Llueve: quinta propuesta para ENTC

jueves, 29 de octubre de 2015



Cae bulliciosa y se arroja contra la piel cuarteada de los cipreses. La lluvia, ajena a la seriedad del lugar, juguetea y comienza a cercar a un anciano que encuentra en su particular travesía por el camposanto. Hilvana con gotas alargadas su americana y se estrella contra el suelo cuajando de lentejuelas negras la superficie varonil de sus zapatos, pero él permanece indiferente a sus provocaciones.
Enfurecida, ella azota su espalda antes de alejarse por el callejón estrecho, aunque unos segundos después se detiene, reflexiona y vuelve sobre sus pasos. Observa el perfil afligido del hombre y las manos que atesoran un colgante con un rostro casi desdibujado. El mismo contorno que refleja la losa a la que él fija obstinado su mirada ausente.
De pronto ella entiende. Se conmueve y despliega toda su dulzura mientras le acaricia el pelo fijándolo al cráneo en un gesto tierno. Escampa. Una gota se desliza por la mejilla del hombre y rodea el hoyuelo rotundo de su mentón. En un último aliento, ella se filtra bajo la ropa y traspasa su piel; apenas una chispa mojada que, en un esfuerzo definitivo, abona el terruño quebrado de su corazón.


Mi aportación a la quinta propuesta del ENTC.
 

Reto de Octubre de Adella Brac: Deshielo

miércoles, 28 de octubre de 2015




Deshielo

Meses atrás, cuando ella llegó al sanatorio, todo el personal se mostró confuso y sorprendido. Su cuerpo salpicado de heridas, temblaba al borde de la congelación, pero la abundante sangre de su ropa no le pertenecía. Indiferente a todo, ella miraba a través de la ventana hacia el lago helado, con una enigmática sonrisa enloquecida. Pensando quizás que en primavera, cuando llegase el deshielo, su macabro legado saldría por fin a la luz.



Con este micro me sumo al Reto 5 lineas de Adella Brac para este mes de Octubre, en el que la premisa era utilizar las palabras primavera, miraba y pensando.

 ¿Te animas?
Feliz dia.

Huérfano: Ganador de la porra

lunes, 26 de octubre de 2015



Paladeó con tristeza el último trago. A lo largo de su vida ni el Expósito de su primer apellido, ni la pertenencia a la inclusa le hicieron sentir nunca el desarraigo que sentía ahora, al introducir en el contenedor amarillo su último cartón de vino.



Con este micro he quedado ganadora en la porra de los compañeros de Ficticia del pasado mes de septiembre, y me ha correspondido ¡un jamón virtual! Así que, invitados quedáis.

Abrazos.

Memento mori de César Pérez Gellida

jueves, 22 de octubre de 2015

Septiembre de 2010. Aquella mañana de domingo nada le hacía presagiar al inspector de homicidios de Valladolid Ramiro Sancho que acababa de dar comienzo una pesadilla que lo dejaría marcado para el resto de sus días.La investigación del asesinato de una joven ecuatoriana a la que le han mutilado los párpados y cuyo cuerpo h an encontrado unos versos amenazantes, ocupa las primeras páginas de esta novela negra narrada con un dinámico y atrevido lenguaje cinematográfico. Sin embargo, el autor nos arrastra por un camino inesperado al describir los hechos desde la perspectiva del propio asesino: un sociópata narcisista influenciado por la música más actual y por las grandes obras de la literatura universal.La evolución frenética de los acontecimientos desemboca en la intervención de uno de los especialistas más reconocidos en el comportamiento de los asesinos en serie. Este complejo triángulo emocional, unido a la intriga que envuelve al siniestro cómplice del asesino, hace que Memento mori se convierta en un profundo thriller de acción con banda sonora que atrapará al lector de principio a fin.

Poco habrá que no se haya dicho ya de Versos, canciones y trocitos de carne, esta trilogía que hace poco arrasó la blogosfera como un huracán, así que únicamente me resta dar mi humilde opinión a este fenómeno de César Pérez Gellida.



La impresión inicial que me ha causado este primer volumen de la trilogía es de grata sorpresa porque para ser la opera prima del autor está muy bien trabada. Se nota que César ha mimado cada página de este libro. Por ejemplo, una de las mayores preocupaciones que refleja el autor es que el lector se mantenga orientado durante toda la novela. De ahí que al comienzo de la misma se presente un esquema de los personajes y dos planos de la ciudad. De igual modo también trata de que no perdamos el hilo encabezando cada capítulo con las oportunas indicaciones de lugar y fecha; y además, finaliza el libro con una playlist de las canciones que ha utilizado para el argumento junto con las referencias bibliográficas y el poemario criminal.


