Allanah Miles Black Velvet

lunes, 15 de octubre de 2012

El remolque era verde. No era muy antiguo, pero en algunas zonas ya comenzaba a descascarillarse. Lo aparcaban en el viejo corral, y allí nos reuníamos de manera furtiva. Como dos clandestinas en plena asamblea ilegal.
Subíamos con cautela y la mirada circunspecta. Casi de puntillas, susurrando. Nos acompañaba el transistor plateado que encendíamos con sumo cuidado. El volumen prácticamente al cero.
Allanah Miles. Black velvet.
Con los primeros acordes desenfundamos el envoltorio de unos cigarrillos disfrazados con papel aluminio.
- ¿Y si nos pillan?
- Pero ¡quién va a venir aquí!¡Y a estas horas!
El sol de mediodía horneaba los guijarros del estrecho camino.
Irrepetible. Aunque decidí allí mismo que fumar no era para mí, aquel instante me pareció fascinante. Sabía a independencia, a libre albedrío y a libertad.


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