Proyecto de Diciembre Filias: “El Profesional”

lunes, 16 de diciembre de 2013




Hoy la entrada la propone Isi con su Proyecto Mensual (al que os animo a sumaros), que en diciembre gira alrededor de la literatura relacionada con nuestras profesiones. Un tanto complicado, pero bueno, vamos a ello. Y en mi caso, por desgracia, se cumple aquello de que una propone y luego, la vida dispone.

Así que, con la venia de Isi, os hablaré de la profesión para la que me formé y el libro relacionado con ella que os recomendaría leer (aunque luego haya terminado trabajando en algo que nada tiene que ver con este oficio): “El Antropólogo Inocente” de Nigel Barley.


¿Por qué he elegido un libro sobre esta profesión y no la que desarrollo habitualmente? Porque la añoro. Os pondré en antecedentes. Pertenezco a una “generación engañada”, a aquella que engatusaron con lo del JASP (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados, ¿recordais?) y que creían inocentemente que con una buena formación el mercado laboral abriría sus puertas para recogerlos amablemente. No nos prepararon para la jungla que luego descubrimos. 



En aquella época lo importante era estudiar, y valer para ello, claro. El que no “valía” iba para FP. Ja. Años después se ha demostrado que quienes estudiaron en talleres de formación profesional han tenido un empleo estable en un alto porcentaje mientras que los “valiosos universitarios” han caído en otras redes—esta vez es la titulitis: masters, congresos, etc— con la que pretenden arañar un puesto de trabajo en el magullado mercado laboral.

Conste que no me arrepiento en absoluto de mi formación universitaria, pero si que me siento defraudada. En mi caso (yo estudié Trabajo Social) el encuentro con el mercado laboral era aún si cabe más sangrante. Sólo existía el voluntariado o la oposición si tenías la suerte de que tus padres te “mantuviesen” los años necesarios para que saliera la esperada oferta y pudieras hacerte con el puesto. Mucha suerte y muchos años. Demasiados. Así que la vida me llevó por otros derroteros.


Sin embargo, hoy voy a retomar la ilusión por las materias impartidas y por aquella sensación de estar aprendiendo un oficio con una consecuencia social, un oficio que haría mejorar las condiciones de los más desfavorecidos: Trabajo Social. 




 







En relación con esta profesión, recibimos clases de Psicología Social, Derecho, Sociología, Estadística, y Antropología entre otras. Así que cuando Isi propuso su proyecto para mostrar un libro que tuviera relación con nuestra profesión o que pudiera acercar ésta a los lectores me acordé de “El Antropólogo Inocente”, una novela que muestra la labor del antropólogo desde un ángulo de vista nunca usado hasta el momento en esta disciplina: el humor.

Se trata de un libro entretenido en el que se demuestra que la puesta en práctica de los conocimientos que hemos interiorizado para nuestra profesión no siempre es tarea fácil. Y así nos lo demuestra el protagonista, Nigel, un antropóloo que tiene ya superada la barrera de los estudios y la docencia, pero que tiene pendiente una labor que parece ser absolutamente necesaria para convertirse en un buen profesional: el trabajo de campo. 




Esto, en Antropología se traduce como el estudio del comportamiento humano en un grupo (que generalmente y para cumplir las expectativas docentes y sociales suele ser una tribu olvidada de algún remoto lugar). Todo muy bucólico y sencillo a priori, pero Nigel descubrirá y nos mostrará que nada es simple cuando se trata de burocracia, y que sus conocimientos académicos no le servirán de mucho en África con la tribu de los dowayos.

El encontronazo cultural y social entre el antropólogo y la tribu va a deparar situaciones tan hilarantes como comprometidas para Nigel (descubrirá no sin dificultades que una entonación diferente para una misma palabra puede dar resultados espinosos, o que los dowayos no derrochan palabras entre quienes piensan que no les están prestando atención, lo que entorpeció gravemente su tarea de investigación ), y se encontrará cara a a cara con las enfermedades que sufrirá por estar expuesto a otro entorno, y con la distancia de su grupo de pertenencia (su tierra y familia).