La acción comienza in media res; en un punto intermedio de la historia, justo cuando el asesino está cometiendo uno de sus crímenes más significativos, y esta intriga también es una característica del escritor. César compone una historia altamente adictiva gracias a una dosis de suspense y buen ritmo narrativo con giros inesperados aunque bien fundamentados. Si a esto le sumamos un estilo visual potente, con un desarrollo narrativo en el que abundan los diálogos llenos de frescura, obtenemos una lectura muy atractiva de casi seiscientas páginas que se leen sin sentir.



Pero el interés de esta novela no reside tan solo en lo que he resaltado hasta ahora. También hay que señalar la originalidad tanto del escenario principal (un asesino en serie en Valladolid no es muy habitual), y la continua presencia de la literatura (tanto a nivel clásico como en el poemario que va dejando el asesino) así como la música, siempre presente a lo largo de sus páginas. Quizás esto represente en algún momento un punto negativo, no obstante, puesto que el autor suele transcribir la letra de las canciones (en muchos casos en otro idioma) y esto puede ralentizar la lectura e incluso despegarte de la historia.


La acción transcurre desde el punto de vista de un narrador omnisciente pero plasmado desde el prisma de los dos personajes principales; por una parte la del inspector y por otra la del asesino. Gracias a esta estructura narrativa, el lector siempre irá un par de pasos por delante del inspector, e incluso conocerá la identidad del asesino con anterioridad.

Y aquí llegamos a la gran baza de la novela en mi opinión. Los personajes y su calado psicológico. La triada de los personajes es de lo mejor de esta primera parte de la trilogía, porque además de Sancho y Augusto, el personaje controvertido de Carapocha — psicólogo criminalista — es complejo y extraordinario. El autor nos introduce de lleno en las mentes de estas figuras y así conocemos los entresijos mentales de un asesino en serie de manera que podemos seguir de cerca y casi “entender” (si es que eso es posible) su complicada y psicótica mente.

Algo que me ha mantenido bien pegada a la novela es la batalla o dualidad entre los dos protagonistas (a los que se les ha bautizado con mucho tino). Y el desafío para descubrir quién es el contrincante más inteligente. Quién gana. El bien o el mal. Por un lado tenemos al inspector Sancho; un personaje de clase media, cuya forma de hablar está salpicada de refranes y con apego a la vida mundana ( ¿no os recuerda en cierta forma a un famoso honrado y tozudo escudero?). Por otro lado al criminal, Augusto, un burgués intelectual adicto a los latinejos y con un interés por perpetuarse más allá de su propia muerte.

Aunque se la ha bautizado como novela negra, yo creo que esta trilogía se acerca más a las características de un thriller aún cuando entre sus páginas podamos entrever alguna reminiscencia a Larsson (en la inclusión del mundo de los hackers y la crudeza de algunos pasajes) o a Dolores Redondo (que trata sus escenarios casi como un personaje más). Una lectura, en todo caso, muy entretenida e inquietante.



Te gustará si:


· Eres fan de Héroes del Silencio, Love of Lesbian, Rammstein…

· Eres adicto a la adrenalina, el suspense o la intriga.

· Te gustan los personajes con un calado psicológico bien documentado.


Microrec: Parecido a Pushkin

lunes, 19 de octubre de 2015




Atraco al banco.

«Un señor con levita que se parece a Pushkin junto con otros tres tipos más» le respondí al inspector mientras trataba de contener el torrente de sensaciones que sacudía mi cuerpo. Tenía la boca seca, escalofríos y las manos empapadas. Intenté explicarle la situación pero aquel obtuso policía zanjó el interrogatorio con un aleteo de manos y una sonrisa condescendiente. Estúpido. No entendía nada. Cuando las ventanas del banco de sangre se abrieron de par en par y aquellas figuras oscuras recortaron sus siluetas contra la luna llena lo comprendió. Pero fue demasiado tarde.


La aportación semanal al REC.

