De perdidos...¡Al libro! La lectura como terapia

martes, 21 de marzo de 2017


¿Nerviosismo, trastornos del sueño, olvidos recurrentes, bajo estado de ánimo, horarios sobrecargados? Tú lo que tienes es estrés. Bienvenido al siglo XXI.


Vivimos a una velocidad de vértigo, donde todo tiene que estar preparado para ayer y desde que nos levantamos de la cama sentimos la presión de las manecillas el reloj acechando a nuestra espalda. Este ritmo frenético a diario ha acarreado como consecuencia el concepto “multitarea” en todos los ámbitos de nuestra vida.


Pero el día solo tiene veinticuatro horas. Ni una más.

Y hay que rendirse a la evidencia.


Resulta que en realidad los seres humanos no somos omnipresentes ni tenemos el don de la ubicuidad por lo que el término multitarea a la hora de la verdad, significa un cambio vertiginoso de una tarea a otra (sin finalizar ninguna de ellas) con el consiguiente trastorno de estrés, ansiedad y falta de eficiencia tan palpable en nuestra sociedad.


Ante esta situación, allá por los noventa se comenzaron a impartir talleres de punto de cruz para ejecutivos, que no tenían otro objetivo que descontextualizar la situación estresante y rebajar el nivel de ansiedad.

Desde entonces se han explorado diferentes fórmulas para evitar que la ansiedad y el estrés saboteen nuestro bienestar. Entre ellos, hoy te propongo una. ¿Adivinas cúal?


Ajá.

La lectura.


¿Has oído hablar de los libros como medicina? Más allá de la temática que trate, una buena novela cumple con un cometido terapéutico. ¿Quieres saber por qué la lectura es curativa? Te lo explico a continuación.



Apacigua la sensación de urgencia y mejora nuestra capacidad de análisis y concentración. Cuando estamos leyendo, necesitamos enfocarnos en una sola misión: concentrarnos en la lectura para sumergirnos de lleno en la historia. Ya lo dijo Andreu Martín:

"Tenemos que tener muy claro que, en el momento en que un lector se siente en el sofá para leer tu libro, no estará en la cama con su mujer, no estará jugando con sus hijos, no estará observando una puesta de sol espectacular ni descubriendo un nuevo mundo, solo estará centrado en tu novela"


Supone un impulso positivo para la imaginación y la creatividad. Está demostrado que las historias no solo suponen un acicate para nuestro cerebro sino que además se crean simulaciones mentales que nos sirven como nuevas estructuras conductuales en nuestra vida. Es decir, aprendemos cómo enfrentarnos a diferentes situaciones en función de lo que hemos leído. Además, cuando intentas comprender una historia o a un personaje desarrollas una nueva relación con tu entorno y amplificas tu intuición.



La lectura en papel y en los e-readers (cuyas pantallas están preparadas de forma adecuada para una lectura saludable) calma los efectos de la sobrestimulación visual de los dispositivos tecnológicos. y detienen la presión que ejerce en nosotros los exigentes procesos resolutivos diarios.


Un análisis profundo y crítico de una obra, ayuda a relativizar conceptos y si además somos capaces de aplicar esos razonamientos a nuestra vida diaria conseguiremos distanciarnos saludablemente de los problemas. Por ejemplo, ¿has pensado que un libro o su autor, por buenos que sean, nunca son perfectos? ¿Y te parece que eso los hace menos trascendentes o que su obra gusta menos por ello? Al contrario. Los errores desmitifican, humanizan y hacen que surja la empatía.


Disfrutar de la lectura de una buena historia es una fuente de placer y esto repercute de manera positiva en nuestra salud. Leer como actividad placentera aumenta los niveles de tres elementos indispensables para nuestra salud mental: la dopamina (responsable de la sensación de motivación), la serotonina (asociada a la serenidad y el optimismo y directamente en relación con la concentración y la autoestima) y las endorfinas (opiáceos naturales del organismo que potencian el sistema inmunitario, mejoran el humor y promueven la calma) creando un estado de bienestar generalizado.


Pero para que todo lo anterior sea eficaz, debemos tener en cuenta unos pequeños detalles:


● Para evitar que el efecto sea a corto plazo, debemos convertirlo en una rutina o un hábito. ¿Cómo? El método más efectivo que conozco es incluirlo entre tus tareas cotidianas. Si leer es un quehacer diario más, no te costará realizarlo.


● Como señalaba anteriormente, los impulsos lumínicos de algunos dispositivos tecnológicos, perturban nuestra salud. Sobre todo antes de ir a dormir. Así que prohibido leer en la Tablet o en el ordenador antes de ir a la cama. Es más, aunque el e-book ya viene preparado para estos menesteres — tinta electrónica y nivel lumínico adecuado— te recomiendo que si puedes, leas un buen ejemplar en papel.


● Y finalmente, con el fin de centrarse en realizar una sola tarea, cuando leas no pongas música de fondo o la televisión (al menos al principio). Únicamente está permitido el ruido blanco porque está demostrado que ayuda a la concentración.

¿Y tú, sufres de estrés o ansiedad?¿Has puesto en marcha alguna fórmula para lidiar con ello? Te espero en los comentarios. Soy toda oídos.

Feliz día

4 comentarios :

  1. No puedo estar más de acuerdo contigo!!!! Y pensar que muchos de mis amigos no abren un libro....uffff!

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    1. Qué pena. También yo tengo a mi alrededor unos cuantos de esos, pero no pierdo la esperanza...
      Un besote grande, reguapa.

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  2. Me ha encantado la entrada y estoy completamente de acuerdo contigo. Yo vivo al límite con los horarios, pero en cuanto me siento con un libro ya no existe nada más :)
    Un saludo!

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    1. ¿Verdad que sí? Viajas, ríes, sufres, ¡es fantástico!Y todo desde el sofá.
      Maravilloso.
      Un abrazote.

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