El cabo José Souto, apodado Holmes por su afición a las
novelas detectivescas y por su minuciosidad en el trabajo, se enfrenta a la
investigación de un extraño accidente automovilístico en un salvaje acantilado
de la Costa de la Muerte. Lo que a simple vista parece un caso fácil se va
complicando a medida que la identidad del fallecido y las circunstancias del
accidente resultan cada vez más dudosas. Con la ayuda de su amigo Julio Santos,
el detective privado y dandi madrileño al que ya conocimos en El
rompecabezas del cabo Holmes, Souto conseguirá desenredar trabajosamente una
trama en la que se mezclan contrabando, conexiones políticas,
el Prestige y hasta su vida personal. Con un final frenético y
sorprendente, esta nueva aventura del cabo Holmes nos transporta de nuevo a los
bellos paisajes de la costa gallega mientras el protagonista pone a prueba su
suspicacia y el valor de la amistad, el amor y la lealtad.
Si algo voy aprendiendo a cuenta de leer novelas
policíacas es que hay tantos matices dentro del género como autores; por eso,
creo que antes de embarcarme en la reseña es necesario que enmarque la novela
correctamente.
Estamos ante una obra que presenta la parte
“amable” del género, es decir, apta para todas las sensibilidades, pues se
ahorra los detalles más escabrosos y centra el grueso de la historia en las
habilidades detectivescas del que sin duda pasará a ser uno de los más
conocidos y queridos personajes de la Costa da Morte. Ideal para quien gusta de
las características clásicas del género pero huye de su lado más descarnado.
La decepción del cabo Holmes, aunque con guiños
al primer caso, se puede leer perfectamente por separado sin perder ningún
detalle importante aunque ambas coinciden en mostrar una trama firme y adictiva
junto con una ambientación maravillosa de la costa gallega, que tan bien conoce
y nos acerca el autor.
En esta segunda entrega, Carlos Laredo nos lleva
al año 2003, a las costas gallegas aún dolientes por la catástrofe del Prestige
e imagina una trama delictiva con una prosa resolutiva y sencilla, donde el
ritmo está muy bien calculado, al igual que la intriga.
El cabo José Souto, en esta ocasión, se enfrenta
a un caso que le salpicará de forma personal, estirando al máximo la tensión
narrativa frente a los templados nervios del cabo de Corcubión. Apoyado una vez
más por su inseparable libreta y su amigo Julio Santos, el Guardia Civil tendrá
que resolver detalle a detalle (como a él le gusta), un crimen disfrazado de
accidente en el que gracias a sus dotes, veremos desfilar asuntos como la mafia
rusa, el blanqueo de dinero, y algunas corruptelas tan actuales hoy en día.
Entretenida y adictiva, esta es una lectura
acorde para el tiempo estival, para pasar un buen rato junto al minucioso cabo
Holmes y al que intuyo que será su inseparable compañero de fatigas en las
próximas entregas, el atractivo detective Julio César Santos.
¿Os animáis?
Feliz día.
Estoy viendo muy buenas opiniones de esta novela pero aún no he leído la anterior, por lo que empezaría por ahí
ResponderEliminarBesos
Es una buena idea aunque si decides comenzar por esta no habrá ningún problema ya que se pueden leer por separado.
EliminarUn beso
Pues sí que están saliendo buenas opiniones de estas novelas, pero aún no me animo a darles cancha... A ver si les llega el turno! 1beso!
ResponderEliminarSeguro que sí, Tizire, y el verano es un momento adecuado para ello ;)
EliminarBesotes
Ay... aunque tientas, no quiero embarcarme en series ni sagas. Ya, que se puede leer independiente. Eso se dice de muchas series, pero luego el protagonista principal sí que va teniendo una evolución que hace necesario leerse toda la serie... o si no hay esa evolución del protagonista entonces tengo la sensación de que se queda incompleto el perfil del personaje principal. Manías mías...
ResponderEliminarBesos
Bueno, pues ya buscarás el momento en que te apetezca comenzar, que todo tiene su tiempo. Y cuando lo hagas, allí estaré bien atenta a ver qué te ha parecido.
EliminarBesos mil