Las ocho escenas que no pueden faltar en tu narración

lunes, 18 de mayo de 2015



Hoy veremos una forma más para estructurar nuestras narraciones. Se trata del método de las ocho escenas. ¿Lo conocéis? ¡Vamos a ello!

1- Escena que capta la atención. Es el comienzo impactante que toda novela que se precie debe tener. No se trata de que haya una gran explosión, ni de que sea una escena llena de ritmo trepidante. Significa más bien suscitar interés en el lector. Conseguir que se sienta intrigado y que quiera saber dónde le va a llevar esa escena, esa historia. Por supuesto, en esta primera secuencia—como ya habrás imaginado—, te la juegas, así que…Procura pulir bien cada una de las frases porque de ello depende que sigan leyendo tu libro.


2. Presentación empática del protagonista. Uno de los mayores errores que hacen abandonar una lectura es la falta de empatía con los personajes. Y esto sucede en muchas ocasiones porque el protagonista se presenta tarde, o de manera muy velada, por lo que es complicado que el lector se pueda sentir en su piel y hacer suyas las vivencias del personaje. Por lo tanto es importante y necesario que tu protagonista se presente cuanto antes, y además con pinceladas dotadas de realismo. En tanto te sea posible debes intentar retratar su psicología de manera tan real como sea posible para que el lector lo sienta vivo, y pueda vivir cómodo en la piel de tu personaje de ficción mientras dura la historia. Si además consigues que tras cerrar el libro siga pensando en él…¡Eres un fenómeno!


3. Escena del primer punto de inflexión. Una vez hemos creado el ambiente necesario para tener al lector interesado, es el momento de comenzar a usar el vudú con nuestro personaje y sus circunstancias. No te engañes, al lector le gusta ver sufrir a tu personaje (ojo, que se puede hacer sufrir de muchas maneras, no es absolutamente necesario ponerle una navaja en el cuello a tu protagonista). Ahora es el momento en el que tu personaje principal ve como todo su mundo se viene abajo, como todas las reglas por las que se regía su vida caen al suelo como un castillo de naipes.


4. Mostrar la amenaza real para el protagonista. Se trata de hacer sufrir a tu personaje. Es lo que el lector busca, es la forma en que tu protagonista crecerá durante la historia, así que no vale con que todo a su alrededor se haya desmoronado, sino que además se siente atemorizado, intimidado, porque sobre su vida planea una amenaza real. Imagina la escena que mejor defina una situación así para tu protagonista. ¿La tienes? ¡Escríbela!


5. El protagonista decide pasar a la acción. ¿Qué puede hacer tu personaje ante tal situación de caos? Tiene dos opciones: pasar a la acción de modo activo o pasivo. Hay protagonistas cuya respuesta a l conflicto es no hacer nada, continuar siendo un “tibio” que nunca se moja, pero es una línea argumental que no suele dar demasiado juego y más propia de épocas pasadas. Hoy día los personajes son generalmente más resolutivos y se introducen de lleno en los problemas, en las tramas. Intentan buscar soluciones a las situaciones que están viviendo y eso, de cara al escritor, dota al personaje y a la historia de un mundo de posibilidades, puesto que dependiendo de las habilidades del protagonista, la historia puede resolverse de maneras muy dispares.


6. Mostrar todas las dificultades y problemas con que se encuentra el protagonista. Como adelantábamos en el punto anterior, el centro de la historia es el personaje y todo lo que le sucede. Por eso es importante mostrar al lector cuantas dificultades y problemas con los que se encuentra nuestro protagonista. Y por supuesto, su forma de enfrentarse a ello. De ese modo el lector conocerá al personaje con profundidad, por sus hechos, por cómo actúa y no por lo que el narrador pueda contarle (esta es la archiconocida regla del : no lo digas, muéstralo). 


7. Escena en que se cierran los hilos abiertos y se resuelven las dudas. Tan importante como un buen comienzo, es un correcto desenlace. Eso no quiere decir que tu novela tenga que acabar obligatoriamente bien. Tampoco significa que necesariamente tenga un final cerrado. No. Se trata de ir redondeando el final de la historia, de ir cerrando los hilos abiertos (tú decides si dejas alguna puerta abierta o no) y de resolver situaciones que han quedado abiertas o inconclusas por el camino. Este es uno de los puntos más importantes a tener en cuenta si no quieres que tu lector se sienta decepcionado. Es necesario que en este momento concedas la importancia necesaria a las puertas que has dejado abiertas en tu historia, y a las que debes dar una respuesta. Tú decides si la respuesta es rotunda y cierras ese hilo, o si prefieres dejar algún fleco suelto, pero si es así, házselo saber al lector, que no parezca que te has olvidado de ese hilo argumental y lo ignoras, sino que lo mantienes en suspenso porque así lo requiere la historia. 


8. Final sorprendente. Y si logras sorprender al lector con un final inesperado, y bien entramado con el resto de la historia tienes muy altas probabilidades de ganarte su fidelidad y que se interese tanto por tus obras anteriores como por las que vayas a publicar. Eso sí. Un final sorprendente no significa un deus ex machina, por favor. Esa es la forma más segura de ganarte un detractor.

¿Conocíais esta forma de estructurar vuestras narraciones?¿La habéis usado?
Como siempre, los comentarios están a vuestra disposición.
 

10 comentarios :

  1. Menos mal que lo mío no es escribir porque soy incapaz de manejar estructuras... ;)

    Un abrazo

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    1. Yo no lo creo Ana. Quizás seas más de relato o de microrrelatos que exigen menos estructuras pero desde luego que escribir se te da muy bien.
      Besicos

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  2. Interesantísimo artículo Izaskun. Como lectora reconozco que las novelas que más atrapan tienen todos esos ingredientes, como aspirante a escritora se me hace difícil, muy difícil, estructurar un trabajo, pero ten por seguro que intentaré seguir tus consejos.
    Abrazos

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    1. En eso estamos Anna. Lo complicado es el entramado interior y es realmente complicado, pero yo sigo intentándolo. No pierdo la ezperanza de poder llegar a escribir algo decente (quizás algún día. ...)
      Mil besos

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  3. No tan definidas peor me ha resultado de utilidad leerte para hacerme idea de algunas cosas, oye providencial.
    Besos

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    1. Ja ja ja. Ya verás como ahora te fijas en estas escenas todo el rato ( películas, libros. ..). A mí personalmente me pasó. Tuve una temporada de análisis total. Espero que algo de poso quedase en mi subconsciente ;) Me alegro de que te haya sido de utilidad.
      Mil besos

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  4. Yo no soy escritora, es evidente, pero entiendo el proceso creativo como un 'dejarse llevar'. No sé, a mí me parece que ceñirse a unas reglas limita ese acto de creación, no crees? Entiendo la literatura como creación, como digo, no construcción. Y no es por llevarte la contraria...
    Besines,

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    1. Esa ha sido mi forma de ver la escritura desde siempre, pero a los hechos me remito, Carmen. Hay mucho más de "constructor" que de "creador" en el proceso de escribir, aunque me ha costado años darme cuenta. Y ahora, una vez que la imagen bucólica del escritor ha desaparecido, intento entender el proceso para adaptarlo...
      Mil besos.

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  5. Muy interesante la lección. Algunas de esas reglas suelo aplicar intuitivamente,desde ahora ya sé el porqué. Y practicaré con el resto.
    Un placer que nos ayudes a mejorar.
    Besos.

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    1. Y yo feliz por ser útil, Rafa. Me alegra mucho que te resulte interesante y le puedas sacar partido. Gracias a tí por pasarte y comentar. Eres un sol.
      Besotes

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