La verdad sobre el caso Harry Quebert de Joël Dicker

Poco habrá ya que no se haya dicho de este fenómeno editorial del 2013. Pero aunque la blogosfera esté cargada de reseñas, trataré de no ser demasiado extensa y comentaros mis impresiones.


Joël Dicker (1985- ) escritor nacido en Ginebra, estudió Derecho en la Université de Genéve. Con veinte años su relato Le Tigre fue galardonado con el premio internacional de jóvenes francoparlantes, hecho que le animó a seguir escribiendo. A pesar de su juventud, ya tiene en su haber dos novelas: Los últimos días de nuestros padres, y la que ha sido la revelación editorial del último año, La verdad sobre el caso Harry Quebert.
 
 
Ante todo os diré que el libro me ha gustado, me ha parecido una historia muy trabajada en forma y con una telaraña argumental muy bien cimentada y construida. Además, creo que para la edad y trayectoria del autor (tan sólo lleva otra novela más a las espaldas) es impresionante su capacidad para conseguir una obra tan adictiva. Un buen conductor que conoce en profundidad su oficio.
En cuanto a los aspectos que no me han convencido del libro, os confieso que han sido varias las cosas que no me han terminado de gustar (aunque insisto que no por ello he dejado de disfrutar de la lectura de esta novela): en primer lugar creo que hay algunas partes de la historia que tienen poca credibilidad. Por ejemplo, la forma en que pasa sobre la historia de amor de Harry y Nola. Vale que es un amor atípico, apasionado y prohibido (lo repite hasta la saciedad), pero en mi opinión, el autor pasa de puntillas por el asunto, habla de ello pero desde una perspectiva bastante superficial para ser uno de los puntales de la novela.

Otra relación poco creíble desde mi punto de vista es la que se establece entre el policía investigador y Marcus. ¿De verdad hay alguien que se crea que la policía va a compartir los avances de una investigación con un escritor que, para más inri es amigo íntimo del principal sospechoso, así, sin más? No se a vosotr@s, pero a mi me parece de lo más increíble.
Y en cuanto a la estructura, pienso que el autor a pesar de haber establecido bien las partes de la novela y los comienzos de los capítulos con sus consejos para ser un escritor, se ha excedido en la extensión final de la novela. Me ha parecido que sobre todo hacia el final sobraban algunas (bastantes) páginas. De igual modo creo que los giros inesperados que da la historia y que al comienzo son interesantes y adictivos, finalmente resultan excesivos. Yo he llegado al final de la novela ya sin aliento y totalmente desorientada con tanta vuelta.

Pese a todo, como digo, es un libro que en su mayor parte he disfrutado: desde la delicia del entramado argumental hasta los hilarantes diálogos de Marcus con su madre.
Una novela entretenida y bien armada que no pasará a los anales literarios pero que cumple la función de amenizar al respetable.