Ibon Martin ha elegido como escenario de su novela el entorno de la Real Fábrica de Armas de Orbaiceta. Un paraje a priori idílico que pretende recuperar su interés turístico mediante unas obras que pongan en relieve la importancia del lugar. Aunque no todos están de acuerdo con recuperar un paraje que el imaginario popular tacha de maldito. Y para confirmarlo, allí, entre las ruinas del edificio aparece colgado el cuerpo de la responsable de la rehabilitación del inmueble.
Aunque todo parece indicar que se trata de un suicidio, la agente Ane Cestero, no está de acuerdo y le pide a Leire —una escritora de romántica que quiere virar hacia el género negro y a quien la ertzaina conoce de un caso anterior — que le ayude a esclarecer las verdaderas circunstancias de la extraña muerte de su prima carnal.
Leire, motivada por encontrar un argumento que encaje con el género al que quiere dedicar su próxima novela, accede a ir a Orbaiceta, donde encontrará un grupo de habitantes entre los que planean la desconfianza, los recelos y enemistades, los secretos…La sencilla investigación que le ha propuesto Ane se complica a cada paso porque nadie parece ser totalmente inocente. Todos pueden ser culpables ya que cada uno de ellos tiene un motivo para ser el asesino.
La fábrica de sombras resulta un libro perturbador y atractivo. Una de esas novelas en las que aunque dentro de sus páginas hace referencia a un caso anterior, es autoconclusiva. Un libro que cuesta dejar de leer y que deja muy buen sabor de boca.
Pero lo que sin duda se lleva el gato al agua es la ambientación. Esa naturaleza hostil, lóbrega. Esas presencias —a veces reales y otras imaginadas— que se esconden entre las cortezas húmedas de las hayas…Tremendo.
Ibon Martin ha sabido reflejar maravillosamente la oscuridad de la naturaleza (nunca había visto el entorno idílico de la Selva del Irati de esa manera tan opresiva), que te adhiere a las páginas sin remedio.
Sin embargo, hay un único pero que puedo ponerle a La fábrica de sombras. En algunas ocasiones la forma de actuar de su protagonista y del inspector de policía, son cuando menos llamativas. ¿A quién se le ocurre darse una vueltecita de noche en un paraje donde se suceden los asesinatos? ¿De verdad que resultaría tan sencillo acceder y compartir una investigación por homicidios entre un civil y un policía? Lo dudo. Tampoco me emocionan los pasajes pseudo - romanticones (pero eso ya es cosa mía).
Del resto de la novela solo puedo decir bondades. Me ha encantado. El ritmo es regular y el autor lo maneja muy bien al igual que el suspense. También la trama está bien construida con sus interrogantes y misterios, tiene un buen desarrollo y un equilibrio proporcionado entre las descripciones y los diálogos.
La novela transcurre de manera fluida y dinámica con un lenguaje sencillo asequible y directo bajo un narrador omnisciente que sabe jugar muy bien sus bazas. Así, en los cincuenta y cinco capítulos breves, mantiene el interés del lector mediante el desarrollo de dos hilos argumentales con los que la historia va tomando forma y que demuestran una labor de documentación muy eficaz por parte del autor ya que una de ellas —relativa a 1958— refleja con verisimilitud una época en la que el autor no ha vivido, pero a la que ha conseguido dotar de la apariencia adecuada.
También están bien trabajados los giros argumentales y los elementos mitológicos que salpican la historia e incluso las circunstancias del desenlace — quizás algo teatral en mi opinión—, encajan con el desarrollo de la trama.
Una novela seductora e intrigante que se desarrolla en La Selva del Irati, un paraje precioso que te recomiendo visitar si aún no lo conoces. Aunque claro, después de leer este libro, quizá lo veas con otros ojos.
Te gustará si:
- Eres fan de los escenarios opresivos como los de Mikel Santiago
- Tienes cierto interés en la mitología y las leyendas populares
- Lo tuyo son las historias que mantienen la intriga del quién y el porqué hasta el final.
¿Conocías a Ibon o alguno de sus libros?¿Qué importancia le das a a la ambientación en tus lecturas? ¡Soy todo oidos!
Me lo llevo apuntado, podría gustarme =)
ResponderEliminarBesotes
Yo creo que sí, Shorby. Es muy entretenido, ya contarás.
EliminarBesicos