Parece mentira lo rápido que pasa el tiempo. El peque ya ha cumplido su primer añito, y nos deleita con todo tipo de monerías: aplaude cuando está contento, ha comenzado a andar (al menos de momento siempre buscando un apoyo,), si le das una toallita se suena la nariz, si le haces gracia se carcajea con ganas, mueve las manitas al son de los cinco lobitos....Vaya, que nos tiene a todos bailando en la palmita de su pequeña mano.
Pero además de todas estas graciosas actividades que suponen un gran desarrollo del que apenas nos vamos dando cuenta, sigue con sus “cabezonerias”.A saber: continúa encandilado con el sube y baja de las cremalleras (es a día de hoy uno de sus mayores entretenimientos) e insiste en toquitear todos los enchufes de la casa (aunque le reptita insistentemente que “eso no”, él se ríe con ganas). Y por si esto no fuera poco, acaba de sumar otro pasatiempo: abrir y cerrar los grifos. Angelito!
Más vale que en casa no tenemos bidet, y los grifos no quedan a su altura, pero en la guardería tiene a las educadoras casi desquiciadas porque en cuanto se descuidan se dedica casi en exclusiva a hacer de fontanero. Casi me imagino la b.s.o del momento: (os acordáis de Alfred J. Cuak?). salpica y chapotea feliz en el agua, no esperes que salga, sólo habrá gotitas...
Así que mientras nuestro vástago diversifica sus opciones laborales para el día de mañana (ya lo veo en plan multigremios), a mí me da por pensar que me queda poco tiempo para disfrutar libremente de sus ocurrencias, porque tendré que poner límites a sus travesuras, y conociéndome veo el cuadro: el chiquillo en plena trastada y yo (pese a todos mis intentos de auto-control) en conexión directa con la dramamamá que llevo dentro.
Y pensaréis, ¿dramamamá?. Si. Es un término que ha acuñado Amaya Ascunce, una mujer estupenda, dueña de un blog divertidísimo que este año también ha publicado un fantástico libro acerca de los dramaconsejos que su dramamamá le ha ido dando a lo largo de los años y que la han hecho ser como es.
Si queréis reíros (y ojo, en ocasiones os sentiréis muuuuy identificadas), e intentar evitar ser una dramamamá en toda regla, no os lo podéis perder. Os aseguro que os va a hacer pasar un buen rato.
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