—¿Qué es esto, cariño? —pregunto señalando el
libro de animales.
—Un conejito.
—¡Muy bien!
—Come zanahorias para la vista.
—¡Anda!—digo sorprendida, y paso página.—Y este,
cariño, ¿qué animal es?
—Una Irafa—responde decidido.
—Si. Muy bien—comento mientras me aventuro a
preguntar.—¿Y qué comen las jirafas?
—Papel de los árboles, mami—dice convencido.
—¿Ehh?... Ah! Ya veo... Hojas, cariño, Hojas de
los árboles....
***
Otra vueltita más al libro de animales, y el peque cantando la alineación de la página:
— Mira mami, un pulpo, una ballena, un pingüino, un cinturón..
—Eins? ¿Un cinturón?— me asomo al libro y me troncho de risa.
— Esto es un delfín, cariño, pero tú quieres decir un tiburón.
—Si, vale, mami.
Qué grande, je je, bravo.
ResponderEliminarBesos Filias.
No deja de sorprenderme. Y yo, encantada.
EliminarBesotes
:D Niños, que maravilla, siempre nos arrancan sonrisas. Aunque lo del papel de los árboles es preocupante, eh.
ResponderEliminarAbrazo!
jajaja. Se me quedó una cara... hasta que comprendí la asociación del peque. Luego no podía parar de reirme. ¡Es mundial! Parece mentira que sea tan chiquito y que tenga tanto carácter...
EliminarBesos mil
Jajaja qué divertidas son estas anécdotas infantiles, yo también me he quedado tocada con lo de las hojas de árbol (asociación mental).
ResponderEliminarUn beso
Tengo un charlatán en casa, y claro, tanto bla bla blá, da para muchas anécdotas (aunque la mitad se me olvidan;( ). Me encanta descubrir el mundo de nuevo a través de sus ojos, y así, veo las cosas de otra manera. Es genial.
EliminarBesotes
Es tan bonito que parece que haya sido un microrrelato. Ahora entiendo de dónde sacas esos sentimientos tan preciosos que cuentas en tus escritos.
ResponderEliminarGracias Loren. Es que los niños son la sal de la vida...
EliminarBesos grandes