Víctor Rey, un escritor en
crisis, se muda a Alabama, en los Estados Unidos, la patria de su madre. Allí
alquila una casa aislada, esperando hallar la inspiración perdida…Sin embargo,
pronto empiezan a ocurrir extraños sucesos que sumergirán a Víctor en una
antigua historia de crimen, política y violencia, en la que descubrirá que nada
es lo que parece.
¿Alguna vez os ha pasado que al ir paseando por la calle os habéis cruzado con alguien y su cara os resulte familiar sin que sepáis realmente de qué? ¡Es una sensación que a mí me incomoda bastante, porque hasta que no consigo recordar quién es esa persona o de qué la conozco, no puedo parar de darle vueltas!
Bueno, pues algo así me ha pasado con esta novela. El argumento es, a priori original, pero entre sus páginas hay algunos guiños más o menos claros al séptimo arte. En concreto, a mí me ha recordado a "Matar a un Ruiseñor" y por supuesto, al "Mago de Oz" (cuya referencia está directamente señalada en la narración). Sin embargo, había algo más. Había varias pistas que me resonaban a algo conocido, a una película que vi hace ya varios años pero de la que no recordaba lo suficiente como para saber cuál era. Después de dos larguísimos días de intenso trabajo neuronal, por fin di con la respuesta: “La mano que mece la cuna”. En ambos lugares (en la película y el libro) hay unos lazos especiales entre un hombre de color y una niña — en los dos el hombre se llama Solomon, y tiene además cierto retraso intelectual —, y también coinciden en que es injustamente acusado. Pero hasta ahí los parecidos.
Ricardo Espín (Albacete, 1960) reside en Teruel desde 1986. Ha publicado El oráculo de la maldad (Que vayan ellos, 2004), Desde mi niñez (Nuevos escritores, 2005), Lazos familiares (Acumán, 2006), Scriptorium (Akron, 2009) y El sendero del astro (Mira, 2009). Fue finalista de varios premios literaros y ganador del premio de novela del certamen literario Atregua 2007 con Navajero. Melodía en Alabama quedó finalista en el Concurso Dulce Chacón de Novela Corta 2008, con el título “La caja de música”.
Por lo demás se trata de una novela en la que, en mi opinión, lo que más sorprende son dos cosas: por un lado que en este género se haya optado por incluir las ilustraciones (que además, debo decir que resultan de lo más acertado)de Abraham Pérez, y el peculiar estilo del autor, que nos demuestra que no siempre es necesario mostrar unas frases elaboradas o unos párrafos extensos para llamar la atención del lector—pese a que reconozco que al principio la cadencia de las frases me resultó un poco monótona—, para que la trama tenga interés y para mantener la intriga hasta el final de la novela.
Creo que uno de los puntos fuertes de este libro es la atmósfera que transmite, totalmente coherente con la trama. Las sensaciones que envuelven al lector, lo atrapan y son las responsables de que no deje de preguntarse cómo se va a resolver el asunto. Por ese mismo motivo tampoco es fácil encontrar el momento adecuado para dejar de leer.
Pienso que, a lo largo de la novela, Espín ha sabido acompasar bien los tempos de la historia, dejando en un punto álgido la trama en el momento preciso sin dejar de lado la obligación de introducir las descripciones necesarias para la correcta comprensión y la evolución del argumento.
Con todo, y pese a que es una lectura ágil, amena, sencilla y entretenida, me hubiera gustado que fuese un poquito más larga o quizás algo más elaborada, pero confieso que he disfrutado con esta atípica novela negra con la que inauguro espléndidamente el reto de “Negra y Criminal”.
Os dejo su tráiler aquí.
Feliz día.
El argumento en principio no me llama demasiado, pero por otra parte lo que comentas de los guiños al séptimo arte me atrae mucho más. Ya veremos.
ResponderEliminarUn saludo.
Estaré atenta por si te decides ;).
EliminarUn besote
siiii ¡esa sensación de "me suena, me suena"!! :)
ResponderEliminarAunque en defintiva te ha gustado, me voy a agarrar a tus "pero" para justificar que no me interese lo suficiente ;)
Besos
Jajajjaa a mi eso me suena a que no quieres que "la infinita" se salga del límite ya desde enero. Un besazo guapetona
EliminarClaro que he tenido esa sensación, y también me deja pensando! El libro no me lo llevo, que los peros que pones me echan para atrás, y tengo tanto por leer... 1beso!
ResponderEliminarYa veo que es algo bastante comun...y que mas o menos a todos nos deja confusos jajaja. Respecto al libro... Te entiendo perfectamente. Hay tanto y tan poco tiempo que es necesario ser selectiva. Un besico
EliminarLa gane en el sorteo Nalvay de negro y criminal, así que la tengo pendiente y supongo que por su tamaño ideal para llevar en el bolso puede caer más pronto que tarde
ResponderEliminarCreo que es una buena opción para las lecturas-bolso. Ligera, entretenida y breve. ¡Que la disfrutes! Besetes
EliminarNo la conocía, esta tendencia a las ilustraciones a mi me mata y no es que no me guste, ojo, es justo lo contrario que me gustan demasiado. En este caso, ese algo más que te ha faltado me lo hace pensar, lo pongo con interrogante.
ResponderEliminarEn cuanto a esa sensación "familiar" uff, hasta que no sale una no para de darle vueltas!!!
Un beso
Pues a mi el tema de las ilustraciones siempre me habia pasado bastante desapercibido hasta ahora. Será que este es el momento apropiado para darles el valor que merecen ;).
EliminarBesos
Odio esa sensación porque luego no puedo dejar de darle vueltas al tema... Esta novela no la conocía pero no me llama especialmente la atención
ResponderEliminarBesos
A mi me obsesiona hasta que consigo resolver el enigma. Y me pasa con bastante frecuencia y en cualquier momento: caras conocidas, perfumes, películas... Más vale que a veces San Google viene al rescate jajaja. Me imaginaba que esta novela no te iba a encajar... Un besico
Eliminarhola, yo acabo de leer la novela y coincidimos bastante en la opinión, yo también destacaría la similitud con el pasillo de la muerte d S. King, en relación al caso, gracias chao
ResponderEliminar¡Bienvenid@! La de S. King no la conozco, pero la tendré en cuenta.¡Gracias!
Eliminar