Las Moonflower vine o Damas de la Noche. |
Los Soames viven en Missouri, en los años cincuenta. Ya son todos adultos, y se reúnen unas semanas todos los veranos para disfrutar de la compañía de la familia.
La historia de Callie, Matthew, y sus hijas se va desgranando poco a poco en cada página. El libro está estructurado en un capítulo inicial en el que se nos da una imagen general y superficial de todos los miembros de la familia, pero después se organiza en capítulos que corresponden a cada uno de ellos.
Y es aquí donde realmente los conoceremos. Sus alegrías y miserias, sus miedos y su necesidad de reconocimiento…En definitiva, su humanidad. Porque si algo llama la atención de esta novela costumbrista es la extraordinaria construcción de sus personajes.
En algunos momentos les abrazarías, en otros les zarandearías gustosamente, pero en general, lo que llama la atención es que los identificas como reales. Me quedo con el carácter de Mathy, con la terquedad de Jessie, con la belleza ignorada por ella misma de Leonie, con la lealtad de Miss Hagar, con el amor por aprender de Matthew (aunque creo que es el personaje que peor me cae), y principalmente con Callie (a quien juzgué mal desde el principio, y quien al final creo que es la persona que más intenta aceptar las cosas de la vida).
Me encanta el momento que da sentido a esas dos semanas, las “damas de la noche” (que como Isi, creo que debiera haber sido el título de la novela, aunque quizás en inglés, para evitar interpretaciones erróneas). Me parece un momento mágico, sencillo y tierno. Para disfrutar de la compañía de los demás, como quien se reúne alrededor de una hoguera en la noche.
Aunque también la historia en sí guarda algún que otro secreto que da volumen y cierra el círculo perfecto de la narración.
Un párrafo que me ha gustado ha sido este:
Poco más puedo añadir. Es uno de los mejores libros de este año, sin duda, y lo recomiendo efusivamente. Delicioso. “Salió afuera y bajó por el sendero deteniéndose junto al ahumadero para contar los capullos de las damas de noche. Al cabo de un par de días estarían a punto de florecer. Eran unas flores tan hermosas y duraban tan poco tiempo…Eran casi como la visita de las niñas:algo que se esperaba con ilusión todo el año, luego llegaba, se disfrutaba mucho con ello, y por fin terminaba en un satiamén. Tal vez tenía que ser así. Ella pensaba que le gustaría tenerlas en casa siempre, pero quizá no lo deseaba. Cada cosa tiene su tiempo. Si sus hijas estuvieran siempre allí, no podría esperar su llegada con ilusión.”
También la cita final de Wallace Stegner:
“La mayor parte de las cosas se rompe, incluidos los corazones. Las lecciones de la vida no dan sabiduría, sino cicatrices.”
Me alegro que te haya gustado. :)
ResponderEliminarUna delicia, tú lo has dicho.
Poco puedo añadir. Efectivamente es un libro maravilloso, una de mis mejores lecturas del 2010.
ResponderEliminarBueno, coincido en todo contigo, es un libro precioso y con personajes reales de los que te da pena despedirte. Me alegro de que te haya gustado!
ResponderEliminarLo bueno de seguiros en los blogs es que de vez en cuando descubrimos preciosos libros. Y este es uno de ellos, yo disfruté mucho con su lectura.
ResponderEliminarUna delicia
Teresa