Kichay de Alejandro Romera Guerrero

 
¿Es posible enamorarse de unos pies?, ¿puede un pequeño niño transformar el mundo?, ¿podría ser capaz un león de abrir cerraduras?, ¿qué harías si en tus manos cayese un libro infinito?Las cosas no siempre son lo que parecen. El mundo está lleno de sucesos sin sentido y nos aferramos a la lógica con frecuencia para intentar comprenderlos, pero ¿dónde está la frontera entre lógico e ilógico, entre fantasía y realidad? El conformismo, la obsesión, la rebeldía o el arrepentimiento son algunos de los temas que encontraremos en estas páginas. Quince textos para bucear en lo más hondo de nosotros mismos y reflexionar sobre nuestra esencia y nuestros actos.

Hace unos días Alejandro se puso en contacto conmigo y me ofreció la posibilidad de leer su último libro de relatos: Kichay. Investigué un poquito por la red y leí varios de sus relatos en su blog. Me pareció que tenían un “algo especial”, una suerte de magia que es difícil de conseguir, así que rápidamente le contesté que sí. Además, me venía como anillo al dedo para el reto de Dsdemona.

Kichay es un libro corto, pero no por ello es menos intenso. Bien al contrario. Cada uno de sus quince relatos es atractivo de por sí, ya que no sólo se cierra a una temática sino que se desliza con gran habilidad en materia realista, social y costumbrista, pero donde se maneja a su antojo es sin duda en la temática fantástica.
Personalmente los que más me han gustado por materia serían en género social La mirada de Amanda y en género fantástico no puedo decidirme entre El viaje y Platos Rotos.


Alejandro además hace un guiño a los diferentes lugares en los que ha vivido, inclusive se atreve (y sale victorioso además) con algún acento que no es el suyo propio. Este bagaje personal que plasma en su obra, hace que sea un libro muy ágil y ameno en el que igual puedes situarte en México que en Asturias o en Ruanda.

A veces los relatos son breves exposiciones, otras te impresionan por un giro inesperado, algunas te hacen sonreír pensando en una especie de justicia literaria, pero todos te dejan poso de alguna forma. Creo que esa es lo mejor que le puede pasar a un relato. Que perdure por una u otra causa en tu memoria. Y varios de los relatos que conforman este pequeño libro lo consiguen.

Desde aquí le quiero agradecer a Alejandro que me haya hecho llegar su libro ya que he disfrutado muchísimo con su lectura. A él le deseo lo mejor en esta andadura, y a vosotr@s os animo a leer esta pequeña joya. No os la podéis perder.

¿Os animáis?