"Veinticuatro horas en la vida de una mujer" - Stefan Zweig

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Hace unos días, leí "Carta a una desconocida" de este autor, y me quedé con ganas de más. La oportunidad más original me llegó de mano de Isi y los, para mí, desconocidos audiolibros.


La novela se ambienta en el siglo pasado, a caballo entre la "Pensión La Riviera" y Montecarlo. El desencadenante de la historia surge a partir del abandono familiar de Henriette, una de las huéspedes de la pensión, y cómo afecta esta situación a Mrs. C, una anciana y exquisita mujer inglesa.
De hecho, el núcleo central de la historia, trata de la narración de un lapso de tiempo (veinticuatro horas), en la vida de esta mujer, y las consecuencias morales y emocionales de la decisión única que tomó en aquellas horas: evitar la muerte de un hombre.


El recuerdo de aquel suceso, la ha trastornado el resto de sus días haciéndola esclava de su memoria desde hace veinte años. Y es entendible, ya que tenemos una gran capacidad de memoria emocional; más aún cuando el hecho a recordar es traumático. Incluso nuestra "linea del tiempo" personal se llega a organizar en base a un "antes" del acontecimiento o un "después" del mismo. Es más, tenemos, igual que Mrs. C. cierta tendencia al estancamiento del momento en cuestión, al "centrifugado" de las circunstancias, y a recrear una y otra vez aquellos sucesos.


Me ha impresionado la forma de retratar los rasgos físicos y psícológicos de la dependencia del juego. Son tan reales, y están plasmados con tanta plasticidad, que parecen en muchas ocasiones imágenes del lenguaje del cine.
Y una vez más, las descripciones y los adjetivos utilizados en esta obra me han parecido exquisitos y acertados, ya que imprimen personalidad a todo aquello que relata.

 “…vi dos manos…,, como jamás había visto. Dos manos convulsas, que como animales furiosos se acometían una a otra, dándose zarpazos, y luchando entre sí, de manera tal, que crujían las articulaciones de los dedos con el ruido seco de una nuez cascada.”
“Y en aquel instante…el croupier cantaba el número, en aquel segundo, las dos manos se separaron cayendo desplomadas como dos bestias alcanzadas por un mismo tiro. Se abatieron realmente desfallecidas, inertes, con plástica expresión de extenuación y de desengaño, cual heridas por el rayo…Durante unos instantes, permanecieron ambas sobre la mesa, como aplastadas y muertas, igual que dos medusas arrojadas al borde de la ribera. Después la derecha empezó a levantarse penosamente, sobre la punta de los dedos. Temblaba, retrocedía, describía un movimiento de rotación en torno de sí misma, vacilaba y se retorcía.”
“De súbito, arqueándose en un gesto felino, de pantera, lanzó, mejor dicho, escupió la ficha de cien francos en el centro de la casilla negra. Luego, como obedeciendo a una señal, la excitación apoderose también de la inactiva mano izquierda, que hasta entonces permaneciera dormida. Esta se levantó, se desesperó, se arrastró lentamente hacia la otra mano que yacía trémula y fatigada aún de la jugada que acababa de arriesgar. Y ambas permanecieron juntas y horrorizadas, en tanto daban sobre la mesa suaves golpecitos con los nudillos, cual dientes que la fiebre hiciera castañetear.”

"La playa de los ahogados" de Domingo Villar

Siempre me han gustado las novelas de intriga. Y esta me ha encantado, aunque el género en realidad es policiaco.
La trama se desarrolla entre Vigo y Panxón, en nuestros días, a causa de la muerte de un marinero. Lo que en principio parece un suicidio, tiene tintas de crimen. Y ahí están el inspector gallego Leo Caldas y su ayudante Rafael Estévez para investigarlo.
Me ha parecido un libro muy expresivo (demasiado en el momento de la descripción del cadáver, incluso), y  muy real en las relaciones personales. Con ritmo, y un estilo muy cuidado.
El contrapunto a la resolución del crimen lo ponen los dos personajes principales, en especial Rafael Estévez que lleva al papel las particularidades de los gallegos y la incomprensión y exasperación del propio aragonés.
Una lectura entretenida, y muy recomendable.

Feliz Navidad

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Siempre que pensamos en las navidades, imaginamos un paisaje sereno y nevado.

