Sinopsis editorial:
Tony Webster y su pandilla conocieron a Adrian en el instituto. Hambrientos de sexo y literatura, atravesaron juntos la adolescencia y se prometieron seguir siendo amigos para siempre. Pero cuando la vida de Adrian dio un vuelco trágico, todos, especialmente Tony, miraron hacia otro lado, se alejaron. Ahora Tony vive solo e n un pacífico y próspero retiro, tras una vida opaca que poco tiene que ver con la que fantaseaba en su juventud. Y un día recibe una carta de un abogado: Sarah Ford, la madre de Veronica, su primera novia, le ha legado quinientas libras y un sobre con un manuscrito. Le entregan el dinero y una carta de Sarah, pero el manuscrito nunca llega. Y Tony averigua que son los diarios de Adrian, que ahora están en manos de Veronica y no piensa entregárselos
No sé a vosotros, pero a mí me suele gustar bucear entre los autores que inspiran a los escritores que admiro. Gracias a ello descubrí al Conde de Montecristo, y también por este motivo ando de pelea con una obra de Monterroso que no sé por qué camino me llevará. Pero no solo lo hago con escritores sino que también esta me parece una buena razón para elegir lecturas o autores que han resultado especialmente significativas para los bloggers a los que sigo. Y este es el caso de Julian Barnes. La primera referencia que tuve de él fue la de Mónica y, posteriormente, también Gabriella habló de él, así que me decidí a leerlo y para ello elegí su última novela: El sentido de un final, que además llegaba avalada por el Man Booker Prize.
“El sentido de un final”. Un título que impone ¿verdad? Al menos a mí, porque no tenía muy claro qué me iba a encontrar. Pero os adelanto que ha sido un miedo irracional e injustificado, porque a pesar de ser una obra densa en algunos momentos, no es una novela de difícil lectura. Y posteriormente, quizás se disfruta más, cuando la carga reflexiva que deja en la mente del lector reposa y se degusta con tranquilidad.
La historia consta de dos partes. En la primera, el autor nos retrata la vida de un grupo de cuatro amigos y sus debates intelectuales en el colegio y fuera de él. Barnes, a través de la mirada de Tony Webster, uno de los cuatro amigos, retrata la vida de éste desde que terminó la época del colegio. En la segunda parte de la novela, Tony ya es un sesentón y, debido a un hecho inesperado, vuelve la vista atrás y recuerda aquellos años y las personas con las que compartió su pasado.
En este El sentido de un final, Barnes se mueve en el terreno de la memoria y cómo recordamos (u olvidamos) momentos cruciales, de cómo interaccionamos con nuestros semejantes e interpretamos el mundo según nuestras vivencias. Y sobre todo, de lo dispar que suele ser la realidad cuando la enfrentamos a nuestras interpretaciones.
“La historia es la certeza obtenida en el punto en que las imperfecciones de la memoria topan con las deficiencias de la documentación”
A diario vivimos la diferencia que supone nuestra individualidad. Ante un mismo hecho, varias personas darán diferentes versiones en función de su percepción, generalmente influenciada por su personalidad, sus prejuicios, etc. Y en mi opinión este es el puntal de esta obra que en ciertos momentos me ha recordado al Club de los Poetas Muertos, ( un grupo de amigos del colegio, un suicidio…) aunque sin la carga emotiva de la película.
Barnes escribe bien. Y te remueve. Me ha gustado, sí. Pero a la vez he echado en falta algunas cosas como saber más de la vida y motivaciones de Adrián, o un poco más de desarrollo en Verónica, ya que ambos son una pieza clave en la historia. También queda en el tintero el suspense alrededor del diario de Adrián, porque termina el libro y esa expectativa que el autor crea de conocer qué dice el diario, no se cumple (con la consiguiente frustración). También el final me ha dejado sorprendida. Inesperado pero con alma de culebrón.
Así que en definitiva no sé a qué atenerme, la verdad. Creo que para valorar en su justa medida tanto a la obra como al autor debería de leer su novela más aclamada El loro de Flaubert. Quizás lo haga.
Te gustará si:
- Te interesan las lecturas con poso reflexivo.
- Eres fan de los nueve de la generación Granta (Martin Amis, Barnes, William Boyd, Zajuo Ishiguro, Ian McEwan, Salman Rushdie, Graham Swift, Iain Banks y Jeanette Winterson)
Y vosotros, ¿conocíais a Barnes?¿habéis leído este El sentido de un final?¿qué opinión os merece?
No he le´dio a Barnes, este título en concreto me llama mucho la atención y también la edición especial que ha sacado anagrma del loro (sí, es que son cosas que influyen). Por otra parte, a mi también me gusta tirar de las recomendaciones o de los referentes de autores o bloggers. Si me animo te cuento.
ResponderEliminarBesos
Espero que te animes y me cuentes, preciosa. Ya tengo al loro en la estantería, a ver si le doy alpiste, pero me temo que hasta dentro de un tiempo no voy a poder...
EliminarBesotes
Aunque no tengo claro que los finales existan, desde luego el título impone. No tanto Barnes, que aún no he leído pero tampoco me producía temor. Has dicho la palabra mágica: "remueve". Y ya sabes que por ahí me enganchas :) En verdad, ya lo estaba antes ;)
ResponderEliminarMil abrazos
Me creaba cierto temor porque es uno de esos autores que amas u odias, y no sabía qué sensación me iba a producir ni porqué crea esos sentimientos tan encontrados en los lectores. Ahora bien, yo, ni lo uno ni lo otro. Me ha gustado, sí, pero no como para ponerme al borde del péndulo ni para bien ni para mal. Por eso digo que tendré que leer al loro, que parece ser el título más famoso. Veremos.
EliminarBesotes