Lo bonito de ser mamá es el nene (verdad inmutable que repetimos como una letanía todas, todas), pero la contrapartida es que te deja muy poquito tiempo libre. Así que hay que ser selectiva. Sobre todo con la tele. Esta temporada no sigo ninguna serie en concreto porque me es imposible con los horarios “a demanda” de Alex, pero hay un programa que sí me gusta y que procuro grabar por si a mi benjamín le da por cenar a esa hora. Es "El Conquistador del fin del Mundo", los domingos a las diez de la noche en la ETB2.
Este es uno de los imprescindibles de mi vida en estos momentos. Se trata de una gran aventura en Argentina, hasta ahora en Patagonia. Es un reality, pero de los buenos de verdad, donde quienes participan pasan penurias serias, pero (en principio), saben a lo que van. La dinámica del programa se compone de tres grupos con sus tres capitanes (generalmente son personajes conocidos: Korta, Juanito Oyarzábal…): cóndores, pumas y guanacos, que según van ganando pruebas de inmunidad se alojan en los campamentos rico, pobre, y muuuy pobre (en este, este año están al raso, angelicos!). Cuando pierden, además, les toca batirse en duelo para ver quien se vuelve a casa. Muy entretenido, ya digo.
Este año ha empezado un poco lento, y con un par de personajes un poco ¿cómo decirlo? algo ordinarios. Aunque espero que esto cambie, y nos depare buenísimos momentos como en ediciones anteriores ( Xegone, el año pasado, tenía tanto hambre que sin dudarlo un momento, se comió la barra de cacao. Terminaron llamándole el Chuk Norris euskaldun. Símplemente genial.)
Quien quiera acercarse un poco al espíritu de la gente del norte para ver que no somos tan cerrados y que tenemos nuestro aquel, no debe perdérselo. Y si además quiere ver la mala leche con la que se despacha el presentador en la tertulia resumen todos los lunes, es imprescindible que siga “El Conquis 2012” con Iñaki López.
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