En
mi opinión, cualquier excusa es buena si nos acerca al arte, por eso (y también
por el reto de Meri: “leer a un autor que le guste a tu padre”) me
decidí a leer este libro de un autor con el que a priori no tengo demasiado
feeling por la temática que suele tratar. Ya lo dice él mismo en el primer capítulo:
“
Los que me conocen saben de mi inclinación a atender a historias en las que lo
sobrenatural termina decantando la balanza del relato.”
Y
en un primer momento creí que encontraría algo parecido a “como aprender a
mirar un cuadro” o alguna guía cercana a los simbolismos de la iconografía que
propone Gállego pero desde un punto de vista más esotérico. Un aprendizaje por
los “arcanos del Prado”, como parecía proponer el autor. Incluso hubo quien me
preguntó si el autor se había propuesto escribir una especie de “Código Da
Vinci” patrio...Pues no. Nada más lejos
de la realidad.
Pese
a que he degustado con placer el paseo por las obras de arte que nos ha
propuesto Javier Sierra en su última novela, de la que nos dice que tiene
fuertes connotaciones personales (no en vano, él es uno de los principales
personajes), sigo con la misma sensación de irrealidad y despego que tuve al
leer “La Dama Azul”.
Ignoro
si es cosa mía, pero me ha parecido una novela en la que, a pesar de sus muchas
referencias y documentación aportada es muy fácil desorientarse y llegar a
perderse entre las múltiples teorías que el autor nos presenta de boca de su
personaje principal, y que atienden a los enigmas del Santo Grial, de los dos
niños Jesús, el Apocalypsis Nova, los rosacruces, los Hermanos del Espiritu
Libre, etc.
Tampoco
es fácil ponerse en la piel de los personajes que, a mi juicio están tan sólo
pincelados y se quedan en la superficie. Creo que es una historia a la que le
falta tensión narrativa y una trama consistente, aunque imagino que los
seguidores del autor y de este tipo de temas no coincidirán con mi opinión.
La
parte positiva, como decía, es el recorrido por las obras de Rafael, Boticelli,
Tiziano, el Bosco, el Greco o Brueghel el Viejo. Gracias a esto he revivido las
clases maestras de nuestra querida Sonsoles, que transmitía como nadie su pasión
por la pintura a un grupo de alumnos revoltoso e iletrado con infinita
paciencia.
Ya he visto más opiniones que señalan que es un poco liosa. Aún no he leído nada de este autor pero esta novela sí me atrae por el acercamiento a estas obras
ResponderEliminarbesos
A mi no me termina de convencer la temática de sus obras, pero tiene una legión de fans detrás, así que algo tendrá aunque yo no lo vea ;)). Espero que disfrutes con su lectura.
EliminarBesos
La tengo pendiente y por lo que contáis me la tomaré con calma,
ResponderEliminarbesucus
Creo que, si el tema no te atrae demasiado tu decisión es muy acertada, Porlomenix.
EliminarUn beso
No lo he leido, y no lo descarto, pero reconozco que siendo como es Javier Sierra colaborador de Cuarto Milenio pues como que intuyo por donde pueden ir los tiros y no es algo que me haga lanzarme de cabeza precisamente.
ResponderEliminarBesos!
Intuyes muy bien, Ana. Yo siempre trato de dar al menos una segunda oportunidad a los autores que no me han llegado demasiado, pero reconozco que con Javier Sierra no tengo feeling.¡Qué se le va a hacer!
EliminarUn besote
Me resultó entretenida y lo mejor, como tú comentas, la curiosidad que despierta por las obras de arte que en él se mencionan...
ResponderEliminarBesazos, guapa!
Tengo muchas ganas de leerlo, me encanta el argumento =)
ResponderEliminarBesotes