Te acordarás de mí de Vicente Martín Terán

jueves, 15 de octubre de 2015




Semana Santa de 1928, Madrid es una ciudad convulsa donde se mezcla lo nuevo y lo viejo. Mientras la dictadura del general Primo de Rivera da sus últimos estertores, Tomás Halcón, antiguo policía y legionario de la guerra de África, recibe la visita de Marcial, amigo y excompañero del ejército, para que colabore en la resolución de un asesinato. La violencia con la que se ha perpetrado el homicidio pone en alerta a los altos cargos del Gobierno, pues temen que el asesino pueda ser un militar. Su nerviosismo aumenta con cada víctima; saben que solo Halcón puede resolver el caso.

Entre el desasosiego producido por los recuerdos de la guerra, los crímenes y la barbarie aparece Ana, una mujer que hará que Tomás recupere la cordura entre tanto desconcierto.

Haciendo gala de un estilo muy visual, casi cinematográfico, Vicente Martín Terán construye un thriller trepidante en el que cazador y presa quedarán atados para siempre. Mezclando crónica histórica y novela negra, realiza una indagación psicológica sobre el origen del mal, la venganza y la culpa y el amor como única vía de redención posible.



Pocas sinopsis editoriales me parecen más acertadas que esta, porque define la novela justo como lo que creo que es; un thriller que aúna matices de crónica histórica y novela negra. Aunque seleccioné esta lectura creyendo que era una novela policiaca al uso, descubrí posteriormente que la característica que más la define es el arco dramático que recorren los personajes, en concreto el de Tomás Halcón, el protagonista de la obra, quien desarrolla a lo largo de toda la novela una adaptación del tradicional camino del héroe.

Muchas son las cosas que me han gustado de esta novela. Entre otras, aunque debo reconocer que en algunos momentos las referencias a la publicidad o música de la época me han resultado excesivas y parecen estar ahí para justificar y mostrar el esfuerzo de investigación, me parece importante destacar la labor de documentación del autor y su forma de reflejar la sociedad de la época: las luchas sindicales, el descontento general con la dictadura, el desastre de Annual, que contextualizan la historia de manera soberbia.

También las dos voces narrativas (omnisciente y en primera la del protagonista) me parecen un acierto para el desarrollo de este estilo de novela porque el punto de vista en primera persona del personaje principal crea una estrecha relación con el lector. El vínculo con la novela se refuerza además con el estilo visual y casi cinematográfico que recrea el autor ( no en vano él es guionista) que facilita al lector la inmersión en la historia.
Pero si algo me ha gustado de la novela, son los personajes. Martín Terán ha volcado en ellos matices de claroscuros y características únicas que hacen de cada uno de ellos figuras inolvidables y no dejan al lector indiferente. He sentido repulsión hacia Marcial, simpatía y ternura hacia Tomás Halcón, simpatía hacia Ana…pero prefiero no desvelaros más.

Te acordarás de mí es una novela de ritmo ágil con diálogos dinámicos, un orden cronológico lineal y un entramado firme que he disfrutado mucho. Sin embargo hay algunas pequeñas piezas que me han convencido menos como conocer la identidad del asesino demasiado pronto y un giro final sorprendente aunque con un matiz previsible.

“ De esa forma aprendí que el final por sí solo, no vale nada y que, como en la vida o en el camino, en un libro no importa el destino sino el viaje”.

Te gustará si:


  • Disfrutas de las novelas con una fina labor de documentación.
  • Sientes debilidad por los personajes bien perfilados.
  • Quieres pasear por las calles del Madrid de los años 30.

Una Jam Microliteraria, Un Micro-Enigma y un catarrazo: crónica de un viernes fantástico.

lunes, 12 de octubre de 2015



Jam MicroLiteraria



Como ya sabéis quienes me seguís en redes (gracias, gracias y mil gracias), el pasado viernes (pese al enorme catarrazo que me dejó afónica durante un par de días) tuve la fortuna de participar en una jam microliteraria vía videoconferencia en el Jamming Lounge de Grácia. Fue una aventura maravillosa que llegó de la mano de Ignacio Borraz, a quien le agradezco infinito su paciencia y la confianza que depositó en mi.


Para la ocasión, me pareció interesante poder interactuar en vivo y en directo con el público, así que les animé (igual que ahora hago con vosotros) a que se convirtieran en microdetectives e intentaran descubrir al personaje que oculté tras los microrrelatos.

La idea es muy sencilla; en cada relato hay una pista escondida. Debéis estar atentos (tranquilos, que es muy fácil) y recopilar todos los indicios para descubrir a un personaje famoso para el que el pasado viernes 9 de octubre tenía una especial relevancia.

