Dos, eran dos. En esta ocasión la inspiracion viene de la mano de los hermanos Borraz, quienes desbordan talento a raudales tanto en el blog que administra Ignacio como en el canal de Youtube Borraz con Zeta. Sigo a ambos de manera virtual, aunque me gustaría asistir a algún concierto, por eso guardo la esperanza de poder hacerlo en alguna escapada a Barcelona (de esas que me guardo en la manga). Por eso este mes les he elegido a ellos, aunque uno solo será el responsable del disparador creativo: Borraz con Zeta.
Nota a nota, o verso a verso.
Hemos hablado ya del proceso creativo, de ese chispazo que no dista mucho entre distintas disciplinas. Y creo que por eso viene al caso traer hasta aquí otro tipo de creación aunque esta no sea literaria, porque a fin de cuentas, todo se resume en una emoción, en una necesidad de contar o de expresar algo que te quema por dentro. Al menos en mi caso, la agitación que siento al escribir un texto o componer una canción es parecida.
En clave de sol.
Así que en marzo la inspiración llega a cargo de la música. Y para que podáis degustarla como merece, os dejo aquí (espero que al autor no le parezca mal) la canción que se me ha pegado a las neuronas durante días. Por si acaso, de todos modos, también transcribo la letra, que es el detonador creativo del micro de este mes.
Nada mejor que hacer.
La habitación está vacia, casi tanto como yo.
Mi niña no me alumbra el día,me duermo solo en un rincón,
Despierto lerdo al mediodia, mi desayuno es agua y sol.
Dicen que as bruixas es pentinen , no cuentan quien las despeinó.
Y no tengo nada mejor que hacer que buscarlo en la enciclopedia
Me avergüenzo por tantas cosas que no sé...¿Para qué fui yo a la escuela?
La tele me hace compañía ,un libro me mira muy mal.
Soy hijo de la tecnología, vivo en la realidad virtual.
Cuando me pierdo en un videojuego, puedo mirarlo en el manual,
pero jugar con mi niña es fuego, no se me ocurre a quién consultar.
Y no tengo nada mejor que hacer que buscarte en la enciclopedia.
Me avergüenzo por tantas cosas que no sé...¿Para qué fui yo a la escuela?
Y se funde otra luz y vivo casi a oscuras, ¿Con quién estarás tú?
¿Estarás con tus locuras buscando flores en las basuras?
Y no hay nada de comer, oigo el eco en la nevera
Tengo que reconocer que no llevo bien la cuenta
de lo que gasto solo en cerveza.
Se funde otra luz y vivo casi a oscuras ¿Con quién estarás tú?
¿Estarás con tus locuras fumando flores y piedras duras?
Y no hay nada de comer, oigo el eco en la nevera,
tengo que reconocer que no llevo bien la cuenta
de lo que gasto solo en cerveza.
Ahora tú decides: ¿Qué te inspira la canción? ¿Cómo continuaría esta historia que nos canta Borraz con Zeta?...¿Te atreves a crear un microrrelato de máximo doscientas palabras? Tienes todo el mes para hacerlo.¡Te espero!
No quería ser el primero...pero allá voy :P
ResponderEliminarFLORES EN LAS BASURAS
Fue un hecho fortuito, como tantos que, sin pretenderlo, cambian nuestras vidas. Recorría el vertedero pútrido y herrumbroso que linda con el muro de contención norte, aquí, en Ciudad Europa, uno de los grandes reductos fortificados donde sobrevivimos la especie humana. Afuera, un mundo devastado por la guerra nuclear. Eso creía. Eso querían que creyera. Eso quieren que creamos. Vi algo fuera de lugar, algo que solo había visto en los hologramas de los museos, en antiguas fotografías digitalizadas. Regresé corriendo pero no llegué muy lejos. Una cámara de seguridad me había visto y me atraparon con eficacia y sin hacer ruido. Estoy triste por Luis, que se preguntará por qué no he vuelto.
Supongo que ya las habrán arrancado pero me dieron esperanza. Algún día la naturaleza doblegará nuestras cárceles de hormigón.
Un micro que hace pensar, Ignacio. Con su puntito de esperanza...pero sólo en la Naturaleza, no en la humanidad.
EliminarMil besos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarDos, eran dos. También los microrrelatos jeje
ResponderEliminarAcabo de ver que el primero se publicó raro, no tengo rostro...más acorde a este otro micro que al primero.
TU PRESENCIA EN LA OSCURIDAD
Me acabé la última cerveza, arrugué la endeble lata y la empujé sobre la mesa. Fue poco antes de que se fundiera la última luz. Poco antes de irme a dormir. Todavía estaba despierto cuando volviste. Escuché tus pies en el pasillo, el chirrido lento de la puerta, el peso de tu cuerpo en tu lado de la cama, tu respiración gorjeante, extraña. No sé si fue la sensación de que algo no encajaba o el temor a revivir la pelea por la que te habías marchado de un portazo horas antes, pero no te hablé. Me quedé quieto, callado, dormido.
Esta mañana no estabas. Parecía que no hubieses estado. Solo unas manchas oscuras, como de dedos mojados en barro, en la sábana.
Ya oscurece. He ido a comprar cerveza y bombillas. Por si vuelves.
Ya oscurece. He ocultado un cuchillo bajo la almohada. Por si vuelves pero no eres tú.
Uy. Este también se las trae. Y también me gusta, aunque creo que me quedaría con el primero. Muy buenos micros, Ignacio, como siempre.
EliminarBesotes
Regreso
ResponderEliminarDurante un tiempo, ocupamos despreocupados nuestra Torre de Babel, donde una sonrisa era el alimento diario porque con mirarnos era suficiente. Sé que trasteabas por las basuras, buscando tesoros aunque nunca pregunté dónde ibas, ni de dónde traías aquellos regalos tuyos. Ellos tan lozanos y tú cada vez más vacía. Desapareciste y contigo, también mi cordura. Te busqué sobre las manecillas del despertador y bajo el sillón azul. En la parada del urbano y bajo las carpas del estanque. No estabas allí. Lloré tu ausencia, maldije nuestro primer encuentro y, cuando pensé que te había perdido para siempre, apareciste con mi corazón de la mano, sujetando entre tus labios los clavos humeantes del armazón de tu ataúd.