10 Inquietantes riesgos de una actividad temeraria: leer

martes, 18 de abril de 2017



Si. Soy escritora. Pero todavía no soy una autora publicada (tanto da si lo eres en autoedición como si llevas a las espaldas una editorial como bien dice Mallorquí en este artículo). Por eso, presentarme de esta forma en general me resulta un poco incómodo ya que la gente suele tomarse a la ligera esta afirmación.

Sin prueba física palpable, el respetable te mira como cuando de niños decimos que de mayores seremos de la NASA.

O sea: sin novela publicada, no te toman en serio.

Con mi faceta de lectora es más fácil sentirse cómoda. Pero que nadie crea que leer es algo fácil. Nein, nein. Es una actividad claramente peligrosa y delicada. Que también tiene su problemática, oiga:



1. Salir de tu cuarto después de un ratito matutino de lectura y darte cuenta de que ya ha anochecido.

2. Quedarte sin marcapáginas en el peor momento y buscar cualquier cosa a tu alrededor (y digo cualquiera: quitar un hilo a la camiseta, acercarme a un jardín para coger una brizna de hierba, pedirle a la señora que se sienta al lado en el autobús un trocito del folleto que está leyendo con la consiguiente miradita de miedo/odio/incredulidad...) para evitar doblar la esquina superior de la página de la novela.

3. Hacer un croquis de los nombres de los personajes para reconocerlos y evitar mezclarlos. (Ya. Ya sé que esto sería algo perdonable en una novela tipo La Colmena, pero reconozco que es abrir la primera página de un libro de autores suecos y ya puedo buscar papel y lápiz para no perderme. Para mi, inevitable.)

4. Leer un párrafo varias veces. Cerrar el libro. Volver a abrirlo y leer el párrafo de nuevo sin entender nada. Cerrar el libro y preguntarte si sabes leer o si lo has olvidado por completo.

5. Leer por equivocación un spoiler en la red de una novela que justo vas a comenzar.

6. No tener espacio físico en casa para más estanterías o libros.

7. Lidiar con la violencia mental descontrolada cuando alguien te molesta y debes hacer una interrupción estúpida que te distrae de la lectura en el momento álgido del capítulo.
8. No ser partidaria del "movimiento zombie" y aparecer día sí, día también como un personaje de The Walking Dead por leer "solo un capítulo más" cada noche.

9. Intentar mantener la compostura en público (sin éxito) mientras lees una escena especialmente emotiva para tí.

10. Consumirse de impaciencia esperando la siguiente entrega de una saga mientras imaginas al autor escribir al "estilo buitre" (con solo dos dedos planeando en círculos sobre el teclado).



Lo dicho. Leer es una actividad temeraria con una problemática...terrible ¿no crees? 😄 Y ahora, cuéntame, ¿en cuántos puntos te ves reflejada? ¿Se te ocurre alguno más?


Feliz día.

4 comentarios :

  1. Estoy de acuerdo con casi todas menos con la segunda XD No soy de las que encuentran mucho problema a la hora de doblar las esquinas o subrayar (con lápiz y flojito) escenas que me conmueven :P

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    1. Me gusta ese "con lapiz y flojito", Nieves. Yo sufro por doblar las esquinas pero no tengo ningún inconveniente en escribir en los márgenes y subrayar. Es parte de la vida del libro. Si me apuras, lo veo casi como sus tatuajes ;)
      Besotes

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  2. ¿Te doy más ideas?:

    -Ir apuntando en un borrador la cantidad de incongruencias que encuentras para luego comentarlo con Izáskun.
    -Sufrir una contractura en una ceja (o en las dos) cuando ves que algo no te convence.
    -Acelerar aún más las arrugas (que ya tienes incipientes) en el entrecejo cuando algo no está bien redactado.
    -Pensar que eres una tocapelotas por elucubrar que tú lo hubieses escrito de otra manera.
    -Sentir cómo la ira te corroe por dentro al ver que algunos premios literarios están amañados y sabes que hay gente mil veces mejor que el susodicho-a que lo ha recibido.

    Podría seguir pero...dejémoslo ahí.Ohhhhhhhmmmmm

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    1. Eres mundial, Ana. Ya veo que no he pinchado en hueso jajaja.
      Pero ¿es un riesgo compartir con esta humilde lectora las incongruencias? Para mi es un auténtico gustazo poder leerte y "charlar" contigo. Lo de los esguinces de cejas, es dolorosísimo y además algo para lo que por muy preparada que estés, no deja de ocurrir.
      Lo demás...Casi almas gemelas.
      Un besote enorme

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