Aventura de escribir: Solo ante el peligro III o el editor interno.

lunes, 1 de junio de 2015




En la tercera entrega de terrores del escritor voy a tratar de un tema que personalmente me afecta a diario y sobre el que últimamente estoy trabajando para enviarlo a la Conchinchina (como muy cerca). Se trata del terrible editor que todos llevamos dentro.


¿Vive en Elm Street?¿Tiene perilla y espada?


Ya. Ya lo sé. No puedo ni debo arrancar de cuajo a este personaje porque es necesario, pero sí que debo intentar postergarlo al lugar que merece. Ni más ni menos. No sé el vuestro, pero mi editor personal es un tipo duro, implacable, tipo Freddie Krugger en sus peores días o Iñigo Montoya en los mejores. Temoso, con un objetivo claro y dispuesto a todo para conseguirlo. Tiene la constancia, perseverancia y voluntad que me gustaría conseguir a mí para alcanzar ciertos objetivos personales... Es una pesadilla. Es el responsable de que los textos no fluyan, que se estanquen y que pierdan la frescura. Amordaza la creatividad y ahoga la naturalidad. Un auténtico fastidio (lo digo así en plan fino porque si me dejo llevar...).


Acerté quién es quién y gané.


Es un problema por primar lo racional. Lo reconozco. Me encantan las listas, la organización, y cuando oigo esa vocecita que considera que esta frase no está bien redactada, que utilice una palabra en lugar de otra, que repase este argumento porque parece endeble...No puedo resistirlo y le hago caso aunque me encuentre en pleno proceso de escritura. ¡Error! La parte positiva es que lo conozco, le veo llegar. Y la parte más difícil va a ser entretenerlo o secuestrarlo mientras doy rienda suelta a la escritura creativa. Pero que no se diga que no lo intentaré. ¿Cómo? Esa es la cuestión.


Un poco de gimnasia mental. 


El cerebro se divide en dos hemisferios, complementarios, pero siempre hay uno que lleva la voz cantante. El izquierdo, en la mayoría de la población, es el director de orquesta generalmente (pero si eres zurdo tu hemisferio dominante será el derecho). Es el encargado de los hechos racionales, de las planificaciones, controla el lenguaje, el pensamiento lógico y la escritura. Es el responsable de las actividades de análisis, de las matemáticas y de la mano derecha. En el ámbito de la escritura podríamos decir que es quien se encarga de planificar las secuencias y trazar la historia antes de comenzar a narrarla. El hemisferio izquierdo es ¡la Mansión Gótica de nuestro Editor!

El hemisferio derecho, en contra, es el responsable de nuestras actividades más creativas. Es quien responde de nuestras habilidades musicales, del control de nuestra mano izquierda y de la nuestra percepción tridimensional (visual y espacial). Temporalmente se concreta en el presente, y es responsable también de nuestro sentido intuitivo. A efectos del escritor, esta es la parte más creativa, la que da vida a la historia, la que imagina el mundo novelístico, la vida de los personajes, etc.

Lo ideal sería que ambos hemisferios trabajasen coordinados, pero hay que rendirse ante la evidencia, y ésta supone que por regla general siempre hay uno de los dos que es el dominante. Para mejorar el trabajo entre ambos (con todas las consecuencias favorables que eso reporta) existen multitud de  ejercicios, aunque si nos centramos en la escritura, creo que podemos llevar a la práctica estas tareas para manterner a nuestro editor a raya mientras no lo necesitemos (y esto es siempre que estemos en una fase creativa de algún proyecto) con estas pequeñas acciones.


  • El piloto automático:Se trata de entrar en una fase de escritura automática que nos permita escribir prácticamente sin ninguna atadura. El desmelene, vamos. No importa si lo que escribimos tiene sentido o no. Sólo hay que escribir. no importa qué, importa que lo hagas. Posteriormente ya lo leeremos y veremos si algo de lo que hemos volcado aquí merece la pena. Personalmente me parece una actividad algo compleja porque siempre tengo la cabeza en algo concreto, así que este ejercicio me viene bien para desentumecer la imaginación y la fantasía, para dejar al editor ahí en un rinconcito con algún gadget nuevo que lo tenga loquito. 

  • El factor “¿Y si?”Como veis, la cuestión es salir de la zona de confort, de la lógica del día a día. Para ello también podemos seguir algún consejo de Giani Rodari y escribir sobre un  binomio fantástico o elaborar una pregunta fuera de toda lógica con el encabezamiento “¿Y si?”. De nuevo, el resultado no es significativo. La idea es despertar al Homo Ludens vs el Homo Sapiens, disfrutar por el mero hecho de escribir sin leyes, sin lazos, sin lógica y sin orden.



¿Qué os parece?¿Nos desmelenamos?
Feliz día.


2 comentarios :

  1. Siempre he sido de izquierdas, mi hemisferio izquierdo es, con diferencia, el más desarrollado y el que más potencio. Por eso quizá se haya desarrollado más, claro.
    Besines,

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    1. Hola Carmen!
      Eso está bien. Ser metódico y racional es muy importante, pero también lo es fomentar un poquito la parte creativa, y creo que también lo haces muy bien.
      Mil besos

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