“Nada sucede
por casualidad”, es la frase que venía a mi mente una y otra vez mientras leía
esta novela. Y es que Víctor del Árbol, ha urdido una trama elegante, compleja
e interconectada con muchísima habilidad. La historia se desarrolla casi en su
totalidad en el año 2005, en Madrid, aunque contiene varios flashbacks en los
que se nos muestran momentos anteriores que son muy importantes para entender
el desarrollo de la historia.
Eduardo Quintana, un pintor de cierto renombre en el pasado, perdió a su mujer y a su hija en un trágico accidente hace catorce años. Desde entonces ha estado viviendo por inercia, a pesar de haber conseguido cierta serenidad al imponer la justicia por su mano. Sin embargo, no es feliz; no evoluciona. Es un alma atormentada con un cuerpo lleno de cicatrices que sobrevive (de alquiler y entre los efluvios del alcohol) gracias a los retratos que su agente, Olga, le consigue. En esta ocasión, el encargo que le trae Olga proviene de Gloria Tagger, una famosa violoncelista casada con un renombrado director de cine y que también ha sido golpeada duramente por el destino, pues su hijo murió en un atropello. Eduardo espera retratar al chico, pero recibe un encargo bastante especial. Gloria apela a su habilidad para profundizar en el alma de quienes retrata, pues su objetivo es que Eduardo pinte para ella el retrato del hombre que atropelló a su hijo.Este encargo supondrá para Eduardo un viaje tan sorprendente como incómodo en el que descubrirá la farsa en la que ha estado inmerso, la realidad de las personas con las que ha estado viviendo y apreciará el valor de la injusticia, de la culpa y de la venganza.
Respirar
por la herida es una historia intensa, de dolor, de cicatrices, de pérdidas,
donde Víctor Del Árbol retrata el lado oscuro de la vida. La parte menos
agradable de la existencia, aquel valle
de lágrimas del que nos hablaban en las clases de religión. Y de cómo
encaja el dolor cada personaje; aceptándolo, rebelándose ante la situación...
La novela
está plagada de referencias literarias y musicales y lleva un ritmo que aunque
no es vertiginoso, mantiene al lector expectante. Pero no es una lectura
ligera. No por su estructura, ni por su vocabulario, sino por la dureza de su
historia, por la carga emocional que el escritor imprime a la novela. Por eso
la tildaría también de negra a pesar de no ser del género policiaco. Más bien
por su dureza, por lo tenebroso de su trasfondo. Por lo cruel e implacable de
la historia.
Como
en la novela que leí anteriormente, debo decir que el estilo de Victor es
impecable. Tiene un léxico extenso y una prosa elegante, directa y clara donde predomina
la narración y el detalle. Domina las descripciones plásticas, que ayudan a
crear el escenario en nuestra imaginación de una forma sencillísima.
La trama es
un exquisito tejido de hilo de araña. O quizás una suerte de pequeñas historias
que como afluentes, convergen todas en un fuerte y profundo rio caudaloso. Todo
está interconectado aunque cada uno de los hilos va siendo descubierto poco a
poco y toma sentido con cada página que vamos leyendo.
El hilo
narrativo principal corre a cargo de Eduardo Quintana, creo que este libro
podría describirse como una novela coral, en la que todos y cada uno de los
personajes tienen su importancia dentro de la narración. Y aquí es donde Víctor
brilla con todo su buen hacer de escritor. Porque estos personajes (y son
muchos) tienen carácter real. Son el peso de la novela, y Víctor, que lo sabe,
se ha explayado con ellos. Con sus luces y sus sombras. Desde sus descripciones
físicas hasta cada una de sus expresiones o reacciones son netamente humanas.
Una auténtica delicia. Tan complejos y facetados como cada uno de nosotros, son
capaces de mantener al lector enredado en la lectura, atento a sus actos,
sentimientos y pensamientos. Pero es necesario destacar que además de confluir
en la narración, todos coinciden también en ser personajes que han sufrido una
pérdida, que tienen una existencia complicada con un claro matiz de fatalidad y
de dolor. Que han aprendido a respirar por la herida.
Sinceramente,
me cautivó más “La tristeza del samurai”, que aunque en comparación puede ser
una novela menos elaborada, quizás me gustó más por la novedad o por el ritmo
(algo más acelerado que en esta), pero aún con todo, no puedo dejar de recomendarla.
A la obra y al autor.
¿Ya lo habéis leído? Si no lo habeis hecho
aún, hacedlo. No os arrepentiréis.
De momento es la única novela del autor que he leído y me gustó mucho, me pareció una historia muy bien escrita y desarrollada
ResponderEliminarBesos
Coincido contigo en que escribe muy bien, y que sus tramas son muy elaboradas. Me gustó mucho este libro, pero a La tristeza del samurai, probablemente por ser la primera que leí del autor, le tengo especial afecto. Si te gustó esta, seguro que la disfrutarás. Victor es un acierto seguro.
EliminarBesotes
Habláis todos maravillas pero a mí este autor me da una pereza... Y no sabría decirte exactamente el porqué.
ResponderEliminarBesines,
¡Jajaja, a mí también me pasa con otros autores, Carmen! Pero te daré un pequeñísimo consejo (si me lo aceptas), sacúdete la pereza y elige el título que más te llame de este autor. Cuando termines de leer su libro, me cuentas. ¿Te parece? Estoy convencida de que no te ha de dejar indiferente.
EliminarBesos.
No me importaría leerla aunque tu último párrafo invita más a leer otra novela del autor.
ResponderEliminarEso es porque la primera novela que lees de un autor, generalmente "cala", y estableces una "relación" especial con ella. De todos modos te animo a que leas cualquiera de sus obras. Ya me contarás.
EliminarBesotes
Qué ganas tengo de leer a este hombre!
ResponderEliminarBesotes
Shorby, pues ¡ no te quedes con las ganas, que sería una pena! ;)
EliminarBesos
Gran trabajo Izaskun. Yo soy un gran aficionado a la novela negra, con incursiones periódicas en otros géneros.
ResponderEliminarMe apunto este libro que tan bien nos has desgranado.
Un saludo.
Qué calladito te lo tenías, Alfonso. ¡Así que somos del mismo club! Aficionados a la noir, ¡qué ilusión! Bueno, pues entonces seguro que habrá muchos más autores y libros con los que vamos a disfrutar ambos (cualquier sugerencia al respecto será bienvenida ;)).
EliminarUn fuerte abrazo.