El baile de Irene Nemirovsky

jueves, 27 de junio de 2013





Nuevos ricos. Eso son Alfred y Rosine, el matrimonio Kampf. Por fin han logrado cuanto Rosine soñaba desde hacía años. Pero...¿qué valor tiene el haberlo logrado si no lo pueden compartir y codearse con la gente de posibles y que los reconozcan como uno más de su exclusiva casta?

Han medrado y cambiado su pequeño piso en una zona humilde de la ciudad por una vivienda más acorde con su nueva situación, y de igual modo tratan de ocultar sus orígenes proporcionando a su única hija, Antoinette una educación adecuada a su nuevo status.

El matrimonio está de acuerdo en organizar un baile al que invitarán a las personas más influyentes y distinguidas que conocen, sin reparar demasiado en su hija adolescente, que sueña con asistir a tamaño acontecimiento. Sus sueños incluyen además las ilusiones de cualquier joven enamoradiza y presta a descubrir los pormenores de un mundo que se adivina asombroso y lleno de nuevas sensaciones. Su esmerada caligrafía la hace partícipe de la organización del acontecimiento, ya que es la encargada de escribir las invitaciones al mismo.

Sin embargo, toda su ilusión se va al traste cuando descubre que su madre ha decidido que ella no acudirá al baile, y además aprovecha cada ocasión para rectificar sus modales y criticarla ferozmente. Antoinette se siente triste, desdichada, incomprendida, y algo más peligroso: una colérica justiciera. 







Hace un tiempo leí “El caso Kurílov” de esta misma autora, y la verdad es que no me quedó una sensación tan buena como esperaba por las indicaciones que me habían dado. Está claro que el desacierto vino con la obra y no con la autora como he podido comprobar gracias a M.

“El baile” se trata de un relato corto, pero con una grandísima fuerza. Los personajes y sus relaciones (sobre todo las de Rosine y Antoinette) están caracterizados con gran acierto. La autora consigue que empaticemos con la niña, y nos hace mirar a través de sus ojos consiguiendo que rechacemos la figura de la madre desde un comienzo y sintamos una corriente de simpatía por la niña, que conforme avanza el relato va tornándose en piedad por la progenitora y crítica (aunque también entendimiento) hacia la actuación de la chica.
Es un tipo de lectura que encandilará igualmente a lectoras jóvenes (que podrán sentirse identificadas con algunos sentimientos de la chica: incomprensión, necesidad de ser amada, amargura contra aquellos que tienen cuanto ella desea), como a lectores más maduros que disfrutarán sin duda de esta breve pero intensa y deliciosa narración.

Me ha divertido mucho la sátira a la sociedad burguesa, pero sin duda me quedo con la caracterización psicológica tan atinada de esta autora. Es llamativo que aún siendo joven (escribió esta novela con tan sólo veintisiete años), haya desgranado de manera tan profunda los juegos psicológicos y los haya sabido encajar con habilidad en la construcción de una historia con un final muy interesante.


¿Os animáis?

2 comentarios :

  1. Qué ganas tengo de leer a esta autora!!!
    No sé por cuál empezaré, me llaman muchos la atención =)

    Besotes

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sólo he leído dos y son muy diferentes, pero este en concreto me ha encantado. Y ya tengo en mente otros dos...;-))

      Eliminar