El brutal asesinato de dos
chicas en el barrio del Raval pone en alerta al inspector Méndez, a quien no le
falla el olfato para tirar del hilo y descubrir que, detrás de tal atrocidad,
se oculta una sórdida organización internacional dedicada al tráfico de bellas
mujeres eslavas. Peores maneras de morir es una radiografía social de la
Barcelona actual, en la que los ideales del pasado se han rendido ante un
capitalismo feroz que, ya sin enemigos que lo contengan, ha convertido a los
seres humanos en una mera mercancía. La Barcelona de Méndez está desapareciendo
y, tal vez, el viejo policía lo haga con ella.
Yo creo que el verano se presta a lecturas interesantes, con contenidos más
ligeros, acordes con el sol, el tiempo libre y el disfrute en general. Así que
vuelvo a la novela negra. Y con muy buenas sensaciones.
Este Peores maneras de morir es la última entrega de la saga
iniciada por Francisco González Ledesma y protagonizada por el comisario
Méndez, un personaje que me ha conquistado. Este hombre es una especie en vias
de extinción, un policía con alma quijotesca, encargado (porque él lo ha
querido así) de velar por aquellos “daños colaterales” que tan inevitables son
en algunos de sus casos. De esta forma, igual se hace cargo de unos animales
que han quedado abandonados como adopta una figura paternalista frentre a los
descendientes de algunas víctimas. Todo ello con una fina conciencia moral (la
suya, que no siempre coincide con la legalidad) en un ambiente en el que la
corrupción es lo más habitual.
Francisco
González Ledesma (Barcelona, 1927) es un prolífico escritor,
novelista, guionista abogado y periodista. Conocido también por varios
seudónimos como Enrique Moriel, Silver Kane, Taylor Nummy, Silvia Valdemar,
Rosa Alcázar y Fernando Robles, sus últimos trabajos están dedicados al género
policiaco, siendo considerados además como impulsores de la novela negra social
en España. Fue redactor jefe de La Vanguardia, puesto en el que obtuvo un
conocimiento extenso de Barcelona ; nociones que posteriormente utilizará en
sus novelas. Su extensa bibliografía se ha visto salpicada de múltiples
premios: Premio Internacional de Novela por Sombras
viejas (1948); Premio Planeta con Crónica
sentimental en rojo (1984), y Premio Mystére en 1986 y 2005 con La Dama de Cachemira y Cinco mujeres y media .
Sus últimos galardones han sido el Premio Hammett
con El pecado o algo parecido (2002), y en 2007 el RBA
de Novela Negra con Una novela de barrio.
Con un estilo particular, en el que las frases cortas son un recurso
característico junto con algunas metáforas interesantes, González Ledesma
enriquece la narración con expresivas
descripciones en un lenguaje sencillo y visual, centrando su interés (y al del
lector con él) en asuntos tan dispares como en un escenario particular o en las
piernas de un personaje, y en ambas ocasiones con un excelente resultado.
La trama está bien construida, y es un ejemplo más de que la verosimilitud
de una historia no reside en introducirse por laberintos complicados para crear
un escenario firme, sino que simplemente con una narración concisa y sencilla
es suficiente para que el lector imagine el ambiente adecuado sin falta de
demostrar cuánto se ha documentado el autor para escribir su obra. Pero no
penseis ni por un instante que se trata de una novela en la que los temas
escabrosos se tocan de forma superficial porque no es así; el autor no se
ahorra algunos pasajes bastante duros que apoyan la historia y la hacen más
creíble.
Quizás he echado de menos algo más de profundidad en algunos personajes;
por ejemplo en el antagonista. Un poco más de calado psicológico de Muller en
concreto, creo que enriquecería la obra, aunque lo más destacable en cuanto a
los protagonistas es que el autor retrata a la
ciudad de Barcelona como un personaje más, aunque con cierta debilidad
hacia ella, con un cariño palpable. Denota que la conoce a la perfección, que
sabe tanto de las cicatrices de su pasado como de sus heridas recientes, y nos
muestra las coordenadas precisas para situarnos entre sus calles y disfrutar
del carácter sensitivo de los detalles que nos revela.
Así que si buscáis una lectura ligera, entretenida y bien construída; una
novela negra con unos personajes interesantes y digerible a pesar del género y
de algunos momentos duros, os la recomiendo.
Feliz día.
La tengo anotada desde hace tiempo por otras reseñas, hay tanto por leer que a ver cuando consigo hacerle un hueco
ResponderEliminarBesos
Ay, Tatty te entiendo perfectamente... La "infinita" crece exponencialmente, pero yo tengo cada vez menos tiempo...
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La verdad que no estoy teniendo suerte con las lecturs ligeras que intento leer, no por nada, sólo porque el calor me tiene embotada y no me deja concentrarme en lecturas con más enjundia. Pero no acierto. Así que voy a tener en cuenta esta que nos traes, que al menos está bien construida.
ResponderEliminarBesos
A ver si los próximos días bajan un poquito las temperaturas y te permiten disfrutar de las lecturas, Ana. Espero que lo hagas y que, como siempre, nos lo cuentes como sólo tú sabes hacerlo.
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