La fórmula preferida del profesor de Yoko Ogawa

viernes, 16 de noviembre de 2012


De estilo fluido, ágil y sencillo, esta novelita ha hecho las delicias de aquellos que sueñan con aunar disciplinas tan dispares como son las matemáticas y la literatura.

El tema principal lo compone la relación entre la asistenta, el hijo de esta (Root) y un viejo profesor de matemáticas, que, tras un accidente de tráfico ocurrido en 1975 tiene alterada su memoria y sólo es capaz de recordar aquello que pasa durante ochenta minutos. Esta rara afección implica que, para acordarse de las cosas, incluso de las más sencillas, necesita de unas notas que lleva prendidas con imperdibles a su desvencijada chaqueta. Los papelillos hacen la función de memoria a corto plazo, y son su primera referencia cuando su mente se reinicia.
La anómala situación que crea la enfermedad del profesor, hace que lo que debería ser una relación estrictamente profesional entre la asistenta y su cliente, derive en una amistad profunda, y en una admiración recíproca entre ellos, cuyo nexo de unión serán: Root, el béisbol, y por supuesto, las matemáticas.

Yoko Ogawa nació en Okayama en 1962. Estudió en Tokio e inició su carrera de escritora en los años ochenta. Será en 1988 cuando gane el premio Kaien por su novela Cuando la mariposa se descompone. Tras este primer galardón, en 1991 vendrá el Akutagawa por El embarazo de mi hermana.
La fórmula preferida del profesor, su novela más premiada (Yomuri, Premio de las Librerías Japonesas y Premio de la Sociedad Nacional de Matemáticas), le concederá el reconocimiento fuera de las fronteras orientales siendo adaptada a la radio, al cómic y al cine.

El desarrollo de la acción sucede en la actualidad, en Japón, y aunque contiene saltos en el tiempo (tanto al pasado como al futuro), el eje central se sitúa entre los años 1991 y 1992 siendo el escenario en su mayor parte la casa del profesor. En las raras ocasiones en que la asistenta consigue sacar al anciano de su ambiente de seguridad, este entorno cambia, y la acción se lleva a cabo en otros espacios como la peluquería, e incluso en un campo de béisbol.

Es de agradecer que el lenguaje sea sencillo (más si cabe cuando trata de explicar algunos teoremas matemáticos) y en ocasiones incluso salpicado de metáforas que enriquecen la narración y compensan el carácter científico de las disertaciones del viejo profesor. Sin embargo, también encontraremos tecnicismos relativos al béisbol, que para una neófita como yo en este campo, ha convertido el libro en algunos puntos en una lectura bastante árida. De todas maneras, creo que hay que destacar las notas explicativas del final del libro, que nos acercan de manera precisa y clara a la cultura oriental.

Un par de datos curiosos son que la obra se estructura intencionadamente en once capítulos (número primo), y que los personajes principales a pesar de estar bien definidos carecen de nombre. El único que puede presumir de algo parecido es el hijo de la asistenta, al que desde el principio el viejo profesor apoda Root (raíz cuadrada) por la forma plana de su cabeza.

La asistenta es quien narra la historia. De ella sabemos que tiene casi treinta años y un hijo de diez, que trabaja en Akebono (una empresa de limpiezas), y que su formación académica es moderada. Es una mujer entregada a su quehacer y con una sensibilidad y delicadeza que se ponen de manifiesto tanto en su forma de tratar al maestro como en mostrarle a su hijo cómo proceder para normalizar la situación de la falta de memoria del catedrático. En varias ocasiones, y de manera ingenua, se excede en sus funciones para intentar mejorar las condiciones personales del profesor, pero sus intenciones serán malinterpretadas por la cuñada del mismo, aunque finalmente el anciano se erigirá como defensor tanto de la asistenta como de Root.

El profesor, un hombre mayor, desgastado y físicamente bastante deteriorado, es otro de los pilares básicos de la historia. A pesar de su enfermedad y de su carácter retraído e introvertido, siente una especial simpatía por los niños, por lo que desde el principio dedica a Root un interés y atención muy esmerados e intenta explicarle las matemáticas al nivel que él pueda entender. Dentro de sus posibilidades trata de protegerlo y de que esté siempre cerca de su madre. Esta relación llena de ternura será gratamente recibida por la asistenta, que intentará también ser partícipe de las explicaciones del profesor.

Root, a quien veremos crecer a lo largo de las páginas, tiene diez años al comienzo de la novela, y es un niño con " la llave de la casa enrollada al cuello" (ya que su madre está trabajando para sacarlo adelante) y "poco abrazado", lo que nos predispone positivamente hacia él. Es un niño obediente, tranquilo e inteligente. Gracias a la insistencia del profesor, pasará sus tardes en compañía de su madre y del anciano, jugando y aprendiendo matemáticas casi sin darse cuenta. El maestro descubre las acertadas intuiciones de Root para los problemas matemáticos que él mismo le plantea, y es su compañero predilecto para hablar de béisbol a pesar de estar estancado en la liga de 1975. La amistad entre ambos se alargará en el tiempo y tendrá una huella tan profunda en el niño, que terminará predestinando su futuro laboral.

Entre sus páginas:



“Cada mañana al despertarse y vestirse, le sentenciaban la enfermedad que padecía a través de las notas escritas por él mismo. Le obligaban a enterarse de que el sueño que había tenido no era el de la noche anterior sino el de la última noche que podía recordar, hace muchos años. Lo anonadaba el hecho de saber que su yo del día anterior había caído en el abismo del tiempo, del que no podría recuperarse nunca más.....Yo nunca había pensado que el profesor recibía tal sentencia cruel cada día, solo en su cama.”


 En mi opinión, es una novela que a pesar de la belleza que muestra en el mundo de las relaciones interpersonales, pasa sin demasiado calado, porque hay gran parte del libro que se dedica a explicar algunos razonamientos matemáticos (reconozco que algunos son realmente interesantes, como la necesaria existencia del cero por ejemplo), y charlas sobre béisbol, lo que le quita gran parte de atractivo desde mi punto de vista.

Imagen: http://littexpress.over-blog.net/article-ogawa-yoko-tristes-revanches-65573715.html

7 comentarios :

  1. Lei este libro hace unos meses y me pareció una maravilla, muy emotivo y con unos personajes entrañables, me gustó mucho
    besos

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    1. Para mi gusto lo mejor son los personajes y la relación que se establece entre ellos. Como dices, muy entrañables.
      Besos

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  2. A pesar del énfasis que da a las matemáticas y el béisbol, dos temas que no me interesan en absoluto, creo que leería este libro por la relación tan especial que parece que se establece entre sus personajes. Además, casi todo el mundo coincide en que es una maravilla! 1beso!

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    1. La verdad es que los personajes dejan un poso delicado y perdurable.Mucho más que el béisbol. Las matemáticas quedan justo en medio, porque a veces resulta sencillo seguir el planteamiento y también lo disfrutas. Otras veces en cambio, hacen la lectura un poquito árida.
      Espero que si te animas lo disfrutes muchisimo.
      Besos

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  3. Lo leí hace mese y me gustó mucho. Aún así prefiero su lado más oscuro y enigmático: La residencia de estudiantes, La piscina, El embarazo de mi hermana,...
    Besos,

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    1. No conozco su "lado oscuro", pero gracias por acercármelo. Me apunto los títulos y voy a investigar.... A ver qué encuentro. ¿Alguna recomendación en especial?
      Besos.

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  4. grasias y el link de descarga

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