Pero lo interesante de la lectura de esta obra es qué podemos sacar de ella, qué podemos aprender de un texto antropológico (aunque novelado). Así, como en aquel “Experimento Sociológico” que satisfacía nuestras inclinaciones más cotillas y que ya lleva unas trece o catorce ediciones televisivas, este libro, además de saciar nuestra curiosidad acerca de otras culturas, quizás nos deje saber también algo crucial sobre nosotros mismos.

El libro nos planteará interrogantes acerca de la existencia, de la cultura, de la supremacía occidental (europea en este caso) y la necesidad o no de civilizar, convertir y occidentalizar las tribus salvajes. Y aprenderemos que, nunca la observación (sea cual sea el objeto/situación/ persona investigado) va a ser objetiva, por mucho que lo creamos.

Con la necesaria distancia que facilita la lectura de esta obra, advertiremos que todo cuanto está a nuestro alrededor pasa por el tamiz propio de nuestro universo personal y cultural, y si somos lo suficientemente hábiles (esto es lo realmente complicado), podremos tenerlo en cuenta para manejar esa baza a nuestro favor tratando de evitar en lo posible, juicios moralizantes. O por qué no, para entender quizás un poquito mejor al prójimo. Casi nada.





Y vosotr@s, ¿Qué libro relacionado con vuestra profesión recomendaríais?

¡Soy toda oídos!

Feliz día. 

10 comentarios :

  1. Ohhh no sabía que habías estudiado Trabajo social, qué interesante y qué cerquita me queda de mi nueva carrera (Derecho).
    Oye, el libro no lo conocía, pero si dices que plantea todas esas cuestiones, y encima en clave de humor, va derechito a la lista de pendientes :)))
    Me están encantando todas vuestras entradas, de verdad. Muchísimas gracias por participar!!

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    1. Gracias a ti Isi por la iniciativa, guapa. No sabia que estabas estudiando Derecho. Una carrera bastante trabajosa asi que ánimo y un gran abrazo.

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  2. Pues pienso que si hay ahora mismo una profesión necesaria es la de Trabajador Social..., en fin... Este libro no lo he leído, pero siempre he visto buenos comentarios de él, y tengo un par de amigos que lo han leido y me lo han aconsejado. Supongo que voy a tener que leerlo ;)

    Besos

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    1. Coincido contigo Ana, pero si en épocas de bonanza no sacaban plazas imaginate ahora con los recortes sociales. En fin que siempre sufren los mismos. :-(
      Un beso

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  3. Me ha gustado mucho la entrada, porque nos acercas a la antropología. También estudié en la carrera 'Antropología' y recuerdo que el profesor nos hizo leer Mito y sociedad en los Barí, que estaba bien, pero era más como un documental escrito. Era un estudio sobre una tribu localizada en Sudamérica. Creo que nos hubiera ido mejor una novela sobre la antropología (sobre todo porque era una asignatura, que no volví a tocar la 'Antropología' después). Y la novela que recomiendas tiene buena pinta.
    Por cierto, yo tampoco trabajo en lo que estudié. Y no tiene nada que ver.

    Un saludo

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    1. Hola K! Es una pena pero creo que las carreras de humanidades som las que a pesar de ser necesarias tienen pocas oportunidades laborales en comparación conlas de ciencias. Una pena.
      Gracias por pasarte y comentar. Un beso

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  4. Antropología es una de esas carreras que siempre quise estudiar: quizás algún día lo haga! Es una pena que precisamente una carrera tan necesaria como Trabajo Social tenga tan pocas salidas; es una muestra más de la sociedad tan egoísta que estamos creando, con la venia de "los de arriba"... 1beso!

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    1. No podría estar más de acuerdo contigo, Tizire.
      Un besote

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  5. El libro no lo conocía pero me interesa y mucho. Yo soy filóloga- estudié filología inglesa y estudio hispánicas ahora en mi tiempo libre- y, aprobadas las oposiciones, soy profe de instituto. Me gusta mucho mi profesión pero también me gustaría ser traductora en una editorial. Cada libro de literatura inglesa que leo y reseño, esas son mis recomendaciones....
    Besos,

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    1. Qué profesión más enriquecedora y complicada a un tiempo, Carmen. es una gran suerte poder dedicarte a lo que siempre te gustó. Me alegro por ti. Lo de traductora en una editorial...Todo se andará, ¿no es cierto? A veces símplemente hay que proponerse algo con ganas. Gracias por pasarte y comentar.
      Un gran beso

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