Saltar del papel al corazón. Crear en el lector una huella indeleble. Ese es el quid de la cuestión. Y es que en cuestión de escritura no es tan importante ser original (ojo, que también lo es), sino saber cómo contar nuestra historia para desencadenar un montón de emociones en el lector.
Existen en el mercado cientos de libros acerca de un mismo tema. Pongamos por caso el desamor. ¿Por qué unos tienen éxito y otros no? Porque los textos que nos gustan son aquellos que nos provocan miles de emociones. Y eso se debe, entre otras cosas, a la voz del escritor.
A eso debemos aspirar. A encontrar nuestra forma particular de narrar cuanto vemos. A mirar el mundo desde nuestra perspectiva (esta es la parte sencilla porque lo llevamos ya de serie) para, posteriormente, contarlo y provocar en el lector un caudal de emociones. No es un camino fácil, desde luego. Si eres afortunado (muy afortunado), podrás alcanzarlo con relativa rapidez y facilidad, pero generalmente, es un proceso de crecimiento, que se alarga en el tiempo (aproximadamente 1000 horas según dicen) . La buena noticia es que si no eres de los que se rinden, tienes muchas probabilidades de éxito. Así que...paciencia.
Busca y encontrarás.
Y entonces, ¿cómo podemos encontrar nuestra voz? Creo que la manera más eficiente es realizar una pequeña labor de introspección. Buscaremos dentro de nosotros mismos las respuestas una serie de preguntas. ¿Qué te diferencia de los demás?¿Qué te caracteriza? ¿Cuáles son tus puntos fuertes y cuales tus limitaciones?¿Quiénes son tus artistas/escritores favoritos y porqué lo son? ¿Qué obras admiras y porqué te parecen tan especiales? ¿Cuándo te sientes más cómodo en el proceso de escritura: describiendo, creando el argumento, perfilando los personajes? ¿Hay algún texto en el que te sientas especialmente reflejado?
Algo de feedback nunca viene mal.
Una vez realizado este ejercicio, te propongo dos cositas más. En primer lugar, sería interesante poder contar con un poquito de ayuda exterior. Si te es posible, formula también a alguien de tu entorno más cercano (y de quien tengas absoluta certeza de que va a ser sincero, aunque duela) algunas de estas preguntas. De esta manera, sabrás a ciencia cierta la distancia real entre tu propio yo y el que proyectas de manera inconsciente para poder trabajar sobre ello.
Ensayo – error.
Es una fórmula que no falla. Busca, estudia, déjate llevar y prueba. Prueba tanto como puedas o como te apetezca. Quizás encuentres que, en el lugar más insospechado, o el método al que menos le prestaste atención, provoque en ti el chispazo adecuado y te muestre cuál es tu voz. Entretanto...¡disfruta!
¿Y tú? ¿Has encontrado ya tu propia voz narrativa o estás en el camino?
Feliz día.
Sin duda el cómo es importante. Creo que sugerir, más que imponer de forma explícita, es más atractivo para el lector.
ResponderEliminarUn abrazo
También lo creo. Es más interesante para el lector poder participar en la historia; en la creación (imaginándola) o bien en las interpretaciones (si se sugiere en vez de imponer, como tú bien dices...). Ahora bien, hay que saber hacerlo, y eso es muy difícil.
EliminarBesotes
Sí, estoy de acuerdo, lo que puede diferenciar es que sea auténtico y sea tu voz, desde luego que hay que dar con ella, no sabría decir como pero pistas nos dejas (y siempre ayuda) :)
ResponderEliminarBesos
Yo ando en esa búsqueda, pero lo que funciona para unos no sirve para otros...
EliminarMil besos
Buscándola estoy. Te lo prometo.
ResponderEliminarMYRIAM
Y creo que vas por muy buen camino...
EliminarBesos
Buscar tu propio modo de expresión... Sí, me gusta. La cosa, creo yo, es encontrarlo, verdad? Muy interesante este artículo.
ResponderEliminarAbrazo,
Así es Carmen, en eso estamos. Muchas gracias por pasarte y comentar.
EliminarBesotes.