La última tumba de Alexis Ravelo

jueves, 17 de septiembre de 2015



                  Hace unos meses, a raiz de la Pamplona Negra, tuve la oportunidad de conocer en vivo y en directo a Alexis Ravelo, como os conté. Justo acababa de salir a la venta su última novela Las flores no sangran, y guardo su firma y su recuerdo como algo entrañable. Fue una experiencia realmente agradable porque es un tipo simpático, cercano y sencillo. Un auténtico sol canario. Por si eso fuera poco (que no lo es), además me encantó su novela, su estilo fresco y descarnado, la peculiaridad del argumento y ambientación de su obra y sobre todo sus personajes.

Por eso tenía ganas de continuar leyendo a Ravelo. Y la ocasión se ha presentado este verano, con La última tumba, novela con la que ganó el pasado 2013 el “Ciudad de Getafe”, y en la que casualmente (o no, quizás es una especie de talismán) uno de sus protagonistas también se llama Felo, como en Las flores no sangran.

La acción, que tiene como disparadero una noticia real, discurre en la actualidad y se ambienta en Las Palmas, escenario que el escritor canario recrea con gusto y detalle. Allí conoceremos a Adrián, un ex recluso que ha pasado sus últimos veinte años entre rejas pagando por un crimen que no cometió. Durante toda la condena le ha dado tiempo para cambiar y convertirse en otro hombre diferente al que ingresó en prisión. Ya no es el drogadicto al que le colgaron el crimen. Se ha desintoxicado y se ha formado. Pero también ha aprovechado el tiempo. Porque ha tenido muchos años para pensar y orquestar su venganza.

Son dos los puntos que más me han llamado la atención de esta novela y que me gustaría destacar. En primer lugar, el original aspecto narrativo (para este género), en el que Alexis Ravelo urde su trama. Narrado desde el punto de vista del protagonista, y con el estilo de un diario personal algo peculiar, el escritor nos sumerje en La última tumba en un itinerario nostalgico por las calles de Las Palmas al tiempo que nos presenta unos personajes representativos de una sociedad llena de violencia y crueldad.

Y por otra parte, desde mi punto de vista, Alexis ha conseguido un gran logro. La empatía con el protagonista. Pensareis que quizás no es gran cosa, pero si os digo que Adrián es una especie de nuevo Jekyll y Hyde, que toma la justicia por su mano, que durante el día es un cumplido trabajador y en sus horas libres un frio y calculador asesino, y que aún así me ha caído simpático, la cosa cambia ¿no? Al menos para mi sí lo hace. Y es que Alexis lo ha hecho muy bien. Ha conseguido que empaticemos desde las primeras páginas con su protagonista por la injusticia de la que ha sido víctima y nos lo muestra humano, sensible en ocasiones y cuerdo antes de descubrirnos su otra cara. Un acierto ante el que me descubro.

Dentro de La última tumba encontraréis las características propias de Ravelo: la asombrosa capacidad de hacer pasar al lector de la risa al desasosiego, su crudeza en la descripción de algunos pasajes, un léxico escogido y adecuado, algunas referencias que os harán sonreir si crecisteis en los ochenta, y un trasfondo poético (sí habéis leído bien, poético) que enriquece tanto a los personajes como a la novela.

Un escritor de oficio, este Ravelo. Y también un lector incansable, investigador voluntarioso y renovador al que os animo a seguir en su blog. No os arrepentiréis.

Por mi parte, ya estoy barajando el siguiente título al que hincarle el diente…

Feliz día.



2 comentarios :

  1. Me acumulas el trabajo, Izaskun. No he leído nada de Ravelo aunque ya lo tenía anotado. Me gusta que sea lector incansable (aunque supongo que todo escritor lo es), y que sea un innovador...

    Un abrazo (con pisada de hojas y pateando piedritas)

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    1. Ravelo es un tipo muy especial. Cercano, natural y muy cultivado pero a la vez bastante crudo en sus novelas. Ahora ando metida gracias a sus recomendaciones en un librito de Monterroso que me está costando bastante...pero eso enriquece. Es gracioso que además del género negro cultive el infantil/juvenil y la poesía. Ya te digo, un tipo muy especial. Espero que puedas leerlo pronto. Y sobre todo espero que te guste.
      Mil besos y abrazos, Ana. Gracias por compartir camino. Muacssss!

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