No me enrrollo más. Os dejo con los micros y al final, con un pequeño video que resuelve el enigma. Espero que os guste.

Un Micro-Enigma

Lo pintan ciego…

Inició el paseo descalzo y sigiloso, con el carcaj al hombro en busca de alguna presa para afinar su puntería tras estrenar las nuevas lentes. Cuando tensó el arco y apuntó a su objetivo en mitad del pecho, creyó que su vida por fin había cambiado. Sin embargo, minutos después, una muchacha encolerizada se dirigió a aquel niño medio desnudo que se apostaba tras un árbol y, tendiéndole una flecha, le pidió encarecidamente que se deshiciera de aquellas inútiles gafas.


Herencia

Guardó bajo llave la valiosa colección de partituras inéditas. Esa de la que afirmaría sin ningún género de dudas ante toda su familia que había desaparecido de casa del abuelo el día de su muerte tras la oportuna visita de su hermano pequeño.


La luna

La noticia lo sorprendió en casa de Pepa, totalmente desprevenido. Equipado con el buzo de retales y con la escafandra de cartón encajada sobre su cabeza. Se había imaginado tantas veces siendo el primer astronauta sobre la luna que era incapaz de asimilar lo que reflejaba la pantalla del televisor. Se le habían adelantado.

Lanzó un suspiro desolado casi al mismo tiempo que Pepa, dejando de lado su muñeca, le besaba en los labios levemente. Sintió un vértigo dulce mientras enrojecía de placer y pensó que, quizás después de todo, no hacía falta ir al espacio para alcanzar la luna.


Miss Marple´s Reading Club

Unas pastas de té y algunos ejemplares apilados rodean el primoroso centro de rosas mientras la presidenta, con el meñique levantado, acerca la pequeña taza a sus labios inaugurando la sesión.

Suenan las cinco en el carillón mientras un aroma leve, como de almendras amargas flota en el ambiente.

Las ancianas suspiran, abren delicadamente los libros con un familiar murmullo de hojas y entonces, un golpe seco contra el suelo rompe el silencio. Las damas, imperturbables, alzan las cejas, se miran y deslizan sus pupilas del cuerpo inánime de la alfombra a la taza humeante de la mesita. Con flemática pompa, depositan las novelas sobre su regazo y, escudadas detrás de una media sonrisa, celebran formar parte al fin de la investigación de un crimen.


En honor a la verdad

Con el agua hasta las rodillas y sofocado por el esfuerzo, el filósofo elevó los puños en señal de triunfo. Tal y como pensaba Cayo, un cuerpo sumergido en un fluido sufría un empuje hacia arriba igual al peso del volumen desalojado. «¡Eureka!» pensó radiante, pero casi al instante, mudó el gesto. Concluyó el ensayo con un último empellón y se despidió para siempre de aquel rostro que se deslizó silencioso y sumiso bajo la corriente. Partió de allí furtivo, con ademanes de mantis, e ideó un escenario más apropiado e inocente para aceptar la fama que le proporcionaría la que ahora era su hipótesis.


Que hable ahora

Los acordes de la marcha nupcial resonaban por toda la capilla cuando enfrentó su mirada con aquel rostro falsamente angelical. Miró hacia el altar donde el novio, acicalado e incómodo, esperaba pacientemente enfundado en un traje negro y brillante como el caparazón de un escarabajo.

Ella, radiante, recorría del brazo de su padre el pasillo y él sintió que no podía ocultarlo más. Imaginó las expresiones de sorpresa e incredulidad de los invitados en el preciso instante en el que confesase su aventura pero el guiño cómplice de aquellos ojos verdes le hizo cambiar de opinión. Se puso en pie, alisó la casulla y levantó las palmas de las manos ante los parroquianos. Callaría para siempre.





¿Qué os ha parecido, os ha gustado?

Habrá muchas más Jams y microrrelatistas en los próximos meses así que si os ha gustado podéis seguir a Me Suenan Tus Letras en Facebook y estaréis al tanto de todos los eventos que se preparen (presentaciones de libros, lectura de microrrelatos, concursos de micros en vivo...) ¡no os lo perdáis!