Sin embargo, he elegido esta fotografía como felicitación porque Navidad también significa estar a treinta grados, tomar un último baño de sol antes de cambiar de año, cantar villancicos en varios idiomas, colocar un belén improvisado, saludar a los Reyes Magos en manga corta, y recibir algún presente que quizás nos permita sonreir el resto del año.

Por eso apoyo iniciativas como las de Médicos Sin Fronteras y sus "pastillas contra el dolor ajeno". Para todos ellos, también es Navidad.

"Firmin" de Sam Savage

miércoles, 15 de diciembre de 2010



Es una novela ambientada en el Boston de los años 60, y trata de la vida y avatares de Firmin, una rata que aprende a leer engullendo, literalmente al principio, las páginas de los volúmenes que encuentra a su paso en Libros Pembroke.

El protagonista mantiene un diálogo continuado con el lector, al que implica en sus peripecias con mucho acierto. Destila un finísimo humor, y unas descripciones con muchas  texturas de los personajes que van surgiendo en la historia.

Así,  Firmin se describe como “cínico, moderadamente vicioso y un genio de la melancolía…con un tremendo sentido de la catástrofe”, aunque también es un personaje con cierta debilidad por rebautizar a los individuos y objetos cercanos según su propia visión del mundo.

Ya desde las primeras páginas nos ofrece frases de extraordinaria puntería: “si hay algo para lo que resulte útil una formación literaria, es para dotarlo a uno de un sentido de la catástrofe”, o “la diferencia entre ponerse una máscara, que siempre es ocasión de libertad, y que le obliguen a uno a ponérsela, es la misma que hay entre refugio y cárcel” y finalmente “…nada existe más de un instante, salvo las cosas que retenemos en la memoria”.

Un libro delicioso, para releer y degustar plácidamente. Divertido y conmovedor.





Filias: Tú

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Llegaste a mí. Ya te estábamos esperando. Nos costó saber que estabas ahí, pero finalmente decidiste abrirte paso entre un millón de números que hasta ese momento eran ininteligibles para nosotros. Quisimos ser cautos, precavidos, pero llenaste nuestras vidas de esperas desesperadas, de ilusiones incontenibles, de lágrimas de felicidad.
Tenía ideado nuestro largo viaje mentalmente. Y admito que he pensado en ti más de lo que he llegado a reconocer. Intentaba que los demás fuesen moderados, mientras mi cabeza era una montaña rusa de sueños, y en mi boca se instalaba una sonrisa beatífica. Entré en un periodo relajado y  confuso, delirante a veces, pero feliz. Te habíamos anhelado tanto…
¿Cómo es posible que sepa de ti desde hace un mes, y ya te quiera? Un amor incondicional, expectante y tierno. Un cariño real, apasionado, lleno de días copados por tu existencia.
Te instalaste en mis entrañas, te di cobijo. Por fin estabas ahí, te había soñado tanto…
Y ahora me dices adiós dejando a tu paso una coagulada estela rojiza. Me dices adiós, y yo no quiero que te vayas.
Me quedan las noches de insomnio, las largas horas postrada, un vacío en mi carne y en mi alma. Mi vida se ha convertido en un paseo alienado entre lo real y lo onírico. Ni te he conocido, amor. Y te echo de menos.

"El Club de los Viernes" de Kate Jacobs.

martes, 7 de diciembre de 2010

Pensaba que era una lectura de ocio, una novela entretenida, y nada más. Sin embargo, al ir adentrándome en sus páginas he encontrado un retrato facetado de la mujer actual.
Cada uno de sus personajes muestra una parte de la mujer moderna: independiente, fuerte, talentosa, subordinada en ocasiones por un matrimonio postizo, rebelde, pertinaz, adorable, y un largo etcétera. Pero sobre todo, incondicionales a su género.
El libro es largo, y la historia un poco más dura de lo que en principio pensé. Resulta entretenido, pero vaya, un best seller.

