGIA. Eso cambia —y mucho—la percepción final de la novela.

La historia arranca con el descubrimiento del cadáver tiroteado de Hans Juhlén, un alto mandatario del Ministerio de Inmigración sueco, por parte de la esposa de este. La viuda actúa de manera sospechosa y en realidad —teniendo en cuenta que un alto porcentaje de asesinatos en el domicilio llevan la firma de algún familiar y que en este caso se trata de un matrimonio sin hijos—, las cosas no pintan muy bien para ella. Pero el asunto se complica cuando en la inspección preliminar se delimitan algunos parámetros acerca de los disparos y se descubre la impronta de una huella infantil en la casa.

En menos de una semana, la investigación— cuya instrucción corre a cargo de Jana Berzelius, una joven y prometedora fiscal— va dando giros inesperados que afectan tanto al caso como a la vida personal de la joven Jana porque con la aparición de una nueva víctima, se destapan algunos recuerdos aterradores de su pasado que habían quedado sepultados en su memoria.

Y hasta aquí puedo quiero contar sin reventar la historia.

¿Lo mejor? El aroma a thriller psicológico que emana el personaje de Jana con la amnesia referente a su pasado. También el suspense junto con la ambientación que conjuga perfectamente con el ánimo de la protagonista y el sentido trágico del argumento me parece acertado.

El tempo —todo sucede aproximadamente en un mes—ayuda a imprimir una sensación de urgencia en la lectura y aunque no llega a convertir la novela en un page – turner, influye en el ánimo del lector creando un mayor interés. Otro punto a destacar también es la narrativa, que fluye con agilidad sin necesidad de vocabulario demasiado elaborado (ni siquiera en los pasajes de las autopsias), lo cual es de agradecer para que la lectura sea mucho más dinámica.

Y aunque creo que la autora ha hecho un buen trabajo con las dos voces narrativas que recorren la novela, hay algunas cosas que no me han terminado de convencer. Por una parte los personajes secundarios. Sabiendo (ahora) que esta es la primera pieza de una trilogía, entiendo —en parte— el interés de la escritora en ahondar en las acciones y pensamientos de algunos de sus personajes, pero aun así opino que en varias ocasiones esa profundización está de más y extiende de manera innecesaria el curso natural de la historia.

Atendiendo a la misma cuestión, también comprendo que algunas subtramas hayan quedado pendientes para una próxima entrega (que al parecer llegará en marzo de este año) aunque al terminar la novela se me quedó cara de interrogante.

En definitiva, una novela negra bastante interesante con muchos puntos a favor.

Para:

  • Enamorados de los thrillers psicológicos.
  • Gustosos de Jo Nesbo y Stieg Larsson.
  •  Descubrir a Emelie Schepp, la autora que han tildado como la renovadora del thriller nórdico.

Por cierto, ¿te he dicho ya que se trata de una trilogía? ;)

Feliz día

Los 40 momenticos del 2016

martes, 10 de enero de 2017



Cada final o principio de año suelo hacer un balance literario, pero este año ha sido ligeramente diferente. No solo por cumplir los cuarenta (ahí es nada) sino porque han sido unos meses de continuos desafíos en los que he crecido y he sufrido a la par. Por eso, para no olvidar qué y cómo ha dado de sí este año que ha acabado, esta vez el arqueo de caja gira alrededor de los 40 momenticos del 2016.


  1. He descubierto la importancia de establecer límites.
  2. He reído de alegría, de recuerdos compartidos y gracias a la niebla de una boda.
  3. He estado a punto de tirar la toalla y no escribir ni una letra más.
  4. Conseguí terminar y registrar mi primera novela de fantasía.
  5. Me he divertido mes a mes con el Reto 5 lineas de Adella Brac 
  6. Aunque siempre he sido más búho que alondra, levantarme a las seis de la mañana sorprendentemente me ha ayudado a cumplir objetivos (y no me cuesta tanto como creía).
  7. Reconozco mi adicción a la rutina.
  8. Necesito planificar mucho más de lo que pensaba.
  9. Moon Magazine publicó Un penique por tus pensamientos y fue un enorme subidón de adrenalina.
  10. He realizado un taller literario de la mano de Alexis Ravelo.
  11. Ateneo Literario me dio la oportunidad de relatar la experiencia de Pamplona Negra 2016 y fue un reto maravilloso que me proporcionó muchas satisfacciones.
  12. He aceptado con resignación las consecuencias de mi impulsividad.
  13. He llevado a cabo dos proyectos fotográficos con bastante éxito.
  14. Durante estos meses he entrenado a mi paciencia y la he puesto en jaque como nunca.
  15. El CrimnoWrimo  me sacó del bloqueo creativo y literario (¡Gracias a los compañeros del Taller de Novela Policiaca!)
  16. Me he convertido en Deborahdora, gracias a la librera más entrañable de todo Mordor.
  17. He conseguido diseñar y maquetar el primer libro de mi sobrino.
  18. He fracasado con las expectativas de la dieta.
  19. He descubierto el poder de los hipopresivos (más vale tarde que nunca).
  20. He llorado de rabia y de dolor.
  21. He caído rendida a los pies del movimiento Bullet Journal tanto para mi día a día como para los proyectos literarios.
  22. Siguen dándome taquicardias cada vez que pienso en subirme en un avión.
  23. Los lazos familiares allende los mares se han afianzado de una manera insospechada y emocionante.
  24. Visité la Capilla Sixtina del Románico  y me emocionó hasta las lágrimas.
  25. En Mayo recibí el mejor Regalo del Día de la Madre a este lado del Universo: Compartí un fin de semana extraordinario con mis admirados Microrrelatistas. ¡Gracias familia!
  26. He vuelto a contactar con antiguas amistades del colegio, instituto y del trabajo.
  27. He estudiado Photoshop como nunca antes lo había hecho.
  28. Me he peleado a greña suelta con Scrivener durante todo el año…¡y lo que me queda!
  29. He presumido por todas las RRSS como una gallinica orgullosa del premio literario de mi sobrino.
  30. El grupo de Escapistas ha estado de tourné por Vitoria y Logroño. Ya estamos preparando la siguiente Escape Room ¡Genial!
  31. Estoy aprendiendo a esperar para dar un primer paso.
  32. Mi hijo de cinco años me “apaliza” al Quién es quién día sí y día también (me estaré volviendo viejuna…)
  33. Hemos disfrutado de las primeras vacaciones en familia.
  34. Willy Fogg (con “g” al final, mamá), ha regresado a mi vida y me temo que lo ha hecho para quedarse ;)
  35. Me siento feliz de acompañar al peque por el camino de la lectura aunque ahora TO-DO sea digno de ser leído (ains!)
  36. Es el año en el que menos entradas he publicado y sin embargo, en el que más he escrito.
  37. Definitivamente la tapa de Morcilla de La Bicha es im- pres-cin-di-ble.
  38. Me he esforzado en mantener y revitalizar algunos lazos sociales que estaban algo pochos.
  39. Los encuentros literarios me han dado algunos de los mejores momenticos literarios del año.
  40. Continúo aprendiendo.
Feliz día y feliz año.