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El amante de Marguerite Duras

lunes, 3 de marzo de 2014




  Cuarenta y un años después de publicar su primera novela, Marguerite Duras se convierte de la noche a la mañana, con El amante, en una autora solicitada por todos los públicos. Y, además, recibe poco después, en noviembre de 1984, el prestigioso Premio Goncourt. A todos emociona sin duda esta narración autobiográfica en la que la autora expresa, con la intensidad del deseo, esa historia de amor entre una adolescente de quince años y un rico comerciante chino de veintiséis.
Esa jovencita bellísima, pero pobre, que vive en Indochina, no es otra que la propia escritora quien, hoy, recuerda las relaciones apasionadas, de intensos amor y odio, que desgarraron a su familia y, de pronto, grabaron prematuramente en su rostro los implacables surcos de la madurez. Pocas personas -y en particular mujeres- permaneceran inmunes a la contagiosa pasión que emana de este libro.




Casi tod@s nosotr@s tenemos una “lista infinita” de autores y obras que poco a poco vamos leyendo, pero hay algunas lecturas que por un motivo u otro se “cuelan” y se hacen un hueco entre los primeros puestos de la estantería, ¿verdad?. Bueno, pues ese ha sido el caso de “El Amante”.
No tenía apuntado el libro, ni conocía demasiado a la autora, pero gracias a la iniciativa de Carmen, me apunté al club de lectura que celebró su inauguración con la lectura de esta obra.



Marguerite Duras (Vietnam, 1914 - París, 1995) Escritora francesa, guionista y directora de cine, estudió Ciencias Políticas y Derecho en la Universidad de la Sorbona, graduándose en 1935. Años después publicó su primera novela, “Les Impudents” (1942), a la que siguió”La Vida Tranquila” (1944). En París, en la epoca de ocupación nazi participó en la Resistencia, por lo que fue departada a Alemania. Su estilo, que en inicio denotaban su interés por autores como Wolf o Hemingway, se fueron encauzando hacia el existencialismo de Sartre y Beauvoir para desembocar finalmente en la nouveau roman, que trata temas característicos como la soledad, el amor o la muerte. Autora prolífica, conoció el éxito a nivel internacional con su novela “Moderato Cantabile”(1958). En la década de los 50 escribió el guión de “Hiroshima, mon Amour”, que le procuró reconocimiento y éxito. Durante los años 60 y 70, compaginó la literatura con sus actividades cinematográficas, y en 1984 publicó una de sus obras más conocidas debido a su adaptación al cine: “El Amante”. Murió el tres de marzo de 1996 en París.

Se trata de una novela breve, pero no os equivoqueis, porque no por ello es ligera. Más bien al contrario, ya que lleva el peso de una historia real, la de la autora. Marguerite Duras nos muestra en estas páginas parte de su vida; la que corresponde a su adolescencia en Indochina con una enorme intensidad narrativa.

Ya desde un principio, las palabras de Marguerite nos avisan del tinte que tomará la historia:

“ Muy pronto en mi vida fue demasiado tarde...A los dieciocho años ya era demasiado tarde. Entre los dieciocho y los veinticinco mi rostro emprendió un camino imprevisto. A los dieciocho años envejecí.”

Con esta fuerza expresiva la autora nos narrará sus vivencias incidiendo sobre todo en sus circunstancias familiares. La situación no es fácil para ella y así nos lo muestra al describir el estado de su arruinado hogar: el padre ha muerto, la madre hace equilibrios entre la cordura y los trastornos mentales, y sus hermanos reflejan sus diferencias irreconciliables: el apocamiento y la sumisión del hermano pequeño frente al germen del egoismo y la violencia que caracterizan al hermano mayor.

Marguerite, con este panorama, será quien al iniciar una relación —que se nos revela como censurable e inconveniente tanto por la diferencia de edad como la racial— con un hombre acaudalado, lleve el dinero a casa. Dinero que su familia detesta por su procedencia, pero que acepta porque no les queda otra alternativa. Toda esta carga emocional hace que la autora, nos confiese los sentimientos ambivalentes que le producen los miembros de su disfuncional familia.

Por si os animais a leerlo — y os invito a hacerlo—, os anuncio que quizás el principio resulte un poquito confuso ya que la estructura del libro es diferente a la habitual. No existen capítulos definidos sino que asistimos a la trama párrafo a párrafo. La escritora a lo largo de la novela incluye saltos de narrador (a veces pasa de primera a tercera persona sin previo aviso) y en el tempo de la historia.
Son recursos a los que no es difícil acostumbrarse y propios de este género autobiográfico que también pude observar en Nada se opone a la noche de De Vigan. Sin embargo, la diferencia entre ambas es la edad en que escribieron sus obras. En las dos lecturas he notado una especie de liberación, pero mientras en una se palpaba una narración más desgarrada y cercana, en la otra, Marguerite al escribir desde su vejez, puede expresarse en muchas ocasiones con mucho más lirismo que su joven compatriota debido a la distancia que la separa de los hechos.

Existe una adaptación al cine que no he visto, y de la que he leído críticas diametralmente opuestas, por lo que no tengo claro si me decidiré a darle una oportunidad. Pero sí os animo a que vosotr@s se la deis a esta novela que, con un final tan contundente como su principio va mucho más allá de una historia de amor o de sexo —como inicialmente se hizo creer—, y que pone de manifiesto la integridad y la honestidad de la autora al hacernos partícipes de sus sentimientos sin ahorrarse las emociones “políticamente incorrectas” que, en ocasiones su familia le hace sentir. 

¿Os animáis a su lectura? ¡Feliz día!