Fotofilia: Puente de Córdoba

jueves, 2 de diciembre de 2010

 Me asomé al mundo de la fotografía por inquietudes creativas, con mucha curiosidad. Ahora, aunque un poco más paciente, sigo teniendo interés por descubrir nuevos encuadres, técnicas, etc.
No estoy del todo orgullosa de mis fotos, porque hay mucho que mejorar, pero sí estoy satisfecha de haber llegado hasta aquí.
                                                                                              
Filias. Córdoba
"Por el río se van mis ojos,
por el río…

Por el río se va mi amor,
por el río…
(Mi corazón va contando
las horas que está dormido.)
El río trae hojas secas,
el río…

El río es claro y profundo,
el río…

(Mi corazón me pregunta                        
si puede cambiar de sitio)."                                                 
                                        
      Federico García Lorca “Corriente Lenta”
                                        

Bibliofilia: "Carta de una desconocida" de Stefan Zweig

martes, 30 de noviembre de 2010


se trata de una historia de amor desinteresado y unilateral.
Seduce desde el primer momento porque desgrana poco a poco una historia que, en principio es tan desconocida para el protagonista como para el lector.
El estilo es epistolar, delicado, sencillo. El autor narra y describe sentimientos de forma a veces plástica, a veces etérea, pero todas ellas de manera magistral.
Es un libro cortito, dramático, un pequeño tesoro, como los libros de Baricco y con cierto regusto a Javier Marias en “Mañana en la Batalla Piensa en Mi”.





Lexicofilia o el Momento "ye"

jueves, 25 de noviembre de 2010

Que sí, que me parece muy bien, que cada vez somos más internacionales (desde el 89 sólo podíamos presumir del "ya semos europeos") e innovadores. Pero yo no sé si los caballeros de la RAE se han parado a pensar en las nuevas confusiones, enredos y desconciertos varios, que estas “pequeñas” modificaciones nos van a ocasionar.
Por ejemplo, imagínense ustedes por un momento un turista cualquiera en un pequeño pueblo de Asturias, con un gran dilema: ¿elijo el afuega’l pitu o el gamoneu? Así que, ni corto ni perezoso, se acerca a un anciano señor que está sentado en un poyete cercano.
Turista: Buenos días, señor, perdone…
Oriundo: Buenos días- ajustándose las gafas de cristales multifocales mega-refractarios-, diga…
Turista: ( blandiendo la publicidad quesera cual abanico de Locomia) Me gustaría saber si éste será mejor que éste, ¿Cuál gusta más?
Oriundo( en plena incógnita): ¿Qué ye?
¡Y ya está!, ¡Ya tenemos taco! El anciano oriundo que no ve nada (porque el turista está en pleno acceso de ventilación), y hete aquí el pobre turista que no sabe por qué el abuelete se dedica al deletreo.
Pero claro, esto no es todo. Que gracias a las sesudas cavilaciones de este grupo de villanos señores, como esto siga así, y decidan que algunas palabras además de escribirse sin tilde, deberán cambiar también su forma de pronunciación, so pena de condena por falta grave ortográfica, habrá que reformar el momento cumbre de las celebraciones donde las haya : las canciones del karaoke o del singstar (o lo que sea).
Si es que ya lo estoy viendo….
Manager: Ring, ring…
Julito: ¿Dígamé?
Manager: A ver, Julito, notición. Atento, leo: “Hasta ahora, la RAE …, permitía "la escritura con tilde a aquellas personas que percibieran claramente la existencia de hiato". Se podía, por tanto, escribir guion-guión, hui-huí, riais-riáis, Sion-Sión, truhan-truhán, fie-fié...”, …¿qué? ¿te va sonando?
Julito: Einsss, sip! Pero, ¿realmente es tan grave?
Manager: ¿Te acuerdas del Principe de los Gitanos en In The Ghetto?
Julito (envuelto en sudores fríos): ¿Cuándo quedamos?
En fin, por lo menos nos quedará esto!

¿Por qué?

martes, 23 de noviembre de 2010

Porque mi vida es un compendio de filias y fobias.
 Amo el arte, la literatura, estar con los míos, la música, y en general todo aquello que tenga que ver con la creatividad. Prefiero un libro que un e-book aunque tenga que buscar un lugar en mis maletas para los tres o cuatro libros que siempre llevo encima. Seré una romántica, no lo sé. He compuesto alguna canción, y la música siempre está a mi alrededor. Me encanta la fotografía, y el mundo de la edición me lleva  entretenida horas muertas. Soy de las que por la calle suelo dar tropezones porque voy mirando a los edificios o a cualquier cosa que llame mi atención.
¿Fobias? Tengo bastantes manías, pero una fobia  concreta. Volar. Y no es que me niegue a hacerlo, es que para montarme en un avión tengo que estar mentalizada o en su defecto, en "modo M.A. Barracus"