El pentateuco de Isaac - Angel Wagenstein.

jueves, 17 de marzo de 2011


El Pentateuco y la kipá.

Isaac Jacob Blumenfeld, nos narra su vida en una Europa convulsa, envuelta en guerras, con unas fronteras caprichosas, que hacen que su Kolodetz natal pertenezca al Imperio Austrohúngaro, a Polonia, a la URSS o al Tercer Reich según los deseos de las autoridades competentes.

El libro, es la primera parte de una trilogía, y como su nombre indica, se estructura en cinco partes que corresponderían a los cinco libros del Pentateuco. El título se ha elegido en recuerdo de la prueba irrefutable de que los judios son el pueblo elegido de Dios. Aunque el propio Isaac piense:
“¡Gracias, Dios mio, por el honor tan alto!, ¿pero no pudiste escoger a algún otro pueblo?”

Durante las dos primeras partes, he tenido la sensación de que me mostraban una visión cándida e inocente de la guerra. Sin embargo, a partir del tercer libro, se cede el paso a una madura resignación aderezada con una finísima ironía. Este anecdotario de chascarrillos o anécdotas del pueblo judío es el que le va a permitir continuar día a día y no perder la cordura al paso de la trágica época que le tocó vivir.
“Esto son dos judíos de dos pueblos cercanos que se ponen a discutir sobre cuál de sus rabinos respectivos tiene relaciones más estrechas con Dios y, por lo tanto, es más capaz de hacer milagros.

“ Por supuesto que es el nuestro”, dice el primero. “El pasado sabbat nuestro rabí se encaminó hacia la sinagoga, pero de repente se puso a llover a cántaros. No es que nuestro rabí no tuviera paraguas, pero ya que el sábado no se debe hacer nada: ¿cómo lo iba a abrir? Miró hacia el cielo, Jehová lo entendió enseguida y se hizo el milagro: por un lado, lluvia, por el otro, lluvia, y en el medio, ¡un pasillo seco hasta el propio templo! A ver, ¿qué me dices sobre esto!”
“ Pues escucha lo que te voy a contar: el sabbat pasado nuestro rábí regresaba a casa después de rezar. En el camino se encontró un billete de cien dólares. ¿Cómo cogerlo, si es un pecado tocar dinero? Miró al cielo, Jehová se dio cuenta y se hizo el milagro: por un lado, sabbat, por el otro lado, sabbat, y en el medio, no me lo vas a creer ¡era jueves!”

Huésped involuntario ( y quien no lo fue) de tres campos de concentración, nos deja multitud de momentos durísimos, incómodos y sobrecogedores sin falta de descripciones descarnadas. Quizás la parte más horrible de cuanto vivió, es la que decide no contar. La que sólo perfila de manera muy aguda, y nos deja conmovidos por su fortaleza y su templanza.
“Comíamos sólo pan y patatas en dosis homeopáticas con las que a una familia de cucarachas les habría dado una distrofia repentina.”

“Por favor, no pidas que te cuenta mis recuerdos que me pesan como un molde de hierro fundido de cien toneladas.”
“A diferencia del mundo de afuera, donde los seres humanos vivían en sociedad y morían en soledad, allí moríamos colectivamente, pero cada uno sobrevivía por su cuenta.”
El análisis personal que hago de este libro tan excepcional, es que es una obra realmente necesaria. Estamos ya atrofiados, insensibles.

“Han quedado lejos los tiempos de las primeras revelaciones espeluznantes, han amainado las oleadas de horror que como un maremoto inundaron la conciencia de la humanidad después de la guerra…Expresiones como “Zyklon-B”, “cámara de gas” o “solución final” han ido perdiendo poco a poco su inicial inverosimilitud demoníaca y se han convertido en artículos pusilánimes que los diarios publican con motivo de las efemérides.”

Ya no nos alarma nada, y no recordamos cuales son las consecuencias de una guerra. Pienso que es un momento idóneo para este libro, que nos enseña a no olvidar la sinrazón de la guerra desde la perspectiva sorprendente del humor de las víctimas.
Si Dios tuviera ventanas, hace tiempo que le hubieran roto los cristales”.
En el pentagrama:

4 comentarios :

  1. Este libro es fantástico, maravilloso... y me quedo sin adjetivos. Sin duda, el mejor que leí el año pasado. Ya te adelanto de que la trilogía no te va a defraudar. De momento he leído "Adiós Shanghai" y aunque no es muy similar a esta novela, también es muy bueno.

    Saludos.

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  2. Coincido plenamente. Me ha encantado, y espero continuar la trilogía en cuanto pueda.
    Ciao

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  3. Vaya, iba a decirte que había leído Adios, Shanghai y me había encantado, aunque no tene nada que ver.
    TEngo ganas de leer este y también El judío de Toledo. Ahora que tengo tiempo, por eso de la baja, resulta que no puedo concentrarme :(

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  4. Vaya, Lammermor! Bueno, date un poquito de tiempo, y seguro que lo conseguirás en seguida. Adios Shangai es la tercera parte, ¿no?
    Todas las críticas que leo son buenísimas, y si los dos libros que me quedan por leer son parecidos a este, no me extraña. Es extraordinario.

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