Nuestros mismos ojos
fueron testigos, ¿verdad Concha? Verá; cuando éramos niñas nos contaron que le
parieron bajo una escalera y esa señal marcó su destino.¡Una pena! Era de casa
rica, pero arruinó todo su patrimonio en una partida de cartas. Así quedó,
pobre como las ratas. Y en amores no tuvo mejor fortuna, ¿sabe? Tres novias
tuvo y las tres se le murieron. ¡Pobre hombre! Si, si. Ya voy, Concha....
Hubiera cumplido noventa y nueve años este mes ¿sabe usted? Y sin embargo aquí
estamos, celebrando su funeral. Ya lo dicen por ahí... “No hay mal que cien
años dure”. ¡Ay, Señor! Ni cuerpo que lo aguante.
Mi aportación al REC de esta semana.
Imagen: wikipedia.org
Irónico esta vez :) me ha gustado, como siempre. Un beso
ResponderEliminarGracias Marilú. Mañana te leo ;))
EliminarUn besote
Divertido. No hay mal que dure cien años, no. Pero algunos duran 99, es verdad, jajaja ;)
ResponderEliminarBesos
Pobrecico! Y no se llamaba Murphy...;)
EliminarUn beso grande Ana.
Muy bien recreado el tono del monólogo y divertido. Me ha gustado.
ResponderEliminarUn beso.
Muchas gracias, Anna. Es que "vi" la escena: las dos ancianas, el funeral... Así que tuve que "retratarlo" ;)
EliminarUn beso
Hola, Izaskun, acabo de descubrir este tu blog y veo que también escribes para Rec, pues no me lo pierdo. Además, me ha gustado mucho muy diferente el estilo de este relato, me ha sorprendido el toque de oralidad que le has inculcado. A ver si la próxima cosa que descubro es tu voz a través de la Ser.
ResponderEliminar¡Lorenzo! Muchas gracias y bienvenido. Ojalá tengas razón, pero creo que antes escucharemos (muy atentamente, por cierto) la tuya ;).
EliminarUn gran abrazo.
Pues celebremos el funeral del pobre entonces...
ResponderEliminarBesos,
Si, Carmen. "Y el último día...Descansó", ;)
EliminarBesotes