El sentido de un final de Julian Barnes.

jueves, 8 de octubre de 2015



Sinopsis editorial:

Tony Webster y su pandilla conocieron a Adrian en el instituto. Hambrientos de sexo y literatura, atravesaron juntos la adolescencia y se prometieron seguir siendo amigos para siempre. Pero cuando la vida de Adrian dio un vuelco trágico, todos, especialmente Tony, miraron hacia otro lado, se alejaron. Ahora Tony vive solo e n un pacífico y próspero retiro, tras una vida opaca que poco tiene que ver con la que fantaseaba en su juventud. Y un día recibe una carta de un abogado: Sarah Ford, la madre de Veronica, su primera novia, le ha legado quinientas libras y un sobre con un manuscrito. Le entregan el dinero y una carta de Sarah, pero el manuscrito nunca llega. Y Tony averigua que son los diarios de Adrian, que ahora están en manos de Veronica y no piensa entregárselos

No sé a vosotros, pero a mí me suele gustar bucear entre los autores que inspiran a los escritores que admiro. Gracias a ello descubrí al Conde de Montecristo, y también por este motivo ando de pelea con una obra de Monterroso que no sé por qué camino me llevará. Pero no solo lo hago con escritores sino que también esta me parece una buena razón para elegir lecturas o autores que han resultado especialmente significativas para los bloggers a los que sigo. Y este es el caso de Julian Barnes. La primera referencia que tuve de él fue la de Mónica y, posteriormente, también Gabriella habló de él, así que me decidí a leerlo y para ello elegí su última novela: El sentido de un final, que además llegaba avalada por el Man Booker Prize.

“El sentido de un final”. Un título que impone ¿verdad? Al menos a mí, porque no tenía muy claro qué me iba a encontrar. Pero os adelanto que ha sido un miedo irracional e injustificado, porque a pesar de ser una obra densa en algunos momentos, no es una novela de difícil lectura. Y posteriormente, quizás se disfruta más, cuando la carga reflexiva que deja en la mente del lector reposa y se degusta con tranquilidad.

La historia consta de dos partes. En la primera, el autor nos retrata la vida de un grupo de cuatro amigos y sus debates intelectuales en el colegio y fuera de él. Barnes, a través de la mirada de Tony Webster, uno de los cuatro amigos, retrata la vida de éste desde que terminó la época del colegio. En la segunda parte de la novela, Tony ya es un sesentón y, debido a un hecho inesperado, vuelve la vista atrás y recuerda aquellos años y las personas con las que compartió su pasado.

En este El sentido de un final, Barnes se mueve en el terreno de la memoria y cómo recordamos (u olvidamos) momentos cruciales, de cómo interaccionamos con nuestros semejantes e interpretamos el mundo según nuestras vivencias. Y sobre todo, de lo dispar que suele ser la realidad cuando la enfrentamos a nuestras interpretaciones.


“La historia es la certeza obtenida en el punto en que las imperfecciones de la memoria topan con las deficiencias de la documentación”



A diario vivimos la diferencia que supone nuestra individualidad. Ante un mismo hecho, varias personas darán diferentes versiones en función de su percepción, generalmente influenciada por su personalidad, sus prejuicios, etc. Y en mi opinión este es el puntal de esta obra que en ciertos momentos me ha recordado al Club de los Poetas Muertos, ( un grupo de amigos del colegio, un suicidio…) aunque sin la carga emotiva de la película.

Barnes escribe bien. Y te remueve. Me ha gustado, sí. Pero a la vez he echado en falta algunas cosas como saber más de la vida y motivaciones de Adrián, o un poco más de desarrollo en Verónica, ya que ambos son una pieza clave en la historia. También queda en el tintero el suspense alrededor del diario de Adrián, porque termina el libro y esa expectativa que el autor crea de conocer qué dice el diario, no se cumple (con la consiguiente frustración). También el final me ha dejado sorprendida. Inesperado pero con alma de culebrón.

Así que en definitiva no sé a qué atenerme, la verdad. Creo que para valorar en su justa medida tanto a la obra como al autor debería de leer su novela más aclamada El loro de Flaubert. Quizás lo haga.

Te gustará si:


  • Te interesan las lecturas con poso reflexivo.

  • Eres fan de los nueve de la generación Granta (Martin Amis, Barnes, William Boyd, Zajuo Ishiguro, Ian McEwan, Salman Rushdie, Graham Swift, Iain Banks y Jeanette Winterson)

Y vosotros, ¿conocíais a Barnes?¿habéis leído este El sentido de un final?¿qué opinión os merece?