No pierdas el tiempo: GTD aplicado. ¿Es este tu género literario?

martes, 11 de abril de 2017



El tiempo es un bien escaso en mi día a día, por eso lo valoro tanto. Si. Soy una adicta a la planificación, organización (algún día os mostraré mi BUJO) y toda esa morralla conocida como GTD (get things done). Y en la lectura, tres cuartos de lo mismo.

Enfrentarme a un género literario desconocido me da una pereza infinita. No porque salga de mi zona de confort, —cosa que agradezco cada equis lecturas— sino porque me da mucha rabia perder el tiempo.


Es decir, si se de antemano que el género no me va a gustar (la romántica por ejemplo se me atasca en mitad de la garganta como un bocadillo de polvorones), no dedico ni un par de segundos a leer los títulos. Paso directamente a otra cosa. Pero cuando voy sin guía en un tipo de lectura genérica (fantástica, ciencia ficción, histórica…) en la que he encontrado una novela que me ha interesado y he disfrutado, agradezco alguna señal que me insinúe en qué caminos voy a adentrarme.


Por eso, para evitar que pierdas tu tiempo, y para facilitarte la tarea de elección de próximas lecturas (algo que a mí me cuesta un mundo), te dejo una serie de pistas para ver si te reconoces en ellas.
 Si es así, ¡enhorabuena! Eres —aunque no lo supieras hasta el momento presente— una lectora o lector de novela negra.

Allá vamos.

  • La gente cree que tienes algún antepasado oriental.
Pero no, no es que tu bisabuela fuera nipona, sino que cuando algo te chirría o no te termina de convencer, se te pone carita de sospecha. Giras de lado la cabeza, frunces los labios y entrecierras los ojos hasta que la apertura de los párpados es poco más que una fina línea de lápiz. Ya está. Acabas de entrar en “modo Holmes”. Es inevitable.


  • En el trabajo, tu escritorio es el único que mantiene todo el material de oficina sin marcar y en tu edificio tus vecinos envidian la honestidad de tu hogar y el respeto que te tienen tus descendientes.
Ilusos. No saben que en tu casa nadie miente porque básicamente nadie se atreve — eres capaz de realizar unos interrogatorios que ríete tú de los del FBI — ya que estás secretamente capacitado para detectar una mentira a distancia. Y en la oficina todos recuerdan cuando desapareció tu grapadora e incriminaste a Martínez con dedo acusador. También recuerdan cómo éste, tembloroso, sacó tu querida grapadora de su cajón.

  • Tus nuevos amigos creen que no vas al cine porque eres claustrofóbico.
Craso error. Lo cierto es que nadie quiere ir contigo porque eres capaz de descubrir (de manera natural) al asesino en los diez primeros minutos de la película. Te resulta tan evidente que no puedes evitar comentarlo y claro, cuando tu hipótesis se cumple según lo esperado, tú no entiendes ese halo de hostilidad que recubre el resto de la velada.


  • Todos quieren ser tu pareja de mus.
Elemental, querido Watson. Aunque tú no le das importancia, tienes una capacidad extraordinaria para interpretar el lenguaje no verbal. Todavía no ha nacido contrincante que consiga colarte un farol.



  • ¿Y qué me dices de tu extraordinario don para imaginar posibles escenarios de crímenes o delitos en cualquier rincón de tu ciudad?
Un colchón olvidado en un contenedor y emborronado con una sustancia rojiza puede ser el testigo mudo de un crimen, un paraje solitario te sugiere el intercambio de sustancias ilegales, el sonido apresurado de unos tacones en una calle poco iluminada te pone en guardia…



Ahora cuéntame, por favor. ¿Te reconoces en alguna de estas hazañas? ¿Tienes otras (confesables) que te definan como potencial lector o lectora de novela negra?

Espero que estos indicios te hayan servido para conocer si el género negro es el tuyo, y para que puedas aprovechar mucho mejor el ritmo de las manecillas del reloj.😉😉


Feliz día.

1 comentario :

  1. :-) Yo no tengo uno definido, pero por citar alguno, diría que es el "anticongruente", jajaja.

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