Lo confieso. Me fascina analizar las lecturas en busca de patrones recurrentes: cómo se organizan las historias, motivaciones de los personajes, etc.
Lo sé, soy una friki. Y además no pienso cambiar porque me encanta y aprendo muchísimo. Te lo demostraré.
Una de las cosas que he analizado durante largo tiempo son los antagonistas. Y revisando casi un centenar de novelas negras, he encontrado que, en general, los criminales son capturados en base a cuatro motivos básicos: obviar el principio de Locard, descuidar al Gran Hermano, ser un bocazas o llevarse algún recuerdo.
Como odio los spoilers, y ya que una de las fuentes de escritura básicas para los autores de novela negra es la propia realidad, los ejemplos no serán de las novelas que he leído sino de situaciones cotidianas que han sucedido en realidad.
El primer motivo por el que en las novelas negras “cazan” al malo es que éste no tiene en cuenta el principio de intercambio de Locard. Esta ley básica de la criminalística viene a decir, que en cada contacto con una persona o lugar, siempre hay un intercambio de materiales físicos (Adn, fibras, piel, fluídos..) en ambos sentidos: el criminal deja un rastro y a su vez, se lleva otro de la escena del crimen. Estos indicios —imprescindibles en cualquier investigación—son auténticas revelaciones para dar con el culpable del delito.
Eso sí, hay algunos amigos de lo ajeno cuyas habilidades no son, digamos, muy aptas para el desempeño de su delictiva actividad y el nombre de Locard (y aquello de no dejar rastros) no les resulta muy familiar. A continuación un ejemplo donde el atracador, al robar el banco, se dejó la cartera.
La segunda de las razones por las que generalmente se atrapa a un delincuente es porque éste no tiene en cuenta que vivimos en una sociedad en permanente vigilancia. Que a cada paso existe un dispositivo que graba a todo aquel que pasa por delante. Cajeros, cámaras de tráfico, cámaras de vigilancia de fincas, etc. Y todas ellas sin excepción son, posteriormente, los testigos para inculpar a los criminales.
Por supuesto, hay algunos que pese a conocer dónde están las cámaras y ataviarse convenientemente para cometer el delito en un lugar vigilado, demuestran … poca pericia.
El tercer lugar en el ranking es la fama. Y es que hay algunos delincuentes a los que les pierde la vanidad. Hoy día las redes sociales son lo que en épocas pasadas eran los bailes y eventos de sociedad. Vamos, que si no sales en Instagram, Facebook o Twitter no eres nadie. Y si quieres hacerte un hueco entre tanto postureo y famoseo, tienes que hacerte notar.
Pero claro, darte a conocer por haber cometido un delito, no se si es la mejor manera… Aunque algunos lo creen a pies juntillas.
Y para finalizar, el último motivo por el que los criminales suelen ser apresados es por apropiarse de algún elemento de la escena del crimen y presumir de ello como si hubiera conseguido un trofeo.
En el caso de asesinos seriales suele ser habitual que se lleven incluso partes del cuerpo de la víctima, pero no te preocupes, para no herir tu sensibilidad, el caso que te muestro, es algo mucho más intrascendente.
¿Qué te ha parecido este ranking de los peores criminales del mundo? ¿Tú también buscas patrones en tus lecturas?Cuéntamelo todo en los comentarios. Te espero.
Información e imágenes via: 20 minutos y abc.es
Feliz día
Interesante cuanto menos, y también de risa. Es que son cosas de cajón, y la gente que comete estos "descuidos" no tienen muchas luces que digamos xD
ResponderEliminarUn beso ^^
Desde luego, Nieves. Hay cada personaje por el mundo... Menos mal que a veces podemos sacarle un poco de chispa al asunto.
EliminarBesotes