Novela de ajedrez de Stefan Zweig

jueves, 3 de diciembre de 2015




Sin capacidad para cualquier otra actividad intelectual, MirkoCzentovicz se reveló, ya desde niño, como un genio del ajedrez, del que ha llegado a ser campeón del mundo. Pero, en un viaje en barco de Nueva York a Buenos Aires, se le presenta un enigmático contrincante: el señor B., noble vienés que huye de los nazis. Uno de los pasajeros del vapor se acerca a los dos personajes acompañando al lector a la confrontación entre los dos jugadores. Si novela de ajedrez nos presenta el choque de dos naturalezas antagónicas, nos muestra también, y en buena medida, la capacidad de resistencia del ser humano sometido a una presión extraordinaria. Y todo ello con unas grandes dosis de intriga y maestría.



Desde que leí Cartas a una desconocida me declaré fan de Zweig. Y es que hay pocos escritores que en la brevedad de sus páginas sepan mostrar tanto y de manera tan profunda. Porque si hay algo que caracteriza la prosa de este autor es que prescinde de todos los detalles que él concibe como superfluos (descripciones largas, extensos diálogos, personajes excesivos o adjetivos innecesarios). De esta manera, al estilo de King y su archifamoso 10% de recortes, Zweig deja la historia en su esencia y la llena de carácter.

Y qué decir de sus atribulados personajes. Es una delicia sumergirse en la psique de estas figuras y descubrir la destreza del autor para estudiar las obsesiones y la delgada línea que bordean sus protagonistas, que caminan entre la sensatez y la locura. Una personalísima forma de pincelar a los personajes que me recuerda en cierta forma a los de Nemirovsky.

En este libro, Zweig vuelve a retratarse con pocas figuras, y escasos escenarios (dos o tres espacios concretos) y nos narra desde el prisma de un narrador en primera persona la historia trágica y conmovedora de sus personajes que encierra una crítica feroz hacia el nacismo, los métodos de tortura y sobre todo la falta de libertad.

Mediante un par de saltos al pasado, el autor nos relata los años más trascendentales de nuestros protagonistas, para que entendamos porqué son como son o cómo han llegado hasta el punto en el que están en este momento. Y todos (excepto el narrador, que es un mero espectador) mantienen un nexo común: la obsesión.

Para McConnor, es el dinero, mediante el que cree que es posible conseguir todo aquello que desee, casi del mismo modo que Czentovic, quien se niega a jugar una partida si no hay una oportunidad de enriquecerse. En el otro lado de la moneda sin embargo, aparece el Dr. B, un personaje cuya obsesión tiene que ver con el ajedrez que ha sido a la vez su tabla de salvación mientras estuvo recluido por la Gestapo y, si no consigue doblegar su compulsión, puede llegar a ser su perdición. No puedo decir más sin destripar la novela, así que, si me lo permitís, aquí lo dejo.


· Te gustará si:


  •  Te interesa la carga psicológica de los personajes.
  •  Eres fan de Irene Nemirovsky
  •  Tienes afición por las novelas breves. 
Feliz día.


4 comentarios :

  1. Me encantó esta novela, como todo lo que escribe este hombre =)

    Besotes

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  2. Es verdad que Zweig es un maestro de la síntesis. Escribía impecable, aunque yo no consiga hacerme con él a un nivel más... emocional. Este libro lo tengo entre los que sí quiero leer de él porque por alguna extraña razón siempre me ha gustado el tema del ajedrez.

    Mil abrazos

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    Respuestas
    1. La conexión emocional como dices es más cuestión "de piel" y no todos los autores (por buenos que estos sean) nos llegan por igual. Seguro que esta novelita te gusta porque está bien escrita y por la temática. Al fin y al cabo, la cuestión es disfrutar de lo que leemos, y estoy convencida de que con este libro lo harás, preciosa.
      Un abrazote

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