El fenómeno literario del A.V.I.S.P.O.N

martes, 2 de mayo de 2017



Aunque por el título podría parecerlo, no me he vuelto una fan incondicional de la fauna africana en general ni de las avispas en particular. No. Hoy no quiero hablar de animalicos, sino de giros argumentales. De los buenos. De esos que cuando suceden te dejan con la boca abierta y hacen que vuelvas atrás y releas páginas y páginas para darte cuenta de que efectivamente, el autor de la novela, además de escritor es mago. Y te ha engañado. La palabra ha sido más rápida que la vista.


Has caído, amiga. Y tú, encantada.


El momento más seductor de una novela es un buen giro argumental. Ese instante en el que todas tus certezas como lector se van al garete y tienes que reconocer —o venerar según sea el caso— los méritos a la progenitora del autor que estás leyendo.


Y analizando —cómo no, lo mío es casi obsesivo— varios vuelcos argumentales, he llegado a la conclusión como lectora —y como escritora también— de que un buen giro debe ser un A.V.I.S.P.O.N; es decir, cumplir con al menos siete características imprescindibles para picar la curiosidad e interés y ganarse la admiración del lector.



Atractivo: Tiene que ser un asunto jugoso para la trama; algo que impulse tanto la historia como al personaje. Es una apuesta que debe subir la tensión de la historia o resolver una incógnita esencial.



Verosímil: Para que sea efectivo, un giro argumental debe contener un poso alto de credibilidad y verosimilitud. El momento en el que todo cambia debe estar dentro de las leyes de la propia novela (con las características propias del género y la historia que contiene) y correctamente contextualizado. Nada de deus ex machina. Por favor. Eso le quita toda la erótica al momento.



Imprevisible: Este es el más claro e innegociable de los elementos. El lector puede llegar a intuirlo o barajar el giro entre sus múltiples hipótesis, pero no debe tener la certeza desde el inicio. El factor sorpresa es algo que a mí como lectora me atrae porque enriquece con intriga y tensión la trama, la hace mucho más deseable.



Situado: Para que los giros argumentales funcionen debe ser insertados en la trama con cierto orden porque según dónde se coloquen puede encumbrar la historia o dejarla a la altura del barro. ¿Cuántos giros? Depende de los autores. Algunos dicen que lo ideal son dos, otros escritores optan por incluir en su novela los que el cuerpo del lector aguante, aunque otros autores, hablan de un solo giro argumental situado entre la primera y la segunda parte de la novela. Personalmente no me importa tanto la cantidad como la calidad ;) A mi un solo giro impactante me conquista pero muchos giros (por muy bien situados que estén) terminan por agotarme la paciencia.



Presagios: En línea con lo que comentaba anteriormente en el apartado de verosimilitud, ningún vuelco debe introducirse en la novela/narración de manera artificiosa sino que tiene que haber sido gradualmente enterrado en las raíces de la historia para que una vez que haya sucedido, el lector pueda volver hacia atrás y encontrar todas las pistas que presagiaban aquello que iba a suceder. Ni que decir tiene que deben ser indicios que se camuflen en la trama de tal manera que el lector las pase por alto para que en el momento del giro tengan mayor efectividad.



Opuesto: En esta vida todo toma sentido por contraposición. Valoramos la salud cuando esta está en jaque y apreciamos las vacaciones “gracias” al trabajo. De igual modo, un giro argumental no debe de incluirse tras una secuencia con demasiada carga emocional sino tras un pasaje relativamente comprometido para que el vuelco se valore de manera justa.



Natural: Finalmente, un buen giro debe estar lejos de malabarismos literarios. Es el elemento más sensible y que debe ser apto y entendible para cualquier lector con el fin de sorprender y cautivar. Si el autor nos hace mil piruetas y nos habla con florituras, la efectividad del recurso se diluye.



Ejemplos que me han gustado mucho en cuanto a giros argumentales  y que no explicaré aquí porque odio los spoilers han sido los que he encontrado en Te dejé ir , Nos vemos allá arriba y también en Inferno.



Ya ves. Dejar que entre un AVISPON en tu vida y te muerda un poquito no tiene porqué ser sinónimo de un shock anafiláctico.

¿Qué opinas? ¿Sueles encontrarlos en tus lecturas? ¿Es un recurso que agradeces o que te cansa?

5 comentarios :

  1. Gran artículo. Das las claves precisas para crear un buen giro argumental.

    Personalmente, y en cuanto "Situado", a mí me gusta el número de dos: uno al final de la presentación, con el que se abre el desarrollo, y otro al final de éste, con el que se da paso al desenlace. Los americanos, sin embargo, recomiendan tres: el tercerlo lo sitúan, más o menos, a mitad del desarrollo.

    Un día lo probaré :-)

    Felicidades, me ha encantado el artículo.

    Un abrazote.

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    1. Hola Ana:
      Muchas gracias por pasarte y por el comentario tan halagador ;)
      Yo...A ver si dejo el arte de la procrastinación y me pongo en marcha (con Lope o con el inspector Zaboras...)
      Miles de besos

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  2. Hola Izaskun:
    Llevaba mucho tiempo sin pasar por aquí. sin saludarte.
    Y hoy me encuentro con esta disertación que me ha encantado.
    Te explicas tan claro que da gusto leerte.
    Y aunque yo sea alérgica a este insecto, tengo que reconocer que estoy completamente de acuerdo contigo.
    Un beso.

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    1. ¡Virtudes, qué sorpresa! Me alegra muchísimo saber de tí. Gracias por pasar, por comentar y por estar ahí. Eres un solete.
      Un fuerte abrazo.

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