Hitchcock y César Pérez Gellida: parecidos razonables

martes, 24 de enero de 2017



Te preguntarás qué tienen en común un cineasta inglés con un escritor de novela negra vallisoletano. En seguida te lo cuento. Hace un tiempo hablé de cierto parecido razonable . Y hoy también lo hago; te traigo de la mano a dos genios— Alfred Hitchcock y César Pérez Gellida— junto con un parecido que va más allá de esa frente despejada que lucen ambos, y que se refiere al empleo de efectos innovadores alejados de los cánones clásicos.

O al menos los establecidos hasta el momento. Esa apuesta es la que les ha otorgado el éxito que poseen. Los efectos de cámara o el escaso uso de diálogos en Hitchcock y la introducción de las letras completas de canciones indies en el caso de César no son unos recursos populares, pero ambos apostaron fuerte por sus obras y arriesgaron explorando terrenos impensables hasta el momento. Sin embargo no solo comparten ese amor por su disciplina, sino que coinciden en varios aspectos (algunos la mar de curiosos).


  • Los cameos. Tanto el cineasta como el escritor hacen alguna aparición aparentemente involuntaria dentro de su propia obra. Las que hacía Hitchcock —que comenzaron como una especie broma—, son muy conocidas y pasaron a ser una característica tan distintiva y esperada del director, que tuvo que modificar su “juego” con el espectador y aparecer en los primeros minutos de la cinta para no crear más expectación por encontrarle a él en la película que por el propio film. De igual forma, en la Trilogía de Versos, Canciones y Trocitos de Carne, César aparece de manera casual (pero no te diré dónde…¿te animas a descubrirlo?).
  • Larga vida al audiovisual. Conceden gran importancia a los elementos audiovisuales dentro de su obra. Hitchcock decía que no podía leer ficción sin visualizar cada escena y así “El resultado se convierte en una serie de imágenes en lugar de un libro”, y César Pérez parece haber bebido de esta fuente, pues compone pasajes en sus libros que son por entero cinematográficos.
  • El sonido es importante. Ambos le otorgan una gran significación. César incluye en su obra letras íntegras de canciones que sirven como elemento informativo ya que nos introduce con ellas en la psique del personaje de una forma original y llena de significado. De igual modo, Hitchcock fue pionero en el uso del sonido y música como elemento informativo en sus películas (quién no recuerda la escena de la ducha de Psicosis y su angustioso sonido).
  • La culpabilidad. Desde los tiempos de Dostoievsky y su Crimen y Castigo, la indagación profunda en la psicología del personaje y en concreto en el sentimiento de culpa es una baza óptima para crear empatía con los personajes. En el caso de Alfred y César, se utiliza como pilar básico de la construcción de sus personajes haciendo suya la conocida máxima “el público debe sufrir tanto como sea posible”. ¿Por qué? Porque el respetable busca finales felices pero solo le interesan en tanto los personajes tengan que padecer y sacrificar hasta lo más valioso para lograrlo. Por eso los protagonistas del cineasta siempre tienen ese sentimiento presente y también por la misma razón Ramiro Sancho, el inspector de Homicidios de César Pérez Gellida carga con un componente de culpabilidad significativo.
  • En contra de los Whodonit. Parece que a Hitchcock le daban alergia las historias al uso en las que el misterio se va descubriendo tras millones de preguntas. Por eso sus películas son —en ese sentido— sencillas (procuraba mantener una incógnita única) y no le importaba que el espectador descubriera antes que los personajes información reveladora respecto a los crímenes. Así también se conduce César con su trilogía. El lector conoce muy pronto quién es el asesino (aunque los giros argumentales del escritor preparen alguna sorpresa inesperada) y las preguntas que nos hacemos al leer los libros son diferentes a las que se formulan en un “quién lo hizo” (si conseguirán atraparlo a tiempo o las motivaciones que le han llevado a actuar de esa forma…).
  • Reconstrucción de la línea argumental. (aportación de nefalote)
  • En las películas del cineasta (psicosis, vértigo, la ventana indiscreta) la historia parece concluida en el conflicto planteado inicialmente, sin embargo se reconstruye con más con conflictos surgidos al momento.
    En César vemos el mismo recurso en algunas de sus novelas. Nos parece encontrar el escollo a desarrollar en las puertas del libro, sin embargo parecen trocarse y encontrar otros en el continuo de la lectura que enriquecen las historias y despliegan un nuevo comienzo para los protagonistas generando una reconstrucción de la línea argumental.
Ahora ya sabes qué tienen en común estas dos figuras del cine y la literatura, pero ¿se te ocurre alguna otra característica en común entre ambos?  Si es así, te espero en los comentarios.

Feliz día.

2 comentarios :

  1. Una más:la reconstrucción de la línea argumental.
    En las películas del cineasta (psicosis, vértigo, la ventana indiscreta) la historia parece concluida en el conflicto planteado inicialmente, sin embargo se reconstruye con más con conflictos surgidos al momento.
    En César vemos el mismo recurso en algunas de sus novelas. Nos parece encontrar el escollo a desarrollar en las puertas del libro, sin embargo parecen trocarse y encontrar otros en el continuo de la lectura que enriquecen las historias y despliegan un nuevo comienzo para los protagonistas generando una reconstrucción de la línea argumental.

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    1. ¡Mucha razón, nefalote! Y muy bien visto, ¡gracias!
      Con tu permiso, lo adjunto en el post.
      Un abrazote

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