3 trucos definitivos para escribir a diario (I) : los No-superpoderes.

No. No soy Superwoman.

Y tampoco tengo el gusto de conocerla. Pero mi entorno parece empeñarse en que me ponga un traje marca – lorzas con antifaz incorporado (lástima de maquillaje) y así, gracias al hábito y a mis no-superpoderes, me enfrente diariamente a mi némesis (léase las veinticuatro horas del día) y consiga ganar la batalla para poder escribir al menos unos minutos durante cada jornada.
Buenas noticias.

Sí. Si yo puedo, tú también.

¿Quieres saber cómo? Voy a compartir contigo tres post con los trucos definitivos. Ahí va el primero:

Usa tus no-superpoderes. 

Haz un pacto con las manecillas del reloj. 

Es complicado sacar un ratito cada día para poder escribir. Lo sé de primera mano. Ocho horas en la oficina, la casa y sus maravillosas exigencias (colada, menús semanales…), y el deseado ratito diario familiar me lo recuerdan cada jornada.

Pero ¡ siempre hay un Bright Side Of Life, no lo pierdas de vista!


—Es que…mi nombre no figura en la lista de los best-sellers.
—Ya. ¿Y?
—Y además… no me han publicado nada.
—Bien. ¿Y?
—Es que…tengo un montón de ideas y relatos inacabados aún.
—¡Ah, no, eso sí que no! 


Para ser escritora ¿qué necesitas además de un bolígrafo, un papel y algunas ideas? Escribir. Ajá.

Y aún más importante…¡tiempo para escribir!

A priori parece una tarea sencilla pero no lo es. Al menos no en mi caso, pues es una labor que no puedo dejar al azar ni a merced de la voluntad (que va y viene como el dinero, la suerte o las olas del mar). Así que debo poner en marcha mis no-superpoderes y buscar una manera efectiva y concreta para conseguir mi objetivo de escritura diario. Y lo he encontrado. ¿la consigna? La voluntad ha muerto. ¡larga vida al hábito!

¿Por qué?

• Porque este ha demostrado ser el método más efectivo para conseguir una meta.
• Porque un hábito suele llegar para quedarse (por peregrino que sea ).
• Porque si estás convenientemente motivado no es tan difícil.

Te propongo un reto. Comprométete durante un mes. Te aseguro que tras este tiempo podrás valorar si el sacrificio merece la pena. Y si es así, es mucho más fácil transformar este hábito en una rutina diaria (al fin y al cabo ya llevamos un mes haciéndolo ¿verdad?).

Ya pero…¿cómo lo hago realidad?

•  Busca un desencadenante: Crea un ritual. Pongamos a trabajar la psicología a nuestro favor. ¿Recuerdas el perro de Paulov y su teoría del condicionamiento? Ajá. Salivemos. Busca un detonante y hazlo tuyo. Puede ser una alarma en el móvil, el primer té de la mañana o la música de cabecera del telediario. No importa, lo importante es que inmediatamente después debes comenzar a escribir.

• Establece una rutina. Reserva unos minutos al día para escribir. Márcate un horario fijo y cúmplelo. O una cantidad de palabras al día (en  Ateneo Literario regalan un excell perfecto para contabilizar palabras al haceros suscriptores). Sin peros. Y ante todo sé realista. No importa cuánto tiempo sea ni cuando lo hagas; puede ser un pomodoro a la hora de la siesta o un cuarto de hora al comienzo del día. Pueden ser doscientas palabras o mil doscientas, eso lo decides tú. Solo hazlo. No vale postergar ni procrastinar. Quizás al comienzo tan solo logres arañar al reloj diez minutos diarios. Bien. Buenos son. ¿Te parecen pocos? No creas. Son mucho más que no haber dedicado ni un minuto a escribir

• Concédete una recompensa. Se buena contigo misma. Perdónate si un día no logras cumplir tu objetivo. Piensa que escribir, además de juntar letras y teclear en el ordenador es mucho más. Si fallas uno o dos días, no pasa nada pero si la cuenta asciende a cinco o seis, tendrás que revisar tus objetivos:

1.  ¿te has excedido en tus metas?
2.  ¿es efectivo tu desencadenante?
3. ¿realmente estás motivada?

Y no te olvides de reservar un buen regalo cuando hayas cumplido tus objetivos. Así te sentirás más dispuesta a continuar repitiendo la rutina.

Vuestras aportaciones:

* Anna, de Relatos de Arena, sugiere el Writeometer. Una aplicación para el móvil muy interesante. Sirve para trabajar en cómodos Pomodoros, para registrar tus objetivos e incluso para motivarte a escribir (avisándote con una alarma o animándote con frases célebres).

¿Conoces algún otro truco definitivo para escribir a diario? Y si te ha gustado el artículo ¿te importaría compartirlo?
Feliz día.