Descabezar al enemigo.
Recluida en el pozo seco, pronto se callará. O al menos es lo que él espera. Le encomendaron deshacerse de los pedigüeños que se incorporaban a diario en la trasera del edificio a la espera de un puñado de comida y él, en un alarde estratégico, desmembró las filas contrarias confinando en el sótano a la conciencia; el enemigo.
Le acompañó desde entonces una inquietud que intentó acallar restregando con fuerza su piel enrojecida bajo el agua, pero todo fue inútil. Todavía no ha conseguido evitar la sensación incómoda que le sobreviene cada noche, cuando ella se asoma a sus sueños con esa mirada acusadora.
Panem et circenses
Mis aportaciones al REC de esta semana.
Ay mi faraona, menos patadas al balón y más al hambre. Me quedo con el segundo que es más abierto que el segundo, un poco más hermético pero muy crítico también con la impasible sociedad. Un abrazo fortísimo. A ver si pronto me sorprendes otra vez y te escucho en la radio.
ResponderEliminarDecía que el primero.
ResponderEliminarHola Loren. Gracias por lo de faraona, jajaja. La verdad es que esta semana no estoy muy satisfecha con el resultado. La inspiración se ha ido por otros derroteros y el tema me resultaba muy costoso. Superé el bloqueo pero co poca habilidad.
ResponderEliminarUn besico rey moro.
Sí, es verdad, nuestra conciencia anda oculta mientras nos dejamos seducir por el adormecedor efecto del deporte nacional, la droga del pueblo después de la señalada acusadoramente por Marx.
ResponderEliminarBesines.
Es una vergüenza, pero lamentablemente también una realidad. Ojalá podamos ser capaces de ir cambiando poquito a poco las cosas.
EliminarBesicos.