Una de las primeras cosas con las que debería haberme enfrentado una vez que decidí retomar la escritura y hacer de eso parte de mi vida, es esta moda tan en boga del branding, que en cristiano no es otra cosa que nuestra marca personal. ¿Qué es eso? Bueno, supongo que a estas alturas no descubro nada nuevo si os digo que es la imagen que cada uno de nosotros proyectamos y con la que (con mucha suerte) se nos reconocerá. Nuestro personal estilo de escribir, o el modo en que estructuramos las entradas en el blog, el tipo de fotografías que hacemos...Todo aquello que nos diferencia de los demás y también lo que nos caracteriza.
Evidentemente esto cobra mayor importancia en caso de dejarse ver por internet en redes sociales o si mantienes un blog, pero también en el supuesto de que decidas no tenerlo (y quieras dedicarte a una actividad en la que debas mostrar tu trabajo artesanal) es importante saber cual es y cómo es tu marca personal.
Reconozco que a mí esto me sonaba muy comercial en un principio, pero le he ido viendo la lógica poco a poco. Por eso digo que es una de las primeras cosas que debería haber puesto sobre el tapete cuando decidí dar el paso (y me costó hacerlo, ya os lo adelanto) de publicar algunos relatos. No lo hice en su momento, pero creo que aún estoy a tiempo. Y vosotros también.
¿Nombre real o artístico? Tú decides.
Tema peliagudo este de la identificación. ¿Con qué nombre desearías que te conozcan? A veces por pudor, otras por inseguridades, o porque no nos apetece dar nuestro nombre, nos refugiamos tras un alias. Y eso está bien, no digo que no. Yo misma lo he hecho. Pero cuando decides escribir, se consciente de que tu nombre aparecerá antes o después. Así que puedes hacer dos cosas: esperar a que esto suceda, o mostrarlo tú mismo (bien sea con tu nombre real o con el artístico).
Dicen por ahí que esto del nombre es un tema que hay que pensar mucho, casi hasta quedarse calvo. Incluso parece ser que es muy importante saber en qué género vas a encuadrar tus textos para poder elegir correctamente hasta la grafía de tu nombre. Es curioso (y para mi gusto hasta un poquito ridículo, qué quereis que os diga). Nunca me había puesto a buscar en el tío Google mi nombre y apellido con este fin, pero cuando pensé en usar mi nombre real, lo hice. Y ¡oh sorpresa! Ya existe alguien que se llama igual que yo. De hecho, investigando un poquito acerca del asunto, he descubierto que hay ocho personas que se llaman así. ¿Cómo lo sé? Mirad en la parte posterior de vuestro DNI. En la parte inferior hay tres líneas, ¿las veis? Bueno, pues la segunda termina en un número. ¡Tachán! Esa es la cantidad de personas que se llaman y apellidan como tú (o al menos eso es lo que me han asegurado).
No hay ningún misterio, se tu mismo.
Y después de elegir tu nombre, pero antes de dar el paso de la publicación, piensa un poquito en el estilo que quieres darle a tus textos, imágenes, o lo que quiera que vayas a compartir. Porque desengáñate, majete, para que conozcan la calidad de tu trabajo no hay más remedio que mostrarlo. No vale con que tu madre le diga a la vecina del segundo lo maravilloso que eres. Tienes que demostrarlo.¿Mi consejo? No intentes ser quien no eres, no funcionará. Las mentiras tienen las piernas muy cortas, y aún más en la red. Te recomiendo que seas tú mismo. Eso si, en la versión 3.0, en la que más te gustas. Que no solo hay que ser bueno, que además hay que parecerlo... Es posible que esta parte sea la más ardua, porque encontrar tu estilo es un proceso largo (en general), en el que el cambio será tu única constante. Irás poco a poco definiéndote y, probablemente, en un período relativamente corto, te encuentres con cara de interrogante revisando algo que publicaste tiempo atrás. Tranquilo, es normal, todos cambiamos. Que hoy tengas una manera de ver y hacer las cosas, no quiere decir que esta deba ser inalterable (sería aburridísimo, ¿no crees?). Símplemente trata de hacer las cosas desde tu prisma, desde tu propia visión del mundo. Del mismo modo que es fácil reconocer los pinceles de Goya (y pasó de los tapices a las pinturas negras, nada menos), también tú puedes ser reconocible siempre que te mantengas fiel a ti mismo.
No a los entes incorpóreos. Manifiéstate.
Y llegamos al punto clave. Mostrarte. Enseñar tus textos, ilustraciones, fotografías...En principio es un paso muy sencillo (solo hay que pulsar el botón “publicar”), pero supone un punto de inflexión (o al menos para mí lo fue). Si eres muy vergonzoso, pregúntate cómo quieres que te vean y te conozcan si no demuestras tu valía. Pues eso. Hasta el momento en que hablé con una escritora de estos temas, nunca había compartido en la red nada de cuanto había escrito, y os lo aseguro, fue un momento muy especial. Afortunadamente conté con el apoyo de muchos otros escritores que componen Literautas (un magnífico lugar donde comenzar y del que ya os hablé en una entrada anterior) y allí encontré el sitio adecuado para publicar mi primer relato y perder un poco el pánico escénico. Eso sí, lo hice detrás de un pseudónimo.
¿Y vosotros, conocíais esto del Branding? ¿Lo usais conscientemente? ¡Adelante, contadme, por favor! Los comentarios son todos vuestros.
Parece que me has leído la cartilla o el pensamiento. Lo del estilo personal lo veo meridiano, a mi lo de manifestarse es lo que no termino de decidir, que sí, la lógica dicta que si uno pinta, hace manualidades, ballet o escribe es para mostrarlo, si quiere, claro está pero a mi, realmente me cuesta, supongo que por pudor pero también por inseguridad. doy mis pasos, no te creas (que empecé a programar las reseñas porque me costaba darle el botón publicar). Del anonimato, bueno, no me molesté en cambiar mi nombre porque de entrada pensé que nadie iba a leer mi espacio, eso sí, el DNI dice que como yo hay tres :) Me ha gustado la entrada.
ResponderEliminarUn besote :)
Pues suéltate el pelo, Marilú, porque escribes requetebien. Anímate. Verás que después de una o dos veces fluye con muchísima facilidad. Qué bueno lo de programar las reseñas, hijademivida. ;)
EliminarUn beso enorme.
Jamás había oído/leído sobre el branding este... No sé, el estilo personal está claro, es que no hay que buscarlo, sale, cada uno con el suyo. Todo lo demás se me escapa de las manos porque creo que va más dirigido a escritores, lo mío creo que va por otro camino. A saber cuál, eso sí :)
ResponderEliminarMe ha parecido muy interesante todo...
Un abrazo
Es la manía de vendernos todo como si fuera nuevo. El branding es la marca personal de toda la vida, tu dni virtual, la forma en que te conocen en la red. Tu estilo, tu voz. En tu caso, bien trillado desde el principio, Ana. Tienes voz, estilo y una potente personalidad.
EliminarBesotes