El guardian invisible de Dolores Redondo

En los márgenes del río Baztán, en el valle de Navarra, aparece el cuerpo desnudo de una adolescente en unas circunstancias que lo ponenen relación con un asesinato ocurrido en los alrededores un mes atrás. En esta novela negra, la inspectora de la sección de homicidios dela Policía Foral, Amaia Salazar, será la encargada de dirigir una investigación que la llevará devuelta a Elizondo, una pequeña población de donde es originaria y de la que ha tratado de huir toda su vida. Enfrentada con las cada vez más complicadas derivaciones del caso y con sus propios fantasmas familiares, la investigación de Amaia es una carrera contrarreloj para dar con un asesino que puede mostrar el rostro más aterrador de una realidad brutal al tiempo que convocar a los seres más inquietantes de las leyendas del Norte.


Desde que vi el primer anuncio de este libro, me atrajo su sinopsis. No sólo por el lugar en el que se desarrollan los hechos, que también (en Elizondo, a tan sólo unos kilómetros de mi ciudad), sino por el hecho de combinar en un género conceptos tan dispares a él como son la mitología y la localización (generalmente la novela negra se ambienta en un entorno urbano).



En las últimas semanas, además, esta obra ha tenido mucha repercusión, por lo que traté de acercarme a ella con todo el escepticismo del que fui capaz. Caso perdido, me ganó el pulso para el segundo capítulo. No sólo es una novela bien construida, sino que está escrita con elegancia (teniendo en cuenta el género que es) y sencillez. Tiene mucha agilidad y una tensión narrativa constante que sustenta la acción. Los pilares en que se sostiene (la mitología, la familia, el carácter del valle de Baztán y del pueblo de Elizondo junto con los conocimientos necesarios de medicina forense y procesos policíacos) están bien documentados, y además en la novela se tiene el cuidado de contar lo preciso y de hacerlo de manera natural (que seguro conllevará un arduo trabajo detrás del texto).

Dolores Redondo

La protagonista es Amaia Salazar, la inspectora que tiene a su cargo el grupo de investigación formado por los inspectores Iriarte y Montes y los subinspectores Zabalza y Jonan. Son un grupo más o menos bien avenido en el que prácticamente la mitad acepta bien que la jefa sea una mujer. Internamente, este es un obstáculo con el que Amaia se tiene que enfrentar, aunque ya está bastante curtida en esas lides. De todos ellos destacan dos: el inspector Montes, que está pasando por un momento personal bastante complicado tras su reciente ruptura matrimonial, y el subinspector Jonan, que a pesar de ser la última adquisición del equipo, demuestra una habilidad y un fino olfato que le granjeará el favor de la inspectora Salazar.



Además, Amaia se enfrentará a la vuelta a sus orígenes, al pueblo en el que transcurrió su peculiar infancia. En este pequeño universo conoceremos a su familia más cercana, matizada por la fuerza y el carácter de las mujeres que conforman su hogar y que hacen que los hombres aparezcan un poco a la sombra a favor de una figura familiar típica de esta zona: el matriarcado.

En este contexto, la inspectora Salazar afrontará la resolución de un crimen, el de Carla Huarte, que se desvelará el primero de una serie de asesinatos de varias adolescentes. El asesino deja una impronta personal y característica, por la que el equipo de Amaia intuye que puede ser alguien de la propia población. Así, no faltarán sospechosos por lo que cualquier pista o ayuda (incluídas las esotéricas y telúricas), serán contempladas con atención.


En mi opinión, es una novela estupenda, con un asiento real en sus personajes bien caracterizados ya que tienen un modo de ser acorde con la gente del Baztán. Interesante por incluir las fuerzas mitológicas y esotéricas dentro de la acción, como protectores de la naturaleza y de la vida. Y sorprendente, ya que esta obra que se ha gestado desde el principio como una trilogía es tan sólo la segunda novela de la autora, y sin embargo presenta una solidez, dinámica, naturalidad y redondez más característicos de escritores más veteranos.

La única pega que le puedo poner es que a mi parecer la localización no se corresponde demasiado con un crimen de este estilo; es decir, es un lugar pequeño para tantos crímenes (y los que han de llegar...). Pero aún y todo, me parece un escollo salvable por el interés que suscita la trama y el estilo sencillo y cercano.



Al formar parte de una trilogía, el final deja una pregunta en el aire, ya que se abre otro camino de investigación de varios casos más antiguos que han pasado desapercibidos hasta ahora y que apuntan a que el valle aún guarda más secretos inconfesables que estoy impaciente por descubrir.



Tenemos autora e historias para largo!

¿Y vosotr@s, habéis sucumbido ya a la Trilogía del Baztán?

Imagen autora: http://www.doloresredondomeira.com/autora.html